Muchos intelectuales y políticos latinoamericanos del siglo XIX y XX (tanto de la izquierda como de la derecha), esperaban que los pueblos no europeos desaparecieran por medio de programas de exterminio físico o de su forzada asimilación dentro de la nación moderna. Sin embargo en el siglo XXI los indígenas de las Américas no solamente se han recuperado demográficamente, según nos muestran Kendra McSweeney y Shahna Arps, sino que también se han convertido en un reto para los sistemas políticos y sociales de muchos estados latinoamericanos, cuestionando de esa forma la validez de sus respectivas democracias(1). Ante este escenario, y cuyos paradigmas son hoy día los fenómenos políticos y culturales de una Rigoberta Menchú en Guatemala o un Evo Morales en Bolivia, creo que vale la pena pensar en las implicaciones que tiene la promoción de Cervantes de parte de la cultura hegemónica para indígenas(2). La pregunta puede parecer improcedente a primera vista, pero es en realidad todo lo contrario si se tienen en cuenta tres cosas: 1) la mencionada gran revitalización demográfica, cultural y política de las comunidades indígenas; 2) la preponderante presencia de la conquista de América en la estructura y temas de Don Quijote, en la biografía de Cervantes y en su mundo cultural, y 3) el hecho de que aunque sería desproporcionado considerar a Cervantes un autor colonialista de la misma manera como es posible hacerlo con un Cristóbal Colón o un Juan de Castellanos, hay que reconocer que Don Quijote trata insistentemente asuntos de conquista de América y expansión imperial los cuales son posibles de ligar a la más elemental ideología imperialista española.
¿Qué significan El día del idioma y la novela de Cervantes para una comunidad indígena empeñada en defender su herencia cultural y su autonomía política y territorial ante el Estado nacional? Les hice esta pregunta a dos intelectuales indígenas colombianos en junio del año pasado. Según Jorge Arias, nasa del resguardo Huellas Caloto (Cauca), esta celebración es parte de un proceso general de aculturación, o de civilización, que los indígenas han venido sufriendo por 500 años y el cual afecta la integridad misma de su comunidad y de su persona. En palabras de Arias, "lo primero que la civilización hace es avergonzarnos de nuestros abuelos; lo que pasa es que usted habla muy feo, usted tiene que hablar como nosotros." (3) Desde el punto de vista de los indígenas, continúa Arias, el día del idioma se debiera llamar el "día del genocidio de las lenguas" porque con él el castellano se presenta como "una lengua universal como si fuera el único espacio para establecer un diálogo." Esta celebración desconoce la identidad de otras lenguas dentro de las comunidades indígenas y su efecto ha sido la muerte de muchas lenguas nativas hasta ahora. El día del idioma, concluyó Arias, es "cosa de blancos." Por su parte, Albeiro Gutiérrez, también de origen nasa y del resguardo de Avirama en Tierradentro (Cauca), considera que celebraciones tales como el día del idioma, el Descubrimiento de América o el Día de la raza, son formas de ocultar el hecho de que hubo una conquista española. Tales celebraciones "no hacen nada por reivindicar los problemas de los pueblos indígenas". Una festividad como el día del idioma, continúa Gutiérrez, "debería ser una ocasión para reevaluar el significado de las lenguas indígenas dentro de la identidad nacional."(4)
En cuanto a su opinión de la novela de Cervantes ambos indígenas fueron igualmente de categóricos. Según Arias el artefacto novela en general va en contra de la supervivencia de su cultura nativa y el ejemplo que da tiene que ver directamente con la educación de los niños: "porque ya, sobre todo en nuestra infancia, no se habla de que quiero ser como la Gaitana (...) quiero ser como Quintín Lame, sino que quiero ser como el personaje de la novela, y empieza en su imaginario a transformarse como el personaje de la novela."(5) Y en cuanto a Gutiérrez, el poco interés que su comunidad tiene por la celebración del cuarto aniversario de la publicación de Don Quijote está relacionado con una educación nacional en idioma castellano a la cual ella nada tiene que agradecerle.(6) De acuerdo con estos dos líderes, el significado de la lengua castellana y de la cultura occidental (incluida la novela moderna) no podía ser más aciago para las comunidades indígenas. Estas opiniones de parte de indígenas no son cosa extraordinaria en Colombia ni en cualquier otro lugar en Latinoamérica. (7)
¿Son estas opiniones sobre la cultura española, y sobre la novela de Cervantes en particular, pertinentes para un estudio de Don Quijote en nuestra época? ¿Debemos descartarlas porque pertenecen a un sector marginal de la población que no es diestro en el ejercicio de cultura letrada y la ciudadanía como sí lo somos nosotros? ¿Hay algo en la novela de Cervantes que exacerbe las preocupaciones de los intelectuales indígenas entrevistados? Mi respuesta a estas preguntas es que lo que los indígenas piensen de Don Quijote es muy importante para el estudio de esta obra debido a la pretendida universalidad que tan vehementemente se le asigna; y en cuanto a las preocupaciones de los líderes indígenas, la verdad es que es imposible no ligar la conquista que los indígenas deploran a la fascinación presente en la novela de Cervantes con el militarismo imperial español de los siglos XVI y XVII.
Citas (*)