Antes de salir para la XV Cumbre Iberoamericana en Salamanca, el presidente colombiano Álvaro Uribe dijo -en declaraciones que reiteró en una rueda de prensa en la ciudad castellana- lo que muchos de sus colegas dicen en privado: que la mayoría de estas cumbres son una pérdida de tiempo y dinero. "Es feo ver a los presidentes paseando a toda hora. Con los problemas que tenemos en los países y nos pasamos de cumbre en cumbre'' dijo a la cadena radial rcn y propuso que se comprimieran varias de estas cumbres en una sola semana, en un solo lugar y convertir muchas de esas reuniones en video conferencias y transmitirlas en vivo por televisión.
La mayoría de los presidentes latinoamericanos participan en casi una docena de cumbres al año, más del doble de las que visita el presidente de Estados Unidos. Entre las cumbres latinoamericanas está la Cumbre Suramericana, la Cumbre del Grupo de Río (de Suramérica, México y Panamá, entre otros), la Cumbre Europa-Latinoamérica, la Cumbre Iberoamericana (con España y Portugal) y la Cumbre de las Américas (con EEUU). A eso hay que sumarle las cumbres subregionales y las varias cumbres de Naciones Unidas y la de Asia Pacífico (apec).
Según la oficina de Uribe, el presidente colombiano participa en unas ocho cumbres al año, y se excusa de participar en otra media docena. Las ocho cumbres anuales a las que acude le consumen un promedio de tres días de viaje cada una, lo que significa que debe pasar unos 24 días por año en estas reuniones fuera de su país. Si el presidente fuera a todas las cumbres, tendría que viajar dos veces al mes. De hecho, el presidente de Argentina, Néstor Kirchner, de Argentina, falta a más cumbres de las que concurre.
Una de las razones de esa creciente impopularidad de las cumbres entre la opinión pública latinoamericana es que las declaraciones muchas veces son abiertamente ignoradas por los firmantes, como en el caso flagrante del gobierno cubano sin que nadie nunca haya hecho nada al respecto. Asimismo, la mayoría de estas cumbres contienen decenas de planes contra la pobreza y aumento de los intercambios educativos, científicos y tecnológicos sin que se señalen de dónde se obtendrá el dinero para financiarlos. Del total de la inversión mundial en I+D, el 42% va a EEUU y Canadá, el 28% a Europa, el 27% a los países asiáticos, y sólo el 1% a América Latina. Mientras Israel gasta el 5% por ciento de su PIB en I+D, EEUU cerca del 3% y China 1.2%, la media de América Latina es del 0,5%.
A pesar de todo, en Salamanca podría haberse dado un paso importante en relación a la inmigración. Casi el 45% de los que se han beneficiado de la reciente regularización de inmigrantes que trabajaban ilegalmente en España vinieron de América Latina, particularmente de Ecuador y Colombia. Gracias a acuerdos bilaterales que España tiene con algunos países latinoamericanos, los trabajadores de países como México, Argentina o Perú podrán retirar del fondo de seguridad social en España una vez se jubilen, incluso si regresan a su país de origen.
En Salamanca se dio el primer paso a un acuerdo multilateral que beneficiaría a todos los trabajadores de los 22 países miembros. Según Enrique Iglesias, secretario general de la Cumbre Iberoamericana, los inmigrantes podrían convertirse en "puentes" para el desarrollo de la región, mucho más allá de lo que ya hacen a través de sus multimillonarias remesas. Pero para que eso suceda "no se puede aceptar que permanezcan fuera del circuito" como ciudadanos de tercera clase.
Más allá de ese terreno, la resistencia de la Unión Europea a hacer concesiones en la cuestión de los subsidios agrícolas en la ronda de Doha debido a la oposición de Francia, España y Portugal, principalmente, hará que inexorablemente el futuro económico de la región esté cada vez alejado del Atlántico e inclinado hacia el Pacífico. Según los analistas del departamento de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales -cuyo plantel de académicos y funcionarios quizás sea el centro de estudios latinoamericanos más grande del mundo- las importaciones chinas de América Latina -principalmente petróleo, cobre, y otras materias primas- han crecido seis veces en los últimos cinco años. Las exportaciones de China a la región se han más que triplicado. Las importaciones chinas de América Latina llegaron a 22.000 millones de dólares en 2004 y subieron un 16% en el primer semestre de 2005 mientras que las exportaciones de China a la región alcanzaron 8.000 millones y subieron 32% en la primera mitad de 2005. Mientras, el comercio de EEUU con la región excedió los 445.000 millones de dólares en 2004, 10 veces el nivel de China, cuya inversión china en la región es de unos 8.300 millones de dólares frente a la inversión de EEUU en América Latina es más de 300.000 millones. Pero esas últimas cifras, relativamente estables, muestran el potencial de crecimiento de las relaciones entre la región y Asia oriental, mientras que las escasas posibilidades de que la UE ceda en el capítulo agrícola, alejarán cada vez más en términos comerciales a Mercosur y a la Comunidad Andina del viejo continente. La región recibió en 1999 el 14% de la IED española, en 2004 sólo el 14% (6.100 millones de euros), menos del 0,8% del PIB, cuando en 1999 representaba el 5%. En cambio, en 2004 cerca de la mitad de la IED china fue a parar a América Latina frente al 30% que fue a Asia.