Simón Trinidad
El hombre de hierro
Jorge Enrique Botero
Editorial Mondadori
Bogotá, 2008
355 páginas
El trabajo periodístico de Jorge Enrique Botero, en su nuevo libro, Simón Trinidad el hombre de hierro, con un estilo fluido que oscila entre la crónica y el testimonio directo, nos interna por la selva y estrados judiciales. Botero como testigo ocular, va tejiendo una historia a través de Juvenal Ricardo Palmera, más conocido como Simón Trinidad. Protagonista de este testimonio que no deja de ser cautivante. Algunos califican a Ricardo Palmera como delincuente por haber quedado afuera de unas instituciones en las que había dejado de creer, sobre todo cuando vio morir a muchos de sus compañeros del partido izquierdista Unión Patriótica (UP), en una persecución perversa asesinando a más de 4.000 almas. El libro recoge tres instancias en la vida del guerrillero: su biografía, mediante testimonios de quienes lo conocieron en su época de escolar, su entrada a las FARC y el juicio en La Corte del Distrito de Columbia.
Se intima en la vida de este guerrillero vallenato que cambió el mar del norte de Colombia y la Parranda Vallenata, por las turbias aguas de los ríos de los montes, selvas y páramos. Tuvo su escolaridad en Bogotá en un colegio de origen suizo como corresponde a las familias heráldicas y nobiliarias de este país. Pero Simón volvió a su provincia y en el fragor del trabajo participó en la organización de la UP. Estuvo cerca de la muerte de Jaime Pardo Leal, un día después de su entrevista fue asesinado. Su trabajo de banquero y profesor universitario hizo que mantuviera contacto con las gentes. Estuvo cerca de quienes pregonaban las ideas del Nuevo Liberalismo, sepultado por la maquinaria electoral tradicional. A través de importantes conversaciones con testigos de su militacia en la UP como Imelda Daza, hoy sobreviviente en el exilio, nos recuerda el exterminio de un partido a punta de bala; generando una estampida que los llevó a la tumba, al monte y otros al exilio.
La fuerza de este libro reside en la pasión periodística de Botero en perfilar la historia de nuestro conflicto armado desde las entrañas, copando todos los espacios de cuerpo presente por donde ha trasegado el guerrillero, para ser lo más fiel posible al perfil del personaje, cosa que logra. El estilo de la narración a través de una especie collage de géneros testimoniales hacen que veamos al personaje en su justa dimensión, convencido de ciertos dogmas propios de un país con tendencias fundamentalistas que entorpecen el libre desarrollo democrático, como aquellas frases lacónicas que desdibujan su inteligencia cuando dice: "Las FARC tienen dos nunca: nunca olvidarán el genocidio de la Unión Patriótica y nunca dejarán las armas". Lo mismo que su admiración por José Stalin.