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El surrealismo y su revolución en el arte

El Surrealismo y su Revolución en el Arte: Una Lectura del Surrealismo
de Salvador Dalí y Julio Cortázar

 

Por Gisele Reinaldo da Silva (*)

Río de Janeiro, Brasil

 

Resumen:  La propuesta de este ensayo es hacer un recorrido sobre los efectos del surrealismo en el arte, desde su surgimiento hasta su diseminación como fenómeno de transcendencia y evolución. Para tanto, elegiremos Salvador Dalí, con su inolvidable marco en la pintura, y Julio Cortázar, en la literatura, por la inefable relevancia histórica y artística de ambos autores.

Palabras clave: Surrealismo, Pintura, Literatura, Salvador Dalí y Julio Cortázar.

                                                                                                     

  

Abstract: The purpose of this essay is doing a course the impact of Surrealism in arts, from its inception to its spread as a phenomenon of transcendence and evolution. Therefore, we will choose Salvador Dali, with his unforgettable landmark in the painting, and Julio Cortázar, in literature, for their ineffable historical and artistic importance of both authors.

Keywords: Surrealism, Painting, Literature, Salvador Dalí and Julio Cortázar.

 
El surrealismo no es un estilo. Es un grito de la mente que se vuelve a sí misma.

(ARTAUD,1924,apud NÉRET, 2004)

 

 

El surgimiento del surrealismo

 

Guillaume Apollinaire

La palabra surrealismo tiene su origen en 1917, con el escritor Guillaume Apollinaire, aunque el término sólo adquiere el sentido atribuido hoy, más tarde, en 1924, en el Manifiesto del Surrealismo, inaugurado por André Breton y su amigo Philippe Soupault.

Inicialmente, el surrealismo funciona más como una expedición literaria, puesto que no había un programa surrealista para las artes visuales hasta que Breton escribe Surrealismo y pintura, en 1925. Tampoco había cualquier espacio de exposiciones específicamente vinculadas al grupo antes de la inauguración de la Galería Surrealista, en 1926.


Breton nombra surrealismo a su necesidad de fijar imágenes visuales, preexistentes o no, de manera a exteriorizarlas en un lenguaje novedoso que se ciñe a una apertura para un nuevo mundo, del inconsciente. Hay, a partir de entonces, una comunicación con un mundo que abre espacio a lo desorientado, con el objeto de orientar la consciencia a través del inconsciente.

Es el surrealismo una apertura a lo maravilloso. Sus escritores lo comprenden como un acceso a los espacios no visitados por la razón y lo abordan como una especie de flujo de consciencia o escritura automática, cuyo origen está en la locura, insomnio, alucinación, niñez y, sobre todo, en los sueños. Es en el sueño que nuestras defensas disminuyen y, por lo tanto, que se amplía el espacio al inconsciente.

Los artistas plásticos se dirigen a Breton un poco más tarde y son los años 20 una sucesión de encuentros, publicaciones y estrenos. Hay una considerable producción en las artes plásticas, a través de cuadros, esculturas y fotografías con énfasis en el surrealismo.

 

En 1929 surge la primera publicación surrealista de Salvador Dalí, en A revolución Surrealista. La década de 30 se caracteriza, por lo tanto, como la década del objeto surreal. El surrealismo desafía lo que está impuesto por la lógica normativa del quehacer literario y funciona como un rumbo a un camino mental de múltiples posibilidades, en el cual lo real e imaginado, pasado y futuro, comunicable o incomunicable, vida y muerte no tienen semánticas antagónicas, sino que confluyen en un plan perfectamente posible, aunque novedoso.


El surrealismo garantiza  una obsesión por lo irracional, espontáneo y esa tendencia se mantiene en el Segundo Manifiesto del Surrealismo, en 1930. La naturaleza humana se revela como disturbio de la mente que atañe a su auge inconsciente, por el cual las imágenes ganan forma y se vuelven esencia de realidad, como alucinaciones visuales y auditivas.

