(Muerte, tecnocracia y posmodernidad)
Editorial Universidad de Antioquia
Colección Otraparte. Tercera edición 2008
Páginas 218
El más reciente libro del médico Orlando Mejía Rivera La muerte y sus Símbolos (Muerte, tecnocracia y modernidad) forma parte de esos tratados serios, nada especulativos a los que son proclives esta clase de temas. Todo lo contrario, el médico Mejía Rivera hace una conjunción de lo que es el tratamiento de la enfermedad y las atenciones del cuidado, hasta su estado terminal y su distintas variantes que ha tenido el concepto de la muerte en los diferentes estadios desde la aparición del hombre en la tierra.
El presente ensayo lo ha desarrollado acogiéndose a la propuesta de Phippe Ariés, cuyo criterio estructuralista y de periodización de las etapas históricas de la muerte se han originado en el concepto de una conciencia de la muerte nacida de la creencia de que existe una mentalidad común surgida del inconsciente colectivo de cada sociedad. Para Ariés, las etapas por las que ha pasado la concepción de la muerte en la cultura occidental son cuatro:
La muerte nómada (Edad Media), en este periodo la muerte súbita es considerada una intromisión del demonio. La muerte propia (renacimiento). El consejo Socrático-platónico de que filosofar es meditar sobre la muerte fue seguido por la mayoría de los humanistas del renacimiento. La muerte ajena (Siglos XVII y XVIII). Las personas dejan de asumir con valentía el pensamiento de su muerte y comienzan a tener miedo a morir.
La Muerte invertida o prohibida (sigloXX). La muerte es escondida de la conciencia cultural de la modernidad. La represión de la muerte se traduce en la negación cultural de los moribundos y en el rechazo a pensar en la muerte como algo significativo para la vida.
Aquí es bueno recordar otro importante libro La enfermedad y sus metáforas de la escritora norteamericana Susang Sontag (1933-2004), quien en dos sendos ensayos indaga sobre dos enfermedades calificadas por el hombre del siglo XX como vergonzantes, el cáncer y el sida y cómo se le ha metaforizado para mal el tratamiento de estas dos enfermedades y su incidencia en el entorno social. O el libro del médico holandés Bert Keizer (1947- ) Danzando con la muerte. El autor defiende una confrontación consciente con la muerte, un trato humano con los afectados, y recomienda que los médicos abandonen su papel autocomplaciente. Libros que darían un aporte más al amplio espectro bibliográfico del presente libro.
Decíamos que el cuerpo metodológico es el que sugiere Phippe Ariés para su libro La muerte y sus Símbolos. Mejía Rivera nos pone de presente todos los adelantos científicos en procura de la conservación de la vida llegando a puntos delirantes de teorías científicas de la vida eterna. En este anhelo de preservación y mejoramiento de la especie se han logrado hallazgos como la inseminación invitro para el encuentro de seres humanos desarrollados por predisposición genética, lo mismo que las clonaciones que tanta discusión malintencionada ha despertado en núcleos sociales retardatarios, sobre todo desde la ultraderecha del clero. O la muerte voluntaria como el caso de la eutanasia y el suicidio.
Otro aspecto que deja claro el presente ensayo es que los entes prestadores de salud, con ese depósito de tecnología médica de la que disponen son grandes “torturadores” de los pacientes ricos, porque su misión es preservarles la vida en función del dinero.
Un interesante libro con valiosas fuentes argumentativas que vinen de la ciencia como también del mundo del arte, especialmente de la literatura, que proponen profundas reflexiones ontológicas en manos de destacados filósofos y humanistas que supieron registrar el efímero paso del hombre en escritores tan autorizados como Nircea Eliade, León Tolstoy, Milan Kundera, Octavio Paz, entre otros, quienes se han ocupado con rigor sobre el tema de la muerte.