CELEDONIO ORJUELA DUARTE
Poeta y ensayista colombiano, nacido en 1956 en la ciudad de Líbano, en Colombia. Estudió literatura en la Universidad Pedagógica Nacional. Ha sido, tallerista y conferencista de la Casa de Poesía Silva de Bogotá y ha participado como invitado especial al Festival Mundial de Poesía de Medellín, al Festival Internacional de Poesía de Bogotá y al Festival Internacional "El patio azul" de Cajamarca, Perú. Es autor de los libros Precario Equilibrio (poesía, 1996), Visiones, un inventario de afectos literarios (ensayos, 1988), Mujeres y otros cuentos de riesgo (compilación de cuentos, 1997), Ofrendas y tentaciones (compilación de cuentos, 1998), Presencias (poesía, 2004) y Dónde estará la melodía (novela, 2005). Fue colaborador del desaparecido Magazín Dominical del diario El Espectador, considerado la mejor revista cultural del país en las últimas décadas.
LA BAILARINA
La bailarina De rostro pálido y túnica negraDanza en lo perpetuo Podría ser el tiempo de Degas o más allá Se oye una música antigua y se repite En la noche de la mujer hija del aire La telilla se desliza y descubre Sus formas en la calle del ecoLa carne tiembla y el sudor mana Orestes y Narciso podrían llorar y enloquecer de nuevoEn su piel desnuda la envuelve la noche No sabe que la miro Que la sigo Yo su cimbaleroELLASPor aquí por estos lados donde transita Mi soledad No encuentro con quien conjurar la magiaDe mi cantoNo está Lulú no están Francisca ni Salomé No están las angustiadas las filisteas No hay una Dalila que irrumpa en mí Aposento con sensualidad y sangrienta Crueldad Solo golpean a mi puerta Marías Que sirven de botín a esta gula Carmen mi gitanaBOMBERO "No es hermoso ser niños; es hermoso pensar de viejos en cuando éramos niños" Cesare Pavese Para Hernando Hernández, bombero de mi infanciaCómo nos gusta el agua cuando niñosVerla a borbotones en las mangueras de las máquinasYo quería ser como esos malabaristas Que la enrollaban en sus piernas en señal de arrojoMuy tarde vine a ver las crestas de las olas y sus monstruosDesempeñé el oficio de bombero en mis figuraciones por el fuego Cuando niñoQuería ser bomberoUn bombero autenticoY así sobre las calles de mi infanciaMientras otros hablaban de Roy Rogers O Santo el Enmascarado de PlataDe las lecciones de historia o geografíaYo quería ser bombero Lo repetía en mis sueñosColoreando con lápicesEl garaje de las máquinas Del bombero CeledonioAsí, me veía entre mangueras y cascos idealesDestrozando el fuego.Despertaba con la fiebre de mi heroicidadMientras el sudor salía de mi cuerpo En las tardes me daba cuenta que apenas era un niñoQue retorna de la escuela con la mochila En la que venía la harina de los panesAhí llevaba mis cuadernosMientras jugueteaba con el agua en los desagües Con mis zapatos de cauchoImaginaba un río caudaloso en mis dominiosComo bombero de mi puebloO bien me trepo de pie en la cola de la máquinaBajo nubes que cubrían el territorio Distribuía el aguaCon arrojo vencedor Ante el fuego y el grito¡Bebo sangre de toro en las mañanas!O bien sobre el asfalto trepidante Imaginaba la ciudad en la que sería capitán de bomberos Y mi poder la manguera más soberbiaLa más brava de las serpientes La que me graduó de capitánLlevaré a mi rancho noticias jubilosasSólo valentíaDe esperanza.La verdad sólo ibaPor los acantilados de mis calles Creyendo ser bombero.SOLO COMEN LOS INSECTOSEn las riberas de los ríos En los camposSólo comen los insectosAnémicas manosPermanecen encadenadas en camándulas Mientras se derrite la cera de las lágrimas en los ciriosTras de mí Este paisaje de mortajas Sin risas y sin cantosSí acaso un beso a frentes amarillasQue bajan de los montesUna araña disfruta de su presaEn un rincón del techo a punto de caerseVIEJO ALMACÉNDespués del trajín de la ciudad En la alta nocheSe cantan los dolores suburbanosEn este Viejo AlmacénLos visitantes husmean como en un anticuarioCantos libertarios que vienen de viejos acetatosDesde lo oscuro de la calleAncianos payadores prueban voces quebradasEn sus guitarras que ofrecen a melifluos visitantesEl fuelle y la típica Acompaña lejanías y regresosEn la dársena más oculta de mí ser Me visto de paisanoBordeo un mar de lejanías Entro en los burdeles Que dibujan las cancionesMe paro en las esquinas De un desconocido puertoLa ciudad duerme más allá de De este Viejo AlmacénPALABRASLas palabras esperan ser tocadas.Cuerpo de sonidos en las pasiones de los hombres(Arcabuz o candil o fragua, chips, casi toda la materia para sí.)Les busco acomodo en las nochesCon sus ornamentos y argumentos.Las ligeras beben Suspendidas sensuales.Me hablan del silencio.En la mudanzaSe alejan al bosque de abetos y yacen en los libros.De repente es de nuevo la luz.Llegan las otrasLas usualesCon agrio sabor sostienen este cuerpo en el comercio de los hombres.Me llevan y me traen por las cosasEnfermas cansadas.TERMINAL DE AUTOBUSES
Los viajeros de un país oculto trabajan en pueblos y campos fatídicos.
En los terminales de autobuses salen envueltos en un pesado remolino de hollín. En sus maletas el menudeo de los días. Baratijas que ofrecen en los mercados.
Las muchachas de tierra caliente con sus faldas cortas van y vienen cadenciosas. Después el ventanal y el cielo.
El viajero llega, se aloja y se lava; respira el aire caliente con olor a rastrojo. Espera a la mujer por la duración de la noche.
Como beduinos se ennoblecen en tareas por las comarcas. Sus rostros avizoran un porvenir en despachos descoloridos en los que a golpe de pitos y bufidos impregnados en olores en la piel y en los atuendos lavan su cansancio.MATERIA QUE SE PUDREMortaja detenida en el vacío Bulto atado Alguien viene a desollarloMateria que se pudre Huesos insepultos en los caminosBorrado En estas calles De una ciudad que desgasta Con su hollín y sus urgencias Recobrado Busco Mi pantalón y mi camisa