Variaciones sobre la relatividad

Por Regino Martínez-Chavanz (*)

        Aquí vamos a presentar la Teoría de la Relatividad de Einstein bajo otros puntos de vista para las personas alejadas del quehacer físico y matemático, con el objetivo de mostrar otros perfiles no menos importantes, más del dominio de la sensibilidad y del estilo literario que de la física, que pueden interesar y abrir otros caminos para entender de qué trata el adagio "todo es relativo", como dijo Einstein.

        La Teoría de la Relatividad, aparte de sus aspectos físicos y matemáticos abstractos y estructurales, y de su confirmación experimental, goza de otros aspectos que podríamos agrupar en los términos de perspectiva, estética, simetría y armonía. Al lector ha de escoger el aspecto que más le interese de esta exposición.

La perspectiva

        La física se ocupa de múltiples actividades. Esencialmente, ella provee modelos explicativos o teorías de los fenómenos y, a la vez, prevé el futuro evolutivo de la naturaleza. De manera que es una ciencia eminentemente prospectiva o de lo pre-visible, en el sentido propio; y en el sentido figurado, trata de mirar lejos, de enfocar los hechos físicos, bajo ópticas multiformes. No es de extrañar que, a través de la prospectiva, la física se encuentre también íntimamente ligada a la perspectiva. Si consideramos la naturaleza como un inmenso paisaje o el escenario de un teatro helénico, entonces, sus objetos y fenómenos, que miramos a través del espacio lejano, exhibirán un aspecto y apariencia que variarán según el punto de vista adoptado para observarlos y medirlos, según el lugar de observación y según la perspectiva. La perspectiva, como arte que enseña a representar los objetos geométricos tridimensionales en lienzos, con la ayuda de proyecciones ópticas, asimismo se transporta a la física, guardando las debidas proporciones, para representar cosas pasajeras, fenómenos, en nuestro telón de fondo de nuestra con-ciencia, tal como aparecen a la visión del sensorio y del intelecto. A cada observador le tocará dar su opinión sobre cómo ve él los hechos pasajeros. Dentro de esas multivisiones legítimas, nos preguntamos: ¿Gozan todos del mismo privilegio interpretativo? ¿Quién tiene realmente más razón? ¿La variedad de percepciones relativas a cada uno oculta algo absoluto para todos? La respuesta es: todos tienen razón y ninguno, pero todos podrán intercambiar o transformar sus datos e ideas contingentes y ponerse felizmente de acuerdo con una misma legislación aplicable a la naturaleza. En eso consiste el principio de relatividad, base de la Teoría de la Relatividad: en acordar a todo observador el derecho a describir la naturaleza tal como la ve, relativa a él; y a la vez, en que todos los puntos de vista son equivalentes o intercambiables; vale decir, en que todos deben converger hacia una misma física, y deben, por consiguiente, acatar las mismas leyes físicas que ellos descubran. Esto implica una armonía universal, un arquetipo de convivencialidad, una única verdad que sea el resplandor y reflejos del esplendor de la belleza y de las formas en la caverna platónica.
        Los fenómenos que la física estudia se pueden apreciar bajo diferentes perspectivas u ópticas, donde esas contingencias relativas son las diferentes facetas de algo único, absoluto, invariante y necesario. De aquí que la Teoría de la Relatividad signifique perspectivas múltiples y lícitas a favor de una sola visión física, a través de leyes, reglas, fórmulas y ecuaciones únicas. Hay varias visiones del cosmos, pero una sola cosmovisión. Al apotegma de Protágoras (485-410) que dice "el hombre es la medida de todas las cosas", hay que agregarle que algunas cosas son medidas para todos los hombres.

La estética

       La calología de la relatividad resplandece en sus razonamientos que son de una lógica abracadabrante, fina e implacable; en sus fórmulas con una simplicidad proverbial; en su poder de convicción y persuasión. ¿Estaremos forzando y abusando de epítetos? En modo alguno. Ese es el objetivo de las ciencias positivas, y la física, en particular, ha recibido una remodelación y un remozamiento estéticos con la relatividad. Por ejemplo, el venerado modelo mecanicista del mundo, vieja cosmovisión de relojería, eficaz en su tiempo, ha sido reemplazado por otro paradigma más abstracto y no menos general: por el moderno arquetipo electromagnético, nueva "weltanschauung" que, con otros aditivos cuánticos, aún perdura.


