Leyla Bartet y Farid Kahhat (compiladores)
Fondo Editorial del Congreso de la República
La reciente publicación del Fondo Editorial del Congreso de la República, el libro La huella árabe en el Perú, recoge 16 trabajos presentados en un coloquio realizado en junio y julio de 2003. El volumen, de casi 250 páginas, está dividido en tres grandes secciones y bellamente ilustrado con fotografías de álbumes familiares.
La primera parte, relativa a la inmigración levantina que llega a América a fines del siglo XIX (sirios, libaneses y palestinos), reúne tres análisis del fenómeno y un extenso testimonio. Subtitulada "Literatura, religiosidad y cocina árabe", la segunda parte, presenta siete ensayos sobre los diversos aspectos del legado árabe a nuestra cultura. Finalmente, la tercera y última parte recoge cinco testimonios actuales de destacadas figuras de la colonia árabe-peruana.
El Perú es un país de gran diversidad cultural. Esta riqueza se expresa en su patrimonio cultural y en sus manifestaciones creativas en todos los campos. Además de las vertientes indígena y española, base esencial del mestizaje cultural peruano, llegaron a nuestras tierras otros aportes que han dejado una huella profunda: el africano, que arribó poco después de la Conquista, y, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, el chino, el europeo, el japonés y el árabe levantino.
Pero, en realidad, la presencia árabe en nuestro país se inicia mucho antes del gran proceso inmigratorio que vivió todo el continente americano a fines del siglo XIX. En la mayor parte de los países latinoamericanos se aceptó la idea del legado español como si este fuera culturalmente unitario. El componente árabe, que a través de España llegó a nuestras tierras, fue ignorado durante décadas, a pesar de que la península Ibérica había cobijado durante ocho siglos la brillante civilización arabo-islámica de al-Ándalus.
Tras la reconquista de Granada, muchos moriscos, esos árabes conversos que a veces practicaban en secreto su antiguo credo, llegaron a América ocultos tras nombres cristianos o como esclavos. En el Perú dejaron una huella brillante en la arquitectura mudéjar, en la gastronomía y en un sinnúmero de usos y costumbres que incluye aquel ícono colonial por excelencia: la tapada limeña.
Posteriormente, a fines del siglo XIX, llegan muchos levantinos a nuestras tierras, huyendo de la crisis y de las amenazas de guerra que se cernían sobre el decadente Imperio otomano. Arriban a América con pasaporte turco, por lo que se les conoció como "turcos" a pesar de no serlo.
Los primeros árabes se establecen en el sur andino hacia 1885, atravesando el norte de Argentina y Bolivia. Otros desembarcan en el puerto arequipeño de Mollendo, tras cruzar el cabo de Hornos. Su adaptación al país fue notable y muchos llegaron a aprender el quechua antes que el castellano. Además de su gran habilidad comercial, introdujeron al Perú sistemas de venta a plazos muy sofisticados y favorecieron el juego del regateo, imaginativo mecanismo de sociabilidad, tan usual hasta hoy en nuestros mercados y en aquellos del Medio Oriente.
La huella árabe en el Perú reúne ponencias de especialistas como José Antonio del Busto, Nelson Manrique, Guillermo Lohmann Villena, Mario de la Cuba, Ilana Aragón, Susana Bedoya, Lydia Fossa, Denys Cuche, Farid Kahhat y Leyla Bartet. Presenta también interesantes testimonios de Patricia y David Matuk Galindo, Neme Mohanna, Luz Neguib, Daniel y Roberto Abugattás.