Ómnibus estuvo charlando con el poeta argentino Santiago Sylvester, uno de los premios nacionales de literatura invitados a la Cumbre Poética Iberoamericana, celebrada en Salamanca, España.
Poesía y poder
ÓMNIBUS - Se han reunido los presidentes de toda Iberoamérica y a su lado los poetas celebran una cumbre ... política y poesía. ¿Cómo consideras que han sido las relaciones entre poesía y poder en el pasado y cómo es esta relación en la actualidad en el mundo hispanohablante?
SANTIAGO SYLVESTER - La cumbre de jefes de Estado ha sido un pretexto, porque yo no creo que haya tenido vínculo con los poetas, al menos yo no he visto a ningún presidente, pero la reunión sí ha sido con motivo de este evento. La relación con el poder no ha variado a lo largo de los últimos siglos. El caso más emblemático que se suele citar es La Eneida, que es un libro de encargo para mayor gloria del imperio romano y es un libro espléndido. Pero en el mundo actual es más complicado, porque en realidad es una paradoja que los gobiernos (no vamos a hablar de los gobiernos dictatoriales porque estos tienen un proyecto cerrado), los democráticos en Latinoamérica son bastante autoritarios en el sentido de que orientan muchísimo las ayudas que conceden hacia la gente que no se opone a ellos. No creo que ningún opositor viaje a costa del Estado, ni que reciba ninguna ayuda. Entonces son complejas las relaciones y además es bastante triste el papel del intelectual orgánico, ese que apoya acríticamente un proyecto; no se trata de ser siempre opositor por sistema, ni de no tener una ideología, sino de intentar ser lo más independiente posible en el ejercicio de las facultades intelectuales y de que el poder no interfiera en la poesía que uno trabaja; porque además el siglo XX es un ejemplo de cómo las vinculaciones entre el poder y el arte han resultado fatales.
OM - En tu opinión, ¿cómo ha evolucionado la poesía en el último medio siglo en Argentina y en el mundo hispanohablante? ¿Cuál consideras que es el estado actual de la poesía Argentina y en general en idioma español? ¿La poesía necesita del apoyo estatal para su difusión, o debe mantenerse al margen del Poder?
S.S. - El siglo XX en todo el mundo de habla castellana es la llegada de la modernidad o por lo menos de lo que hoy entendemos como modernidad, de aquí a dos siglos se entenderá de otra manera, y es el Modernismo y las Vanguardias que nos ha dejado el verso libre. Estas tendencias han dado lugar a un tipo de revisión formal en la poesía, no digo de abandono de la forma, pero sí de algo que parecía muy consolidado en los siglos anteriores. Las formas eran bastante fijas y lo que se entendía por verso era muy claro. Hoy no es tan claro y eso trae, por un lado, por supuesto, una enorme libertad para escribir poesía y a la vez otro tipo de limitaciones: dificultades de llegada, por ejemplo. Esto también es bastante cierto, pero también es inevitable como todas las cosas históricas: cuando llegan es porque tenían que llegar. No me voy a quejar ahora de que no escribamos en cuaderna vía, sino al revés. Estoy aceptando el verso libre, soy versolibrista, pero el asunto que no está del todo resuelto, que me parece un cuello de botella es que, en términos generales, los lectores, el mundo lector, ha abandonado bastante la poesía en términos relativos.
OMN.-¿Y crees que es debido a que hay una cierta desestructura formal?
S.S. - Lo que pasa es que la forma daba una facilidad, inclusive se la ejercía hasta para recordarla por la tradición oral. En cambio, la complejidad de la poesía actual no tiene formas explícitas, sino que cada poema tiene que buscar su propia forma, aunque luego no sea infinita la cantidad de formas. Eso da una dificultad de lectura, es lo que ocurre con el arte en general porque el siglo XX ha sido el siglo de la búsqueda de libertad, formal y temática, todo es una búsqueda de esa libertad, hasta el feísmo. El precio que se paga es un relativo desinterés. Si uno va a ver una ópera, o a ver una obra de teatro clásico, es seguro que el teatro esté lleno. En cambio, si se trata de una obra de teatro experimental, lo que llamamos experimental, ya no habrá tanto público. Esto ocurre también en la plástica, a lo mejor hay otras salidas, pero ya la gente no compra esos cuadros para colgarlos en su sala. Y en la literatura, en la poesía, posiblemente uno de los géneros literarios más complejos, se crea una dificultad de llegada. ¿Qué se puede hacer frente a eso? Me parece que nada. Desde el punto de vista del poeta, escribir sobre lo que ya se ha escrito es demagogia pura, aburrimiento puro. Si me pongo a hacer sonetos, algo que hacía cuando era muchacho, me produce un gran aburrimiento, prefiero que se ocupe otro. Es como un círculo vicioso que alguna vez se resolverá.
