Hay libros fáciles de leer y otros difíciles. Y, evidentemente, también hay libros fáciles de escribir y otros difíciles. El paraíso del Arcángel San Miguel pertenece a esta última categoría; aunque, a San Miguel gracias, no es una lectura pesada de esas que o bien se dejan a un lado, o se olvida uno de ellas en cuanto por fin pasa la última página.
Esta novela del peruano Mario Suárez Simich, periodista y profesor radicado en España, ha sido editada en Lima por Naylamp Editores en abril de 2003, aunque justo ahora ha caído en mis manos. Si afirmo que la considero de difícil escritura, es porque mi tocayo peruano ha escogido como forma narrativa la de las antiguas crónicas de indias. El autor decidió, entre las muchas posibilidades existentes, narrar los hechos como si se tratara del informe que Don Rodrigo Hernández de Arriba, escribano del Rey, remite al súbdito alemán Martín Fugger con relación a la búsqueda del primogénito de éste, Don Segismundo Fugger. Sorteando ese autorreto, Mario Suárez nos inyecta la duda sobre si la historia que cuenta es real y en algún momento de su vida o en alguna biblioteca de su entorno, tuvo acceso a una vieja crónica que ahora nos transcribe. Considero que la mayor virtud de esta novela corta, radica en el plano formal, en el lenguaje y los giros lingüísticos.
Todo eso sin demérito del contenido, el sueño del citado Segismundo de ayudar a los indios de las selvas del actual Perú, ayuda que se adereza de tintes mesiánicos (adelantados en el título de la novela). Pero recuerden que, como repetía constantemente mi padre, hay ayudas que matan, y también que el camino del infierno está empedrado con las mejores intenciones. Los acontecimientos que desencadena sin querer el bueno de Segismundo, nos llevan a cuestionarnos la ayudas caídas del cielo.
La tirada del libro fue, según la información al final del mismo, de mil ejemplares. Es probable que no sea fácil hacerse con uno de ellos, pero creo que valdría la pena intentarlo.
Buen apetito.
