Ariel Goldenberg es desde hace cinco años el Director Artístico del Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid. Su gestión es de una discreción tal que no todo el mundo conoce quién está detrás de la dirección artística del Festival cada año.
Argentina, París, Madrid, Münich
Es argentino de nacimiento, de nacionalidad española por Real Decreto desde el año 1987, y residente en París donde en este momento dirige el teatro nacional de mayor envergadura de Francia, el Teatro de Chaillot. 140 personas trabajan a su cargo (sin contar con los artistas que actúan en los espectáculos). En el momento de realizar esta entrevista tiene sobre las tablas de Chaillot al Gran Kabuki, que ha desbordado su previsión en cuanto al número de espectadores).
Llegó a París de una forma un poco casual (sustituyendo a un compañero) como gestor de la gira del Teatro Payró argentino y fue invitado por Jacques Landers a quedarse a colaborar con él en París. En 1981, José Luis Gómez le invita a venir a Madrid y aquí comienza a colaborar con el Festival Internacional de Teatro que se hacía en primavera "es uno de los mejores recuerdos de mi vida". En esos años le nombraron director del Festival de Teatro de Münich: "yo vivía entre Münich y Madrid sobrevolando París cada semana y pasando de vez en cuando por mi estudio parisino, también trabajando en París en mis tiempos libres". Hasta que en 1989 le nombran director del Teatro de Bobigny. "Se convirtió en un teatro muy importante. Yo fui director durante once años y a raíz de eso pienso que me pidieron dirigir el Teatro Nacional de Chaillot".
A la par, también en 1989, Alicia Moreno, que en ese momento acababa de ser nombrada Consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, le pide colaborar con ella como director artístico del Festival de Otoño.
Recuerda los años 80 y la época del Festival Internacional de Teatro en Madrid con mucho cariño y añoranza. "En aquella época España no estaba en la Comunidad Europea, lo hacíamos todo sin un duro y con mucho entusiasmo. Me encantaría encontrar el entusiasmo y la curiosidad de los 80 porque las programaciones que hacemos lo merecen".
La programación: criterios y condicionantes
"Siempre que me preguntan cuál es el criterio de programación del Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid, yo siempre digo que es el criterio de lo posible". En primer lugar ve Goldenberg a los espacios escénicos como uno de los grandes condicionantes de Madrid. "Obviamente limita muchísimo porque no hay grandes espacios escénicos. Yo estoy esperando que acabe la construcción del Teatro del Canal -que se prevé para 2006- porque va a ser el mejor escenario de Madrid después del Teatro Real. Por ejemplo, si te fijas, el año pasado cuando hicimos venir a Robert Lepage con La Trilogía de los dragones, tuvimos que encontrar una nave en El Álamo a unos 30-40 Km de Madrid. Entonces, aunque es verdad que seguimos en la Comunidad de Madrid, estaría muy bien disponer de algo de esas características más cercano a la capital". Por otro lado, la gran actividad musical de la ciudad y los costes hacen que la música clásica no se programe en el Festival de Otoño. "La actividad de música clásica en Madrid es permanente. Entiendo que pueda ser motivo de polémica también, pero a mí me da igual porque está el Real, el Auditorio, la Zarzuela, la Orquesta que tiene su teatro ... hay mucha más actividad que teatral. Y, al mismo tiempo, si nos ocupáramos mucho más de actividades musicales o de traer grandes orquestas, u ópera, pues no nos alcanzaría el dinero".
2004: un Festival de estrellas
"Hemos reunido una constelación de estrellas sin igual en cinco años: que tengas en un mismo festival a La Comedie Française, la Royal Shakespeare Company, la Volksbühne de Berlín, a Nekrosius, Emma Dante, el Cullbert Ballet, el Nederlands Dans Theater ... en fin, hay muy pocos festivales en el mundo que se puedan permitir eso hoy día ... a Jan Fabre ... y me olvido de un montón de gente. Es una maravillosa coincidencia que hayamos conseguido que toda esa gente venga al mismo festival y que todos hayan tenido espectáculos que se han podido adaptar a nuestros espacios escénicos ... yo no sé si volveremos a conseguir esa magnitud. Nos hemos encontrado con un Festival de estrellas".
Se ha contado con varios estrenos absolutos en Madrid: 2004 (Paisajes, retratos y una naturaleza muerta de Carlos Marquerie, The song of the songs/El Cantar de los Cantares por la compañía Meno Fortas y dirigido por Eimuntas Nekrosius.