Poesía y mercado
OM - La gran industria del libro publica poca poesía con el argumento de que "no se vende". ¿Cuál crees que es el futuro de la poesía en castellano ante esta camisa de fuerza del mercado y ante la aparición de nuevos soportes como los ordenadores, los móviles e Internet?
S.S. - Yo soy un sobreviviente de la era Guttemberg, por supuesto que uso el correo electrónico, pero no estoy todo el día pendiente de Internet para ver qué se difunde, qué tipo de poesía circula y tampoco sé leer en la pantalla, me cansa y además hay un problema que tal vez sea añadido y es que no sé discernir si es bueno o malo, si me interesa o no. La pantalla me crea una gran distancia, y en cambio, el libro no. No sé cuál será el destino de la poesía por Internet. Por otra parte, creo que si el libro se hubiese inventado después de Internet, sería un adelanto, porque tiene montones de ventajas: lo subrayas, te lo llevas, lo regalas, porque se imprimen muchos ejemplares. En cuanto al mercado, creo que la poesía no es un producto de mercado, o tal vez no lo ha sido nunca. Frente a este tipo de obsesión, la dictadura del mercado no influye sobre la poesía, ni sobre el número de gente que escribe poesía. Lo que sí ocurre ahora, respecto al siglo XIX es que el poeta ha perdido presencia pública. En el siglo XIX la poesía también era una herramienta de opinión social o política. Hoy el poeta ya no es un personaje social, ni lo ha sido en el siglo XX, eso es totalmente decimonónico.
OMN.- ... Eso se nota en la escasa presencia de la poesía en los diarios en la actualidad y que en el pasado dedicaban un espacio notable a la literatura y a la poesía en particular ... La poesía parece el hermano pobre de la literatura.
S.S. - Si, eso ocurre en Latinoamérica donde hoy por hoy la poesía se edita en pequeñas editoriales y además las ediciones que se hacen no superan los 500 ejemplares, al menos en Argentina.
OM - Nuestro idioma no cesa de generar nuevos poetas en toda Iberoamérica. ¿Podrías señalarnos algunos nombres claves para el futuro poético argentino?
S.S. - Si algo caracteriza a la poesía actual, al menos en Latinoamérica es el eclecticismo, es muy difícil decir, cómo en alguna época, que la avanzada es el Modernismo, o la Vanguardia, eso es imposible. Da la impresión de que vivimos un momento muy curioso y es que contamos con las dos cosas: contamos con lo clásico y contamos con las vanguardias. Ese péndulo histórico que siempre ha ido de lo clásico a lo romántico, lo que se dice del surrealismo, que es el ala moderna del Romanticismo ... ese péndulo se quedó quieto. Y así, de la misma manera que usamos el conocimiento de la ruptura, ya que no hay cómo no usarlo, también tenemos conocimiento y uso de alguna forma, de la historia del arte. Es decir, contamos con la historia del arte. No tenemos para nada la sensación de que estamos en el comienzo de algo ... me parece que ha caducado esa oposición radical entre el romanticismo y el clasicismo y ahora somos herederos un poco de todo.
OM -... y no crees que haya tendencia a las rupturas?
S.S. - Lo que no ha terminado nunca, pero creo que aburre un poco, es la vanguardia. Está superada, pero a la vez hay una especie de necesidad de no reeescribir lo que ya se ha escrito, no hay como volver al punto de partida, hay que contar con que la vanguardia ha pasado y además hay que contar con la historia del arte y yo creo que en ese momento estamos. Por ejemplo, para no salir de Argentina, un hombre como Gelman recoge todo eso justamente, es un posvanguardista y un posclasicista, pero cuenta con todo, a la vez que hace sonetos (lo que pasa es que el soneto está traveseado de otra manera, está muy modificado, bueno, no modificado porque son endecasílabos, son catorce versos, etc.) los rompe, los encabalgamientos, la rima está abandonada, es decir, hay una serie de elementos que él incorpora y usa ambas cosas. Otro hombre como Joaquín Lanusi, por ejemplo, que acaba de morir hace un año más o menos, uno de los buenos poetas argentinos, que es más versolibrista, pero que no rompe mucho, no es un hombre que esté permanentemente pensando cómo hacer el efecto y cómo sorprender con la forma y me parece que eso pasa un poco con toda Latinoamérica ...
