La Vanguardia en Perú nace con una clara conciencia política. El libro que abre este proceso singular, Trilce, se gesta en medio de un conflicto revolucionario y su medio singular de producción es la cárcel.
Junto a la Vanguardia de reivindicación política surge un proceso de reivindicación nativa que integra a la llamada generación del 26 o Generación del Centenario por la conmemoración de los 100 años de independencia (1921) y de la victoria de Ayacucho (1924).
Oquendo se agrupa de este modo junto a Vallejo, Peña Barrenechea, Esteban Pavlevitch, Magda Portal, Serafín del Mar, Rafael Méndez Dorich, Arturo y Alejandro Peralta 1 y José Carlos Mariátegui. Proponen "las relaciones entre el cambio revolucionario, el lenguaje vanguardista y la raíz andina" 2. Gamaliel Churata -Arturo Peralta- parece decantarse por el surrealismo, mientras que su hermano Alejandro Peralta -el autor de Ande- y los demás integrantes del grupo Orkopata se deciden por el Ultraísmo o el Creacionismo. Grupo inscrito en las tendencias vanguardistas, proponen desde el Boletín Titikaka una poética de la ruptura que pueda conjugarse con el andinismo.
Sin embargo no existe en la redacción de los Cinco poemas un propósito político, pero sí una actitud revolucionaria como se deriva de las palabras que le dedicó Vargas Llosa al recibir en Caracas el premio Internacional de novela Rómulo Gallegos (1967), quien le define como "un hechicero consumado, un brujo de la palabra, un osado arquitecto de imágenes, un fulgurante explorador del sueño, un creador cabal y empecinado que tuvo la lucidez y la locura necesarias para asumir su vocación de escritor como hay que hacerlo: como una diaria y furiosa inmolación" 3. Su vida, marcada por la anécdota, no presenta la angustia desesperada que tendrá la de Vallejo, sino un sentido infantil y lúdico, como reveló Carlos Meneses 4, uno de sus primeros y más interesantes biógrafos.
Su poesía, no obstante, también se hace partícipe de la revolución política, puesto que se traduce en la búsqueda de una nueva estética como recuerda Mariátegui en su presentación de Amauta. Se trata de lograr una cultura fundacional que alcance su voz propia:
"En el Perú se siente desde hace algún tiempo una corriente, cada día más vigorosa y definida, de renovación. A los autores de esta renovación se les llama vanguardistas, socialistas, revolucionarios, etc. (...) Pero por encima de lo que los diferencia, todos estos espíritus ponen lo que los aproxima y mancomuna: su voluntad de crear un Perú nuevo dentro del mundo nuevo 5." (Mariátegui).
De este modo se inaugura el rechazo hacia al cultura heredada 6 que coincide con un cambio en el sistema tradicional de representación artística en el ámbito literario. Sistema compartido así mismo por las vanguardias europeas. En consecuencia la revolución vanguardista se conjuga con el pensamiento político.
Pasemos, por tanto, a analizar el proceso de cambio que supone la Vanguardia en el sistema de representación del mundo:
Tradicionalmente la imagen literaria era el producto de la asociación entre una imagen visual y una imagen mental de acuerdo con la definición llevada a cabo por Longino e implícita en el aforismo horaciano "ut pictura poiesis".
A comienzos del siglo XX la duda ante la posibilidad de captar una realidad total hace que se busquen distintas formas de representación. En realidad se mantiene la tensión que describía Durand en La imaginación simbólica cuando distribuía en dos las formas de representación del mundo, bien directa y por tanto referencial o contemplativa, o bien indirecta ante la incapacidad real para representarla. Esta es la diferencia que se establece entre Oquendo y la poética anterior de su admirado Eguren. La realidad ya no puede ser contenida en la significación del símbolo, por más que éste tienda a establecer la unidad entre dos realidades. El mundo se percibe en una complejidad que impide su armonización en el símbolo, es decir, en el uno, su resonar en la unidad:
"Pues no deis 1, que resonará al infinito.
Y no deis 0, que callará tanto,
hasta despertar y poner de pie al 1" (V, Trilce) dirá Vallejo.
La vanguardia inaugura la ruptura de la asociación entre mímesis y realidad, al tiempo que destruye las diferencias entre las artes, sus recursos y su objeto. Paradójicamente trata de establecer un paralelismo estructural con otras artes, específicamente con la pintura, la fotografía o el cine.
