Lille 3000. El futuro ya está aquí

Por Reinon Muñoz *
(Bruselas, Bélgica, OM)

Martine Aubry, la alcaldesa de Lille, ex-ministra de trabajo del gabinete Jospin, acaba de presentar el programa de Lille 3000, evento económico-cultural que pretende establecer una continuidad con respecto a Lille 2004, Capital Europea de la Cultura. La nueva sesión "cultural" tendrá lugar entre el 14 de octubre de 2006 y el 14 de enero de 2007, y girará en torno al tema de la ciudad india de Bombay. A lo largo de tres meses se llevarán a cabo en la ciudad exposiciones, espectáculos de danza y teatro, cine, conciertos e instalaciones, con el objetivo, en palabras de la señora Aubry, de "interrogar" sobre múltiples temáticas: la economía y las nuevas tecnologías, el arte de vivir en una ciudad y la construcción de las ciudades del mañana, la espiritualidad, y las cuestiones de sociedad y de civilización en general. Para finalizar con la presentación, Aubry anuncia la extensión de las actividad a varias ciudades de la metrópolis y la Euroregión y la organización de un nuevo evento multitudinario para el 2006, esta vez en torno al tema de Europa Oriental.

Lille 2004

Uno de los objetivos declarados de Lille 2004, Capital Europea de la Cultura, era cambiar la imagen de la ciudad. Esta meta debuta unos diez años atrás mediante la construcción del proyecto Euralille, uno de esos centros de negocios estériles -downtown- a la yanky tipo Azca, que contó con la participación de prestigiosos y caros arquitectos -tipo Koolhaas- para atraer la pasta extranjera, ofreciendo la ciudad como un producto: enorme superficie de oficinas a un precio 40% más barato que en Londres, París o Bruselas; Estación internacional de trenes que le dejan en 1 hora 40 en Londres, 1 hora en París, 40 minutos en Bruselas; 2 horas en Amsterdam; 2 horas en Colonia; Aeropuerto internacional; Nuevo recinto ferial diseño Koolhaas; Tupida red de autopistas; Club de fútbol en Liga de Campeones, etc. El proyecto fue promovido por Pierre Maurois, ex-primer ministro de Mitterand. Se trataba de lavar la imagen de ciudad industrial, proletaria, miserable y peligrosa, que muchos franceses tienen de Lille. En efecto, en esta región se situó la mayor parte de la industria minera y textil del país, así como uno de los motores del movimiento obrero francés. Fue en un café de Lille que se cantó por primera vez la Internacional. Ciudad de tradición y cultura proletaria, de corralas, fábricas ciclópeas, emigración argelina y catolicísima burguesía industrial en búnker, era necesario un lavado de cara radical. Por una parte, la infraestructura económico-terciaria no es suficiente para el oficinista gringo: es necesario que también sea exciting, es decir: clubes de tecno, restaurantes tibetanos, música clásica, parques de atracciones, centros comerciales, boutiques de marca y artistas: conciertos, teatro, museos, e instalaciones raras "branchés". El pobre Pierre Maurois, un obrero voluntarioso fogueado en las filas del Partido Socialista antes de que la burguesía lo tomara al asalto, no podía llevar a cabo la parte espectacular de la tarea. Hacía falta alguien con nuevas ideas, una persona de mundo, alguien que sacara a la ciudad de su marasmo cejijunto. Llega la hora de Martine Aubry.

Martine Aubry

Martine Aubry es una enarca, una profesional del poder, una teórica del espectáculo meta-burgués. Mujer cosmopolita, hija de Jacques Delors, ex-presidente de la Comisión Europea, parisina, su familia poseía una fábrica de tabaco en la ciudad, aparte de abundante propiedad inmobiliaria. Este era su principal lazo con Lille y por eso se pensó en ella. Artífice de la famosa ley de las 35 horas semanales, miembro del politburó socialista. Aubry forma parte de una élite filantrópica que pretende la paz social a través del arte. Su equipo de técnicos se puso manos a la obra, venciendo poco a poco las resistencias de los palurdos locales, construyendo parques, apoyando a los artistas, multiplicando los mecanismos de concertación con la población. Para Aubry, es necesario superar la mera exclusión de las clases empobrecidas, que termina abocando a la parálisis, para utilizar toda esa fuerza inerte como vector económico, asegurando por una parte su subsistencia material mínima mediante la ayuda social, y por otra, el engaño espectacular neutralizador de la capacidad de acción autónoma de las masas. Su campaña por Lille 2004, martilleada por su aparato local de propaganda, se propuso la participación ciudadana en la iniciativa, dada la necesidad de espectadores. Sin embargo, como era de esperar, los grandes beneficiarios de la operación fueron los comerciantes, contentísimos con el fantástico aumento de los flujos de turistas adinerados que desembarcaron en la ciudad. La Cámara de Comercio, fortaleza de los riquísimos patrones locales, la banca y los industriales, fueron rápidamente convencidos de la política Aubry, para desespero de la derecha católica que pierde clientes. Así, no es de extrañar que Lille 3000 cuente con la participación de grandes empresas, que de paso se benefician de la lluvia de dinero necesaria para construir la infraestructura: Air France: Transportador oficial aéreo, JD Decaux: Hologramas, Castorama, France Televisión, la FNAC, y otras ...