OM - ¿y los más jóvenes, los rabiosamente jóvenes ...? (sonrisas)
S.S. - ... Hay algo de rabiosamente joven y hay algo de rabioso, si, si, por ejemplo, hay una poesía muy chatarrera en Argentina. Ha salido una antología de la joven poesía latinoamericana que la hicieron gente que tiene alrededor de 30 años, más o menos y los que figuran son de esa edad, o veintipico. Se llama ZurDos, hace un juego ahí, que también me parece antiguo, pero bueno, están en ello y salió en Argentina, la compré por curiosidad, para ver por donde van las cosas. Predomina la temática dura, urbana y casi marginal, deliberada y obcecadamente marginal, el rescate de las villas miseria, como si escribieran desde ellas, me parece que también puede ser una idealización, pero predomina bastante este tipo de cosas. Creo que tienen la impresión de que la literatura empieza con ellos, hay algo de abandono, como en otros campos la juventud tiene la sensación de puro presente y que el pasado y la historia de la humanidad ha sido un error, cosa que tal vez tengan razón, pero lo que pasa es que no se llega de otra manera sino con la historia, errores y aciertos vienen del mismo lado, la historia y creo que la sensación es que empiezan de nuevo y no adivino que alguno de ellos puede pasarse la tarde leyendo a Quevedo o a San Juan de la Cruz o el Quijote ....
OM - Es decir, no crees que tengan una formación sólida ...
S.S. - No me animo a decir eso porque tal vez sea "otro" tipo de formación, saber inglés, informática, "otro" conocimiento del mundo ... que van mucho al cine ... Leí una frase muy buena en Babelia, que lo imprimen también en Buenos Aires y lo compro los sábados y en un comentario de un libro, leí una frase entrecomillada -no aludía al autor- que decía "En todo poema debe notarse que Homero existió". La frase rescata todo esto que estoy diciendo y me parece utilísimo, me da la impresión de que no es esto lo que diría el joven poeta de esa antología.
OM - ¿El hecho de ser premio nacional de poesía te otorga una mayor interrelación con el público lector?
S.S. - No se decirte, porque los premios nacionales de poesía, antes tenían más prestigio y frecuencia, fíjate que el premio nacional de poesía en Argentina, me lo dieron en el año 1997 y hasta este año 2005 no lo han vuelto a dar, y ni siquiera se publicó en los periódicos, una cosa increíble, se lo dieron a Madariaga, que además está muerto, pero bueno, en el momento que se lo dieron estaba vivo, pero ni le entregaron el premio, realmente es algo lamentable ...
OM - No hay por tanto un cambio sustancial de recepción de tu literatura en la Argentina por haberte otorgado el premio ...
S.S. - ... en todo caso puede darte un nombre dentro del "corral" de los poetas y entre los poetas, te invitan algo más, a ser jurado, eso si ...
OM - Y Juan Gelman ¿que aceptación tiene en los círculos literarios ... ?
S.S. - En mi generación y en la siguiente, mucha. Me parece que entre los jóvenes nada o muy poco. Es un hombre que tiene premios, le edita Planeta, es cierto que la poesía de Gelman es estupenda, pero también viene con un respaldo político y una historia detrás, una tragedia ... aparece tanto en los periódicos que termina sumándole en una paradoja, lo cierto es que la obra de Gelman está ahí y a mi me parece excelente.
OM - No hay otros nombres de gente joven que despunten ....
S.S. - No, mira yo creo que esto pasa en todas partes ... Yo siempre digo que cuando era estudiante de Bachillerato, yo vivía en Salta, lejos de Buenos Aires y mi padre compraba los diarios de Buenos Aires que llegaban 48 horas después en tren, son 1.500 Kms. de distancia, compraba para leer las páginas literarias, yo me enteré en Salta siendo un muchacho quién era Ricardo Molinari, Borges, Oliverio Girondo ... por La Nación, que todos los domingos publicaban cuatro o cinco poemas, ahí estaba Olga Orozco, Enrique Molina ... cuando saco las cuentas de mi edad y la de ellos, ya estaban por los 40 años, 45 o 50. Hoy es imposible que un poeta de Salta se entere por el diario cómo se llaman los poetas de Buenos Aires, ni del mundo ...