Si bien se ha relacionado la poesía de Oquendo con el surrealismo, sin embargo su sistema de confección de imágenes parece más acorde con el cubismo o el creacionismo.
De hecho, juega con el espacio de la página en blanco que, desde el caligrama de Apollinare, propicia Reverdy. El propagador del cubismo literario insiste en la eliminación del concepto de mímesis como comparación al tiempo que fagocita el "acercamiento de dos realidades más o menos diferentes. Cuanto más lejanas y justas sean las relaciones entre las dos realidades acercadas, más fuerte será la imagen, más poder emotivo y realidad poética tendrá" (1918). En la misma línea Huidobro sitúa al poeta como el mago, el artífice que puede pulsar dos realidades diferentes en la imagen .
Por otra parte si la vanguardia supone una vía de escape respecto a la mímesis tradicional, por el contrario "el componente visual del caligrama denota (...) una analogía esquemática e ingenua" 7.
La visualización poética que, de acuerdo con Mª Ángeles Vázquez 8, es característica de Oquendo, se corresponde con este esquematismo y hace que el caligrama se relacione con otro tipo de poesía como el haikú del mexicano José Juan Tablada. E incluso puede ofrecer aquella visión sorpresiva de la realidad que se manifestaba en la greguería de Gómez de la Serna como el tranvía que aparece en su poema "reclam" en el que
"Desde un tranvía
el sol como un pasajero
lee la ciudad"
Pero las relaciones no terminan aquí: Oquendo lleva a cabo un proceso coincidente con la Vanguardia que trata de eliminar la forma poética mediante una visualización que implica la disposición tipográfica del texto poético. El plegado del papel recuerda la práctica del origami 9, que tuvo en Unamuno a uno de sus máximos defensores 10. Un sistema que nos habla directamente del sentido lúdico que adquiere la poesía al tiempo que expresa desde su formato un claro deseo de renovación y descubrimiento o fundación de un mundo nuevo, o dicho en otras palabras, una deconstrucción de la poética tradicional.
La evanescencia y difuminación simbólica de Eguren se traduce en Oquendo en una fuerte presencia de la realidad, si bien bajo una lente transformadora.
La forma de estructura de la página en blanco puede incluso remitir a Darío en su "Soneto de trece versos"
"Mas el pájaro azul volvió... Pero... No obstante.... Siempre.... Cuando..."
Oquendo en su "Poema del manicomio"
"Tuve miedo de ser una rueda un color un paso"
La imagen que nos ofrece Oquendo tiene una gran relación con el movimiento cinematográfico. Elmore ya había señalado la presencia del cine en Oquendo, especialmente por su constante deseo de otorgar movimiento a lo estático y que surge desde el mismo formato del libro.
El libro está marcado por el tiempo. Las imágenes temporales se tratan de visualizar mediante el sistema circular de empiece y final presente en el poema II de Trilce de Vallejo también dedicado al tiempo, puesto que comienza con Tiempo Tiempo, para terminar con la mayúscula que cierra el poema del mismo modo que lo inicia :
"Tiempo Tiempo. Mediodia estancado entre relentes .......................................... Era Era. Gallos cancionan escarbando en vano .............................................. se llama Lomismo que padece nombre nombre nombre nombrE"
El eterno retorno de Nietzsche se distribuye en este círculo fundado en el sistema de espejos invertidos. Las claves especulares nos las ofrece el propio Oquendo en su "cuarto de los espejos"
" ¿Donde estará la puerta? ¿Dónde estará la puerta? y siempre nos damos de bruces Con los espejos de la vida Con los espejos de la muerte"
frente a Vallejo que abandona el texto a la interpretación del lector. Sin embargo en ambos se encuentra implícito la idea de circularidad y el propósito de visualizar ese tiempo . En la poesía de Vallejo mediante la utilización de la mayúscula al final del poema (nombrE) y en la poesía de Oquendo, mediante la repetición de la palabra ETERNA y su deseo de destacarla dentro del texto mediante la utilización de las mayúsculas
"ETERNA Juventud Vejez ETERNA"
Es el juego de espejos destacado por él mismo en el siguiente verso "Ser siempre el mismo espejo que le damos la vuelta"
Intentos de visualización encontramos también en la página central del poemario, que trata de cerrar el telón mediante la escritura en diagonal de Intermedio, y en transversal "diez minutos". Referencias claras al espacio -"Intermedio" - y al tiempo -"diez minutos". Se trata de convertir la propia realidad del libro en algo dinámico sujeto a un transcurso dominado por el tiempo y el espacio, como lo hiciera el cine, por el que Oquendo sentió una singular fascinación.