Curiosa paradoja: la Royal Shakespeare Company y el Siglo de Oro español
En la programación de este año llama la atención los espectáculos de la Royal Shakespeare Company. Han programado cuatro obras del Siglo de Oro español: Tamar´s Revenge (La Venganza de Tamar) de Tirso de Molina, Pedro, the Great Pretender (Pedro de Urdemalas) de Miguel de Cervantes, The dog in the Manger (El perro del hortelano) de Lope de Vega y House of Desires (Los empeños de una casa) de Sor Juana Inés de la Cruz.
Adaptadas al inglés y con sobre títulos para los hablantes de español, nos brindan la visión de los autores del Siglo de Oro español desde la Gran Bretaña.
Coinciden en esta programación Hamlet, de Shakespeare por la compañía española Noviembre Compañía de Teatro y El Rey Lear de Shakespeare, por la compañía Teatre Romea de Barcelona, dirigidos por Calixto Beito.
Curiosa coincidencia que en opinión de Ariel Goldenberg "nos va a permitir algún tipo de reflexión inteligente. Cuando se dieron cuenta de que estaban montando el Siglo de Oro español nos llamaron porque les gustaba la idea de volver a Madrid. Es una experiencia divertida. Uno de los directores es Simon Usher. Aunque no es muy conocido en España, es una de las figuras del Royal Court de Londres. Ha trabajado mucho el teatro contemporáneo y creo que las adaptaciones que han hecho del Siglo de Oro son muy interesantes".
Otros "grandes" en el Festival
Robert Lepage a la cabeza de la compañía Ex Machina, trae La Celestina de Fernando de Rojas. A la cabeza del reparto: Nuria Espert. Dice Lepage al respecto: "En el marco de otro proyecto de trabajo con doña Nuria Espert, de repente me sentí fulminado: ¡tenía enfrente de mí, en pie, a la Celestina! Al encontrarse uno así con su Celestina, no hay otra cosa que hacer más que dejarse embrujar por el universo de Fernando de Rojas".
La compañía Jan Fabre/Troubleyn y la bailarina Lisbeth Gruwez ponen en escena el espectáculo de danza-teatro Quando L´uomo principale è una donna. "Es una oda al poder y la fuerza de la mujer. Durante las conversaciones conjuntas de preparación, se decidió que se untaría a la bailarina con aceite de oliva por su fluidez, transparencia, poderes curativos, protección contra el calor y las quemaduras solares y por las cualidades metafísicas que le atribuye la tradición histórica".
Así como el Odin Teatret con El sueño de Andersen, dirigido por Eugenio Barba.
Sirva esta pequeña exposición para entender por qué el director del Festival lo denomina "un festival de estrellas".
Cambio de administración y la continuidad sin fisuras del Festival
"El cambio de administración de Ruiz Gallardón a mí no me condiciona en nada por ahora y trato de mantener relaciones cordiales con todo el mundo ... por ahora nadie se mete conmigo. Yo soy amigo de Alicia Moreno de toda la vida y con el señor Fisas -actual Consejero- me llevo muy bien. Con Esperanza Aguirre despaché una vez y fue muy cordial conmigo".
En cuanto al presupuesto de este año, se mantiene más o menos como el de los anteriores, en torno a los tres millones de euros.
"Yo sé que está Mario Gas en el Español y Gerardo Vera en el Centro Dramático Nacional. Para mí son gente muy próxima y amiga y yo sé que la presencia de estas dos personas va a modificar necesariamente el espectro teatral de Madrid. Y que a lo mejor para el Festival de Otoño va a ser positivo porque pienso que podremos hacer cosas juntos y al mismo tiempo va a haber una actividad teatral mucho más variada durante el año. No sólo en el Festival de Otoño y eso tal vez nos obligue a ser más sagaces en lo que elijamos. Va a ser más complicado encontrar espectáculos para el Festival de Otoño sabiendo que hay dos estructuras que tienen una ambición importante".
Respecto al futuro
"Cada año me dicen al final del Festival si quieren que siga. Seguiré en principio pero también estoy dispuesto a largarme si hace falta. No todo lo que reluce es oro. Quiero decir, si es por ser crítico respecto a mi ámbito habitual de trabajo también puedo serlo. No soy un conformista. Lo único que he aprendido es a guardar la calma. Trato de no ponerme nervioso nunca y trato en la medida de lo posible de responder a toda la estimulación que me rodea".
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