OM - Claro, los periódicos antes tenían una página literaria "de verdad" y con los años van siendo menos literarios, en realidad hoy solo reseñan novedades y productos editoriales ...
S.S. - Claro, son reseñadores. Hay cosas interesantes, pero solo se cita con motivo de algo, por ejemplo se habla de Nélida Piñón porque le han dado el premio Príncipe de Asturias, de la sociedad literaria o de Alfaguara ... siempre tiene que haber un motivo. Cuando yo era muchacho mandaba poemas desde Salta al periódico sin ser amigo de nadie y me los publicaban, esa posibilidad ya no existe en ningún periódico de Argentina y en España, creo que tampoco ... Esto hace que el poeta no esté en los periódicos, solo aparece por alguna razón, pero luego se desentienden de tu quehacer literario.
OM - Cierto, si no eres noticia no existes ...
S.S. - Fíjate cómo será, yo estoy en la comisión de cultura de la Feria del Libro de Buenos Aires y Leonor (Fleming) también, mi mujer, este año -que ya he presentado la queja- al imprimir el programa de la Feria, una feria muy importante desde el aspecto cultural, por ejemplo el año pasado se hicieron más de 500 actos, presentaciones de libros, mesas redondas, recitales de poesía, actos institucionales porque están invitados otros países, otras provincias, salas paralelas en las que puedes elegir lo que quieras, pues bien, imprimen los programas de este año en el que añaden fotos y frases de escritores, ¡ni un poeta!, Piglia, algún ensayista, pero ni un solo poeta, el poeta es como si no tuviera nada que decir ni que opinar ... ocurre una catástrofe ecológica o ahora que estamos de elecciones, si a los intelectuales le tienen que preguntar qué opinan de esta situación, va a ser al narrador, al sociólogo, al politólogo, el poeta es como si no tuviera opinión, ni ideología o como si no fuese a votar, no es un ciudadano ni de ecología ni siquiera de literatura. Se aprueba el plan cultural, por ejemplo, no aparece nunca la opinión de los poetas ...
OM - ... claro, el poeta no es "intelectual", es "poeta" ...
S.S. - O sea la poesía está como muy arrinconada y no se si pasa tan agudamente aquí en España, pero creo que hay una diferencia enorme entre el narrador y el poeta en general.
OM - De hecho muchos poetas se están pasando a la narrativa ... ¿tú has escrito también cuentos y ensayo ...
S.S. - Si, en Anagrama, hace muchos años salió un libro de cuentos y después tengo otro libro que alguna vez le dieron un premio, que era la publicación, en MC, pero justo cuando la editorial cambiaba de manos a Editorial Planeta que no le interesaba la literatura, le interesa la parte comercial, entonces no lo publicaron ni el mío ni el de un chico venezolano ... Los ensayos son pequeñas anotaciones que saqué de un cuaderno, mis observaciones como lector.
OM - ¿Cuál crees que es tu poética? ¿qué compromiso adquieres con la poesía?
S.S. - La poesía mía, y lo digo entrecomillado, es bastante intelectual, no es celebratoria, tampoco me interesa mucho la vanguardia, la ruptura del verso por la ruptura, es una poesía más de pensamiento, que además acabo de teorizar en un ensayo, y que creo que es una característica de la poesía argentina.
OM - Sobre tu último libro, Calles, la idea y la mirada es muy interesante, porque normalmente tu poesía tiene mayor relación con la casa, con el interior ...
S.S. - Si, tengo además otro libro sobre los cafés, Café Bretaña, es una poesía de observación de cosas, de gente, por eso el núcleo narrativo en ellas es muy importante.
OM - ¿Sigue existiendo la cultura de los cafés literarios que eran tan importantes en Buenos Aires?
S.S. - Los argentinos nos pasamos la vida en los cafés, pero no ya no existe, que si existía antes, es el café a donde vas porque sabes que hay tertulias, como podría ser en Madrid el Café Gijón, lo que no sé es si se ha trasladado a otros lugares con la gente joven, pero los cafés clásicos, ya no hay tertulia de café.
(General Oráa)ESTA calle abre su fauce contra el viento para contar lo que ve. Me vea mí: soyel argumento de su largo bostezo, resucitoen su estruendo,vuelo con la paloma a la cornisa, viajoen las anotaciones que rompo paraborrar alguna huella sin control;salgo, pierdo el tiempo, me comporto: de mísólo sé lo que me cuentan.De Calles (Buenos Aires, Ediciones del Dock, 2004)