La escritura automática libera las palabras de su sentido convencional y son factores como la apariencia y la sonoridad los que determinan la elección y secuencia de las mismas. Los artistas surrealistas se distancian del uso denotativo o descriptivo de las palabras. Las formas son ambiguas y podrían referirse a varias cosas de una vez.

El programa surrealista consistía, por tanto, en transformar la vida en poesía y operar así una revolución decisiva en los espíritus, en las costumbres y en la vida social. El objetivo era hacer poética la vida y la sociedad.

 

El surrealismo: ¿Al servicio de la revolución?


   André Breton

Todorov (1970) afirma que no es papel del arte facilitar la comprensión de su sentido, sino crear formas particulares, individuales de comprender su objeto. Funciona como una destrucción del automatismo receptivo que se limita al reconocimiento, no a la creación de un sentido nuevo a la obra.

Es, así, el surrealismo el que promueve una revolución en el arte de la década de 20 cuando permite un acceso al corazón de las cosas, a una profundidad de otredad oculta por lo rutinario, de manera a ir mucho allá de lo que está inmanente.

Una vez que el lenguaje es consagración, acceso, es el surrealismo que da el paso, el rumbo al hombre perdido en su molesta adaptabilidad a lo previsible. El surrealismo es el lenguaje que busca el comienzo, la manera de encontrar el origen del futuro. Integrar al hombre con su origen, con su materia es su objetivo, para encontrar la transgresión, el salto.

El surrealismo se aleja del aburrimiento literario y se identifica con la magia de lo irracional. El lenguaje suscita pasión e idea, puesto que los conceptos brillan, innovan, y los sentimientos son su vigor. Es un lenguaje pasional de pensamiento vivo y original. Hay una innovación de teorías y una profundización en las que inspiran.

Son los sentimientos los que convocan el pensamiento y les concede nitidez. Hay un sensualismo de lenguaje, que se desarrolla con firmeza y elegancia. Y el quehacer poético no es previsible, sino que evoluciona para dar lugar a las más variadas combinaciones.

El arte surge, así, de una concepción mágica del universo y de una noción sagrada del lenguaje, perfiladas con lucidez y belleza. El surrealismo sirve a la evolución porque es un movimiento que desafía y transciende el proceso de  petrificación humana, ocasionada por la invariabilidad de los sistemas.

El mecanicismo de lo cotidiano presenta un dogmatismo uniforme que no combina con la evolución surrealista. El surrealismo es el encuentro del amor, la libertad y la poesía. La luz está en estos caminos. Y seduce a los poetas y escritores por su potencia innovadora.

El surrealismo es una agresión declarada en contra de lo rutinario y cotidiano, mientras supone un incentivo constante al  desvarío. Es la unidad de los contrarios, destructora de la lógica, que supera el principio de la identidad.

Se trata de una poesía que retira al lector privilegiado de esta vida y lo invita a un salto a lo inhóspito. Hay una liberación imaginativa del lenguaje, un abandono de lo que se considere alienación, lo que posibilita una originalidad inalterable.

 

El juego del doble surrealista en Julio Cortázar y Salvador Dalí

 

   Julio Cortázar

Mientras el discurso realista se propone a volver conocido lo desconocido, aclarar, resolver todas las cuestiones, el surrealismo sugiere una productividad infinita, de imaginación libre. El surrealismo acepta lo que es desconocido como estímulo de creación, actúa como un avance a lo ignorado por la realidad común. 

El surrealismo, según Matamoro (1994), abre espacio a la imaginación libre, cuyo sueño es su principal categoría. El doble carácter de los sujetos y la doble historia, por su vez, promovida por la doble vida de los personajes y, más ampliamente, de los lectores, son características del surrealismo, ya que muestran una posibilidad de existencia que está en otro plan, pero que al ser íntima y familiar, remite a una categoría de lo ilógico. En el espacio de liberación surrealista ocurre una liberación del todo es posible, puesto que todo lo es. 

Cortázar logra con maestría representar este doble surrealista, para construir una literatura que rompe con las leyes de un mundo previsible y se lanza a las excepciones de esas leyes, adoptando una nueva medida de tiempo, espacio y existencia.

