"¿Cómo será el delirio como espuma?
¿Y la mano del viento como ola?
¿Y la noche en el ojo de la estrella?"
Madre Nuestra la Tierra
Aurora Reyes
Madre nuestra la tierra.
Aurora Reyes: la palabra. La mujer palabra. Signo de la serpiente, femenina.
La primera muralista mexicana, Aurora Reyes, poetisa y pintora. Amerindia, americolatina, tarascazo, puñal de obsidiana. Mujer que nos acerca a un verdadero ramillete de espinas rojaduras, punzocortantes; correspondientes a las artistas otras, a las mujeres otras que están cambiado -desde hace muchos años ya, cuestión de querer darse cuenta- el rostro, el corazón y los pulmones de este país.
Aurora Reyes como la Coyolxauhqui, la primera guerrera de la mitología mesoamericana. La mujer entrona, respondona, malmodienta, socialmente incomoda, políticamente incorrecta. Luchadora social. Mujer roja. Rojísima. Colorada. Como la sangre profunda de nuestras arterias.
Valiente, Aurora Reyes. Como las mujeres de color. Las rojas y las negras. Las de los colores de la subversión, y hay que nombrarla entonces en sus mil nombres de Tlacuila para que las manos, la boca y el corazón se nos coloreen, como a las leonas.
Aurora Reyes es un símbolo para nuestro país porque representa el otro modo de ser de la mujer mexicana. Los otros modelos ideológicos, políticos, estéticos, amorosos. Los otros paradigmas, las otras escrituras, las otras desmesuras. Las otras.
Las mujeres mexicanas que disentimos frecuentemente de nuestra patriarcal y conservadora sociedad pagamos el precio por nuestra insolencia: la expulsión del paraíso terrenal... Este fue (y sigue siendo) el sino de muchas mujeres, aunque con un matiz importante: no aceptamos la expulsión, sino el autoexilio.
Aurora Reyes se autoexilió del "paraíso terrenal", de los círculos (exquisitos) del poder por considerarla una mujer políticamente peligrosa... ¡rojilla, pues!, como se clasifica a todo lo diferente, a todo lo que no comprendemos, a todo lo que nos asusta; de rojizo calor y de rojizo color como el del fuego, signo femenino ancestral. ¡Porque se atrevió a resistir los cañonazos de 50 mil pesos, como se decía antes!
Como dirigente sindical dio todo su apoyo a la lucha de las mujeres por obtener su derecho al voto y su derecho a ocupar puestos de elección popular.
Era como de agua, era como de río;
La encontré mar adentro de mi sangre.
A.R.
Mujer desafiante, soñadora e insumisa. Rojinegra hasta los huesos en una época cuando las mujeres debían ser incoloras e insípidas: rositas de té. ¡No magnolias iracundas! ¡No! Aurora Reyes y otras muchas Auroras tenían la sangre púrpura reventándoles en las venas y decidieron no ser la rosa que encanta y enamora, sino la espina que pincha, dolorosa. Insatisfecha.
Aurora Reyes, Concha Michel, Antonieta Rivas Mercado, Benita Galeana, Lupe Marín, Rosaura Revueltas, Carmen de la Fuente, Lucha Reyes, Anita Brenner, María Asúnsolo, Pita Amor, Frida Kahlo, Lola Álvarez Bravo, Adela Palacios, María Estela Ruiz Velázquez (hermosísima mujer, cuenta la leyenda, inmortalizada en aquellos billetes de 10 pesos donde salía retratada de tehuana), Rosario Cabrera, Nahui Olin (Carmen Mondragón), Magdalena Mondragón, Eunice Odio (costarricense), Eulalia Guzmán, Eva Cantú, María Hernández Zarco, Josefina Rivera Torres, Josefina Vicens, Andrea Gómez (excelente grabadora revolucionaria a quien Aurora Reyes admiraba mucho), Margarita Paz Paredes, Concha Urquiza, Dolores Castro, Alice Rahon (francomexicana), Angelina Beloff (aunque nació en San Petersburgo, Rusia), Carmen de Antúnez, lo mismo que Celia Calderón, Cordelia Urueta, Elizabeth Catlett (afroamericana, nacionalizada mexicana), Elena Huerta; también sobresalen Isabel Villaseñor, Kati Horna, Leonora Carrington (tampoco mexicana, nació en Inglaterra), Lola Cueto, María Izquierdo, Mariana Yampolsky (nació en Estados Unidos, pero su alma era mexicana), Olga Costa (de origen alemán), al igual que Remedios Varo (española), Rosa Castillo, Rosario Cabrera, Sarah Jiménez, Tina Modotti (italiana), Fanny Rabel (polaca), e Inés Amor, y otras muchas, muchísimas más: algunas de origen extranjero, pero mexicanas absolutas, figuras muy importantes en la búsqueda de modelos femeninos mexicanos otros. Los otros modelos divergentes. Urticantes. Irritantes. Restallantes. Subversivas.
