París. Mirada vegetal

Texto y fotos de Marta Menoyo Urquiza




(Nota: pinchar sobre las imágenes para ampliarlas)



Descubrir la fórmula magistral con la que la hermosa ciudad se perfuma, la esencia con que cubre de frescas caricias la piel, el secreto del aire fragante con que envuelve los paseos creando adicción, la pócima con la que seduce y apasiona sin remedio.



Alquimia para el encantamiento, mezclar en un crisol:

Sombra generosa de sus árboles milenarios

Derroche de silencio y soledad de las veredas de su húmedos bosques

Gotas de rocio de sus jardines escondidos

Briznas de jugosa y brillante hierba de sus mullidas y frecuentes alfombras verdes

Una de cada variedad de sus flores de colores intensos y formas alucinantes robadas a los sueños

Plantas viajadas desde junglas tropicales, delicadas y salvajes a partes iguales

Un manojo de diferentes y bellísimos nenúfares

Un recuerdo de sus amplios parques a los pies de algún palacio abandonado, pétalos de primavera y crujientes hojas de otoño

Un ramillete de flores recien cortadas por un amante lascivo y alguna arrancada de las que penden en los "comercios de viejo"

Algún fruto extraño y prohibido que emerja de los estanques

Un toque de madera oscura, de troncos gigantes y retorcidos con una pizca de tierra mojada con lágrimas de la lluvia

Las alas de dos mariposas escapadas de sendos cuentos de hadas

Una ráfaga de aroma y sabor de hortalizas que se exhiben sin pudor en los puestos callejeros

Algunas especias exóticas de bazares orientales y olorosas arenas de desiertos inquietantes

Unas letras resbaladas de un trozo de papel polvoriento y amarillo, fugado de un anaquel de libros sobre el olvido, en el tiempo detenidos

Y el aliento de una gárgola demoniaca, de fria y antigua piedra, de las que custodian claustros indescifrables en hérmeticas iglesias, junto a seres mitológicos y arcángeles de enigmática presencia


Todo unido por el agua del Sena y su rumor, reposado bajo nubes fantásticas y luz sin mácula, sometida luego la mixtura al proceso de la trasparencia que todo lo ondula. Así el hechizo se decanta y se desvela el misterio con el que esta urbe de cristal, de irrealidad embriaga



Descubrir la fórmula magistral con la que la hermosa ciudad se perfuma, la esencia con que cubre de frescas caricias la piel, el secreto del aire fragante con que envuelve los paseos creando adicción, la pócima con la que seduce y apasiona sin remedio.

Alquimia para el encantamiento, mezclar en un crisol:

Sombra generosa de sus árboles milenarios
Derroche de silencio y soledad de las veredas de su húmedos bosques
Gotas de rocio de sus jardines escondidos
Briznas de jugosa y brillante hierba de sus mullidas y frecuentes alfombras verdes
Una de cada variedad de sus flores de colores intensos y formas alucinantes robadas a los sueños
Plantas viajadas desde junglas tropicales, delicadas y salvajes a partes iguales
Un manojo de diferentes y bellísimos nenúfares
Un recuerdo de sus amplios parques a los pies de algún palacio abandonado, pétalos de primavera y crujientes hojas de otoño
Un ramillete de flores recien cortadas por un amante lascivo y alguna arrancada de las que penden en los "comercios de viejo"
Algún fruto extraño y prohibido que emerja de los estanques
Un toque de madera oscura, de troncos gigantes y retorcidos con una pizca de tierra mojada con lágrimas de la lluvia
Las alas de dos mariposas escapadas de sendos cuentos de hadas
Una ráfaga de aroma y sabor de hortalizas que se exhiben sin pudor en los puestos callejeros
Algunas especias exóticas de bazares orientales y olorosas arenas de desiertos inquietantes
Unas letras resbaladas de un trozo de papel polvoriento y amarillo, fugado de un anaquel de libros sobre el olvido, en el tiempo detenidos
Y el aliento de una gárgola demoniaca, de fria y antigua piedra, de las que custodian claustros indescifrables en hérmeticas iglesias, junto a seres mitológicos y arcángeles de enigmática presencia
Todo unido por el agua del Sena y su rumor, reposado bajo nubes fantásticas y luz sin mácula, sometida luego la mixtura al proceso de la trasparencia que todo lo ondula. Así el hechizo se decanta y se desvela el misterio con el que esta urbe de cristal, de irrealidad embriaga

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15 de noviembre de 2005

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