EDITORIAL

Como si se hubiese celebrado bajo la advocación de Fray Martín de Porras, el santo peruano que hizo comer en un solo plato a perro, pericote y gato, el I Congreso Internacional de Narrativa Peruana (1980-2005) reunió en Madrid a una muestra representativa de escritores pertenecientes a las diferentes tendencias que existen hoy en la narrativa peruana.

Lo que la organización creía, algunos suponían y otros no querían reconocer, se convirtió en un hecho innegable y patente a lo largo de los cinco días de exposición de ponencias y debates: la producción narrativa peruana, de 1980 a la fecha, ha eclosionado, evolucionado y madurado como en ningún momento de su historia. Después de lo de Madrid, ya nadie se atreve a dudarlo.

La constatación de esta realidad y la pluralidad de su convocatoria son los únicos objetivos que reclamamos alcanzados, agradeciendo el apoyo recibido de amigos e instituciones que nos ayudaron a conseguirlo. Todo lo demás es y será opinable.

Gracias a la colaboración de los participantes, que obsequiaron ejemplares de sus obras, podemos agregar otro objetivo logrado: difundir la narrativa peruana en España. Se donaron a La Biblioteca Nacional unos trescientos títulos entre novelas y libros de cuentos publicados en los últimos 25 años. También los departamentos de literatura Hispanoamérica de las universidades españolas auspiciantes recibieron ejemplares.

Reconocemos la ausencia de muchos escritores y académicos peruanos que nos hubiera gustado tener en Madrid. Ellas se deben a nuestro escaso presupuesto o a problemas de índole personal que les hacía imposible su asistencia.

Sólo queda pendiente, desde el punto de vista de la organización, la publicación de las actas del congreso. Con nuestros aciertos, y a pesar de los errores y limitaciones, nos sentimos satisfechos y creemos en el balance positivo de este congreso.

Es necesario agradecer aquí la participación de todos los ponentes y asistentes, en especial la de aquellos que generosamente y haciendo un esfuerzo asumieron sus propios gastos y se desplazaron desde Perú y desde otros puntos del mundo para estar presentes en Madrid. El apoyo de Mario Vargas Llosa. Las atenciones de la Embajada del Perú. También del Consulado de España en Lima que agilizó los trámites de visados para que todo el mundo pudiera viajar a tiempo. El trabajo de moderación de las mesas realizado por escritores e intelectuales españoles. Los auspicios académicos recibidos de diferentes instituciones. La colaboración de Casa de América. El respaldo financiero de la Fundación BBVA e Iberia, obtenido gracias al apoyo generoso de la Fundación Alcalá y el trabajo voluntario y desinteresado de algunos de los alumnos de doctorado de la Universidad Complutense de Madrid y de otros amigos amantes de la literatura peruana. En la conjunción de todos ellos está lo mejor de este congreso.

ORGANIZACIÓN

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