Lideresa del grupo Las Pavorosas (me permito aquí esta licencia de género), feministas mexicanas, artistas a quien la historia oficial ha olvidado ferozmente, pero que nosotras, como parte de nuestra memoria colectiva, de nuestros pulmones, de nuestras arterias y de nuestro plexo lunar, estamos recuperando como el grupo político y cultural que fueron Los Pavorosos; tal vez no el primero, pero sí uno de los que más incidieron en el arte y la cultura de nuestra sociedad, regida (hasta nuestros días) por los Díaz Ordaz, los Echeverría y los Mario Marín y otros Tlatoanis/Reyes/Sacerdotes (2), tratando de arrancarnos el corazón.
Un incendio de fieras ha estallado en mis sienes,
Hay en mi pecho fiesta de garras y de dientes...
A. R.
La investigadora Margarita Aguilar nos recuerda que el primer mural pintado por una mujer en México fue Atentado a las maestras rurales, y no como se le conoce actualmente: Atentado a los maestros rurales, uno de los siete realizados por nuestra chihuahuense Aurora Reyes; una ópera prima digna del muralismo realizada por mujeres en México. (3)
Sabemos que a los trece años ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria y combinó los cursos con el placer que le generaban las clases nocturnas en la Academia de San Carlos.(3 Entabló gran amistad con Frida Kahlo en la prepa y compartía con ella (ejercicio libertario) el gusto por las groserías y los muchachos.
Aquí me detengo un momento, porque el gusto por las groserías y los muchachos era, ciertamente, un ejercicio de rebelión contra el soporte conceptual en que está basada la estructura del poder: el lenguaje, la escritura, y la libertad individual, el libre albedrío.
Y Aurora Reyes se atrevió al decir las palabras prohibidas para las mujeres: NO QUIERO, hijo de la catrina enchilada, o SÍ QUIERO. Pero bajo mis reglas. Un poeta es su lenguaje, se ha dicho. Y así fue. Se rebeló con be grande y se reveló con ve chica.
La crítica tendrá que volver los ojos hacia la obra de muralistas mexicanas como la de nuestra Aurora Reyes, como las de Isabel Villaseñor, Elena Huerta, Electa Arenal, Margarita Torres, Juana García de la Cadena, Rosario Cabrera, Rosa Rolando y algunas más, para completar la visión de una época trascendental para el arte mexicano.
"Soy completamente primitiva y salvaje. Amo por encima de todo la libertad", solía decir, y a ese lema fue fiel hasta los setenta y siete años, cuando cerró los ojos junto a una magnolia, convertida en leyenda, el 26 de abril de 1985, en la ciudad de México.
Termino mi intervención con una pregunta y cinco iniciativas.
La pregunta: Hemos hablado aquí de artistas mexicanas muy valiosas, Aurora Reyes la primera. Pero, ¿dónde están sus obras? ¿Por qué no las conocemos?
Las cinco iniciativas son:
1.- Que Aurora Reyes sea nombrada coyoacanense distinguida, y sea colocada una placa en su casa con un reconocimiento por ser la primera muralista mexicana y por su obra literaria, orgullo nuestro. Esta propuesta implica la posibilidad, de acuerdo con su familia, de convertir en museo una parte de esta casa histórica.
2.- Que se realice un homenaje anual en su memoria, para que no únicamente los habitantes de Coyoacán se enorgullezcan de ella, sino todas y todos los mexicanos tan necesitados, en estos tristes tiempos para México, de figuras de excelencia ética y artística que honren nuestro espíritu.
3.- Enviar una iniciativa a la Cámara de Diputados para que su obra plástica y literaria sea incorporada en los libros de texto gratuitos. Se lo debemos a las generaciones de lo por venir.
4.- Trabajar en lo conducente para que le sea otorgada la Medalla Belisario Domínguez, destinada para las personas más valiosas y cuya aportación honra y dignifica a nuestro amado país.
5.- Promover ante las instancias culturales necesarias el rescate de la obra de Aurora Reyes; sus murales (algunos de ellos en gravísimo peligro) y su obra literaria.
¿Dónde firmamos, señor delegado?
¡Ay, Aurora! si no hubieras existido te inventaríamos nosotras: las que le apostamos fuerte a la vida para ganar, con la sangre de nuestro comprometido corazón, las utopías imposibles. Aurora, rojiza luz del atardecer, lucero del alba.
Estos alfabetos multidimensionales que utilizó Aurora Reyes nos ayudan a desaprender para volver a aprender. Todos los días, en todos nuestros actos, aún los más pequeños, desafío muy ácido, propio de las mujeres artistas del siglo XXI.
Aurora Reyes
Mujer estrella
Mujer fuego
Mujer luz
Mujer palabra.
Yo te nombro hoy, aquí, en tu casa, Coyoacán:
Aurora Reyes.¡Madre nuestra la tierra!
(y las magnolias blancas nos crecen por dentro, floreciéndose en una enredadera universal).