La simetría

       Simetría significa: belleza, armonía, orden, bien proporcionado, con medidas equilibradas, en fin, regularidad y distribución de las partes de un todo entre sí y con el todo. Todo lo anterior también significa, en griego: cosmos, la antítesis del caos. Los aqueos veían así a su diminuto mundo. ¿Qué tiene que ver la simetría y sus variaciones con la abstrusa Teoría de la Relatividad? ¿Es una belleza poética y forzada la que los físicos pretenden ver en la relatividad? ¿Las bellas letras son también bellas físicas y matemáticas letras o reservadas a los solos iniciados humanistas? La respuesta es otra pregunta: ¿Cómo es esto posible? Un mismo fenómeno ofrece cambiantes perspectivas interrelacionadas; mejor dicho, una perspectiva puede transformarse en otras y viceversa. Estos cambios, de una a otra perspectiva, se representan por grupos de transformaciones específicas, las cuales son un fiel reflejo de las simetrías subyacentes en una figura o en un fenómeno físico, en sentido literario y físico, como aparecen a la vista.

        La perspectiva puede mostrarnos una figura o un fenómeno bajo una apariencia falaz o engañosa, pero las simetrías (el grupo de simetrías) nos ayudan a enderezarlas, a corregirlas e interpretarlas correctamente, restituyendo el ambiente y la corporeidad deseable. Una simetría provoca cambios colaterales pero, en el fondo, deja algo incambiado. Esa es su función paradójica: la simetría existe para preservar algo en un cambio.

        Una reflexión profunda nos enseña que geometría y simetrías son una y la misma cosa. Una típica simetría es el movimiento constante, ya que éste no afecta las leyes de los fenómenos. Ya Galileo (1564-1642) se expresaba con este aforismo: el movimiento uniforme "es como nada". De aquí que ese movimiento sea insensible, sea indetectable. De la misma manera que dos perspectivas diferentes son imágenes exactas y recíprocas la una de la otra por una transformación, también dos observadores animados de movimientos uniformes diferentes son imágenes exactas y recíprocas el uno del otro. El principio de relatividad se expresa, en general, diciendo que las leyes de la física son indiferentes e insensibles al estado de movimiento de los observadores, de los cuerpos. De allí que tengamos leyes iguales y principios idénticos. Frente a éstos, todos somos iguales, no hay más iguales que otros.

La armonía

        La armonía relativista une y combina simultáneamente diferentes elementos físicos fundamentales aparentemente dispares e inconexos: el espacio y el tiempo; el impulso y la energía; la fuerza y la potencia; la carga y la corriente eléctrica; el magnetismo y la electricidad; la energía y la masa; etc. El resultado es un concierto de nuevos conceptos acordados y una grata variedad de fórmulas; una feliz combinación en un todo unitario, con acordes agradables y sonoros a la mente y al cálculo. Ya no causará rubor decir un minuto de espacio, cuando todos decimos inconscientemente: en el espacio de una hora nos vemos. La feliz perspectiva de que un viaje en avión salga bien en el espacio y en el tiempo, o mejor, en el espaciotiempo, es prueba de la armonía de las leyes físicas.

       La correspondencia de unas cosas con otras y con sus imágenes veloces asegura que las fórmulas de la física serán las mismas en todas sus variaciones y fugas. Así se podrá enseñar una única física en todos las academias del Planeta, de la Galaxia y del Universo. La física será una sinfonía en todas las esferas celestes. Y, para decirlo de manera prosaica, a los Multi-versos de los observadores contingentes, se abre paso un solo Uni-verso.

Conclusiones

        La relatividad es la expresión sublimada de una perspectiva global; es una realización estética milenaria y paciente; es la búsqueda de las simetrías que oculta la naturaleza; es la inalcanzable luz que proyecta una sombra geométrica en las paredes de la caverna de Platón y, finalmente, es la aspiración a la armonía totalitaria de todos para una física y una física para todos.

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Notas:

(*)Regino Martínez-Chavanz es Doctor en Física de la Universidad de París, ex-profesor de la Universidad de Antioquia, Colombia, e investigador en la Universidad de París-7.
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15 de mayo de 2005

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