En la época de las Vanguardias destaca de modo singular la preocupación por visualizar lo literario, puesto que el tiempo se había podido representar de un modo más claro mediante las indicaciones horarias convencionales. De ahí que la obra de Oquendo se establezca entre estos dos ejes tempo-espaciales tan directa y acertadamente indicados en su representación dinámica.
Este modo de representar el espacio, sin embargo nos vuelven a remitir a los juegos de vanguardia y a Vallejo, pues es fácil encontrar el punto de unión con la disposición de la tipografía en la página en blanco y Trilce:
Las "dos puertas que al viento van y vienen sombra a sombra" del poema XV
Se convierte en el Film de los Paisajes de Oquendo en
"y ¿quién habrá quedado? Dios o nada (VÉASE EL PRÓXIMO EPISODIO)"
En nota al pie se define el poema acéntrico 11. Una paradoja puesto que precisamente ese Dios o nada sitúa lo que entendemos como centro en la o. Significativamente para Vallejo la O en el espacio en blanco se corresponde con la O de burla del ataúd, es decir, caída en el vacío, que expresa en los siguientes versos de "Avestruz" (Heraldos negros)
"mañana que no tenga a quien volver los ojos cuando abra su gran O de burla el ataúd"
De este modo podemos interpretar -si consideramos que Oquendo puede tener cercano el ejemplo de Vallejo- que el centro, la o, es el vacío, la nada, de ahí que predique ese poema acéntrico en un doble sentido.
Los significados de falta de centro se repiten, pues si el tornillo sirve para ajustar dos realidades la risa destornilla, y los significados múltiples se superponen en el verso: "Nosotros desentornillamos todo nuestro optimismo".
"Film de los paisajes" resume todo un universo de imágenes posibles a través de los sentidos. Si nos centramos en los versos que contienen la palabra paisaje, nos encontramos con
"El paisaje es de limón". "Se ha desdoblado el paisaje" "Un poco de olor al paisaje" "un plumero/ para limpiar todos los paisajes"
Por supuesto que ignoro el contenido que Oquendo trataba de otorgar al término paisaje pero parece bastante cercana la idea de una llamada a sentidos como el gusto, el olfato y la vista, para finalmente terminar el paisaje en el vacío o la nada.
De igual modo la realidad que describe el paisaje es acéntrica: las nubes, los automóviles, las casas, la amada, la casa concreta que llama a lo sonoro de la audición ("Tocaremos un timbre"). En el escenario parisino surgen las bicicletas, mientras el paisaje desdoblado, se supone que en las secuencias de la cinta, nos convierte a todos en esos pequeños seres que podemos ver en cada una de las fotografías recogidas en el negativo.
La fotografía nos puede hacer a todos enanos y a las ciudades tener la apariencia de ser construidas sobre la punta de un paraguas y nuestros ojos, contemplando las imágenes, más altos. Hemos alcanzado el progreso.
Pero si podemos recoger la instantánea nos falta aún otra llamada a los sentidos: el olor.
¿Qué sentido tiene? Nada, aunque recojamos todo el paisaje no podemos ni pintarnos el alma de inteligentes, ni matar a la oscuridad, ni desentornillar el optimismo ni llenarnos la carteras de estrellas ni firmar un cheque en el cielo. ¿Cómo si no limpiar con un plumero los paisajes?
¿Qué puede quedar después de una película de los paisajes? Es decir, cuál es el sentido último?
"Dios o nada". El poeta que no puede afirmar ni una cosa ni otra, nos emplaza por tanto para el próximo capítulo, porque como dice en la nota, no hay centro. El paisaje finalmente se borra, la cámara hace un barrido y nos deja la lluvia de la pantalla.
Finalmente, propongo una lectura de los tres poemas, jardin, poema y obsequio
En los tres, mientras que los poemas e incluso su título, se escriben en minúsculas, el último verso se escribe con mayúscula. Entre el uno y el dos se encuentra el poema "Mar" pero de acuerdo con el plegado del libro se puede pasar al tercer poema, sin ver el anterior, el segundo, mientras sí que vemos el tercero, "poema" y el cuarto "obsequio".