Lille 3000

Lille 3000 es una empresa, una empresa político-espectacular que aspira a la transformación continua de la ciudad. He aquí la novedad del producto y su interés como nueva vuelta de tuerca del capitalismo. En el centro, la aspiración situacionista de transformar el espacio vital en espacio de juego, de transformación y de libertad. De hecho, la nueva recuperación capitalista de una buena idea, para tergiversarla y ponerla al servicio de los rentistas. Y quizás por esto, -o quizás no, vete a saber- las primeras fisuras en la estructura han comenzado a manifestarse. En primer lugar, el enorme apetito presupuestario de Aubry ha provocado la ruptura con Mauroy, el auténtico hombre de terreno, el capo di tutti i capi. Para empezar, recortando en 350.000 € el presupuesto de la obra, lo que provocó la cólera de Aubry, que llegó a tratarle de viejo senil y demente. A continuación, poniendo en duda la cinconscripción de Aubry a la Asamblea Nacional -costumbre muy arraigada en la clase política francesa de acumular cargos en caso de que uno u otro falle- y haciendo tambalear las bases de apoyo local dependientes del aparato socialista. Pero Aubry, mujer de carácter y voluntad, decidida a llevar a cabo su proyecto y sus ideas, ha sabido apoyarse en el mundo del dinero, y prestigiosos mecenas como el millonario François Pinault, apoyan su iniciativa prestando su colección. En segundo lugar, la creación de una camarilla artística afín, y de múltiples vasallajes en el seno del mundo artístico local, han provocado la furia y el rechazo de una fracción de los artistas que, no queriendo participar en la superchería y viendo su financiamiento reducido o cortado, prefieren permanecer al margen de la iniciativa o partir.

El resto, la masa de los "intermitentes del espectáculo", favorable estatuto que asegura la subsistencia de muchos artistas, se apelotona para conseguir su parte del pastel, aunque sean unas migajas. Los contactos, las influencias, el dejarse ver en las fiestas, resultan pues imperativos. El análisis sociológico de estos nuevos proletarios espectaculares es de gran interés, ya que, en mi opinión, el esquema de Lille 2004, 3000, 2008, etc... va a ser profusamente aplicado en las megalópolis del siglo XXI. Lo hemos visto en el Forum de Barcelona, enorme feria publicitaria, en el Millenium Dome de Londres, el la campaña Live 8. Por una parte una clase, cultivada y fresca, divertida y excitada de estímulos a lo largo de la jornada, confortada en su bondad mediante mensajes humanitarios antisida pro-infancia, consumidora, zen e higiénica; por otra, los obreros entre bambalinas, los actores brechtianos con contrato temporal cortando billetes en exposiciones "brut". Para finalizar, la masa periférica que trabaja como una mula o que vive del paro, beneficiaria de billetes a mitad de precio. ¡Ah! Me olvidaba del aparato represivo-militar, para el que se construyen nuevas bases-fortaleza en el centro mismo de los barrios calientes, o de los militares de la Fuerza Europea de Intervención rápida, con cuartel general en el centro del mayor parque urbano. Como si la sede de la OTAN fuera instalada en el Parque del Retiro de Madrid. Mientras la guerra sigue en Afganistán e Iraq, en el Congo y el Chad, en Palestina y el Líbano, en Colombia y Haití, en Timor y Pakistán. Ahora los amigos de Aubry también quieren invadir Sudán, Irán y Cuba. Los muertos seguirán llegando en vuelos nocturnos no-espectaculares.

Y queda el tema de la India. Explicación. A Lille 3000 le importa un pijo la India, pero a los banqueros, industriales y fabricantes de armas de los que depende el gobierno francés, le interesa mucho. Así, el gobierno de Francia, ante la perspectiva de la emergencia de nuevas potencias mundiales, y siguiendo su política tradicional de cambio de lealtades en beneficio propio -normal-, ha decidido dedicar una año cultural a cada país. El año pasado fue el año del Brasil. El anterior, el año de China. Éste es el año de la India. Y en este marco se sitúa Lille 3000. El imperio americano da síntomas de fatiga: su deuda externa adquiere las proporciones de Júpiter, el tipo de interés se ha doblado en dos años, los saudíes son propietarios del 7% del país y mantienen el dólar a cambio de la 82 división aerotransportada, por no hablar de los chinos. Las ratas comienzan a abandonar el barco, poniéndose guapos, desplegando alfombras rojas, ofreciendo tiritos de cocaína a los majarajás y a los Denxiaoping. Tienen pasta ¿no? Pues a por ellos.

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15 de septiembre de 2006

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