Se construyen de este modo tres versos relacionados por: tener una tipografía en mayúsculas, ser el último verso y completar un sentido entre los tres
"LA LUNA CRECERÁ COMO UNA PLANTA" (jardín) "QUE CANTA EN TODAS LAS RAMAS DE LA MAÑANA" (poema) "JARDINERA DE MI BESO" (obsequio)
La tipografía en mayúscula tal vez se pudiera interpretar a manera de imagen subliminar que permanece en la retina y permite establecer la unión entre los tres poemas. Además los títulos están relacionadas: el primer poema, "Jardín" con la luna que crece, el "poema" con el canto de las ramas y el "obsequio" con la función última de unidad: "jardinera de mi beso" que enlaza a la amada con el poeta.
Por otra parte el poemario se construye como un círculo del transcurso: la dedicatoria nos orienta al nacimiento "estos poemas inseguros/ como el primer hablar dedico a mi madre", mientras que la conclusión o biografía remite al transcurso: "tengo 19 años/ y una mujer parecida a un canto". En los dos momentos, principio y final del poemario existe una concreta referencia al acto del lenguaje , el primero como balbuceo; el último como arte, y ambos relacionados con los roles esenciales de la mujer: madre y amada.
Estos dos elementos palabra y mujer se repiten en la poética de Paz que de igual modo inicia Libertad bajo palabra desde el vacío o el silencio. Las relaciones con Oquendo no se quedan exclusivamente en la coincidencia temática sino que de igual modo establece su poema Blanco, crucial en su poética, adoptando el mismo sistema de plegado que adoptara Oquendo como sistema de continuidad y adaptación de un referente preciso al contenido del poema.
A lo largo de esta exposición he tratado de ofrecer algunos ejemplos de cómo Oquendo quiere establecer todo un sistema de correspondencias entre la forma externa y el contenido, del mismo modo que lo hicieran Tablada y Huidobro.
Uno de los mejores ejemplos se encuentra en "reclam"
L s o m s u p b e l r a f n u e m r e b s a
En todo ello no existe sino un complejo entramado de relaciones que trata de configurarse como un juego visual sin reglas establecidas.
Sin embargo este proceso de la Vanguardia no hace sino continuar la red de intersecciones que entre imagen y palabra surgía en los emblemas, los enigmas, acróstitos y laberintos barrocos. No obstante, las diferencias radican en que no domina la relación simbólica sino la visual. Este dominio de la mirada es el componente necesario que nos ayuda a la interpretación y comprensión del poema, y en general del poemario, fundamentalmente basado en la contemplación. Es un juego que remite al pensamiento y la poética de su tiempo.
Por otra parte, en el barroco existe un claro sentido didáctico y lúdico, que privilegia la enseñanza puesto que en su mayoría se basaba en los libros de sentencias y en los aforismos recopilados de la Antigüedad clásica. Condición que exige una única dirección e interpretación. Por el contrario, en la Vanguardia domina la ambigüedad y la libre interpretación por lo que todo lo expuesto hasta aquí puede ser negado y discutido por cualquier otro intérprete o lector. Y en segundo lugar en la poesía de Oquendo domina el sentido lúdico porque hasta lo trascendente del tiempo, de la muerte o del amor ha dejado de obtener una respuesta, se disuelve en el eje equilibrado de la o disyuntiva ( "Dios o nada"). Cita y enfrentamiento con Dios cuya ausencia en el pensamiento de las vanguardias fagocita a su vez una duda en torno al pensamiento tradicional y las normas establecidas hasta llegar al poeta como pequeño Dios 12.
La palabra abandona el trascendental papel que ha jugado a lo largo de la historia. La literatura se transforma en divertimento, juego de ingenio. Frente al contenido trágico de la poesía vallejiana, la poesía de Oquendo mantiene el espíritu lúdico de una literatura que permite construir un mundo nuevo, ajeno a la realidad, aunque fundado en esa otra visión lírica que permite la combinación de imágenes. Un mundo de sueño y ensueño 13 conjuga la palabra aislada de referente que facilita la libre asociación y la creación de imágenes maravillosas, que nos llevan a un poeta mago, en el que los términos se transforman en virtud de la magia, creando una nueva realidad:
"Arboles plantados en los lagos cuyo fruto es una estrella" "Lagos de tela restaurada que se abren como sombrillas" "En tu sueño pastan elefantes con ojos de flor" "y un angel rodará los ríos como aros" "eres casi de verdad" ("poema al lado del sueño")