El doble de Cortázar desencadena una serie de enredos y conflictos de identidad entre sus personajes, que aparecerán a través del sueño, de las transformaciones, de sus dobles personalidades que incentivarán una crisis existencial de fuerte impacto a la verosimilitud de sus relatos.

El doble en Cortázar no apenas está presente sino que se define como el cerne de genialidad de su obra, ya que es justo a partir del mismo que se rompe la lógica racional cotidiana y se llenan los vacíos de la narrativa con proyecciones duales, que avanzan en una búsqueda incesante por el descubrimiento de la identidad entera de sus personajes, del narrador e, irrefutablemente, del lector.

Al lector cabe el papel reflexivo-participativo en este juego de rupturas, puesto que es imposible pasar ileso a tantos rompimientos de paradigmas y cuestionamientos sobre identidad y destino. El lector se estimula y, en verdad, se ve obligado a abstenerse de su zona de confort en la previsibilidad y asumir a la dualidad de su existencia, en todos los aspectos.

Cortázar invita a su lector a ingresar en un universo de ora ser el yo, ora ser el otro, en el cual ambos son apenas formas de ser un solo individuo. Es como si las mitades circundantes de un mismo ser se chocaran a fin de descubrir quién, en verdad, tiene papel protagonista en aquella materia humana.


En esa misma lógica, la pintura surrealista de Dalí desacredita y desestabiliza la normalidad de la percepción. La existencia de lo real del objeto hace que se cuestione nuestro propio real. 

El penoso proceso de pintura de Dalí, en su ´”método paranoico-crítico” de los años 30, también forma imágenes dobles, puesto que las imágenes se mezclan entre sí y ocurren extrañas metamorfosis, como si fuera una pesadilla, de manera a producir equívocos creativos en la lectura del mundo visual por la capacidad de fundir imágenes.


  Salvador Dalí

Salvador Dalí

Dalí propone en su método por lo menos dos posibles lecturas visuales de sus cuadros, por medio de la técnica pictórica, la cual le permite crear imágenes inquietantes, originadas del delirio. Es como si un único cuadro pudiera suponer dos cuadros misteriosamente fundidos en uno y de esa superposición de imágenes, surgiera la tercera dimensión en forma de insólito y perturbador efecto de relieve.

Las imágenes dalinianas surgen por asociaciones arbitrarias, cuyo sentido es bastante fluido, aunque existe. Acceden, por lo tanto, a un mundo temático nuevo, como lo es el mundo de los sueños, los deseos y de la ambigüedad de las formas dobles. Dalí sistematiza y se apropia de sus particulares obsesiones y deseos para organizarlos como producción artística.

El delirio daliniano da lugar a transfiguraciones macabras y dobles y uno de sus recursos más utilizados es la asociación de imágenes de propiedades contradictorias, de manera a unir en un mismo cuadro objetos y figuras que, en principio, no forman parte del mismo universo, bajo el juicio de la realidad cotidiana.

El doble surrealista propicia, por tanto, un juego en que un sentido nunca es único, sino doble. Se trata del doble lenguaje, consciente e inconsciente, como partes coexistentes en un mismo plan –de la comunicación. Se trata de un juego que deja evidenciar los monstruos ocultos en los sentimientos humanos diversos, con el objeto de encontrar lo que se perdió con la lógica racional y normalización de la rutina.

El doble es inherente a la esencia humana en la medida que hay una constante búsqueda de sí mismo en sí propio y también en el otro, para buscar una identidad menos misteriosa e inaprensible o un encuentro más completo del ser con el propio ser. Y el encuentro con el doble constituye un encuentro con el propio destino, como una búsqueda del estado uno, entero de existencia.

 

 

 

 

Referencias Bibliográficas

 

  • BRADLEY, Fiona. Surrealismo. Trad. Sérgio Alcides. São Paulo: Cosac & Naify Edições, 1999.
  • BRETON, André. Manifestos do surrealismo. Trad. Luiz Forbes. São Paulo, 1985.
  • CORTÁZAR, Julio. Bestiario. Buenos Aires, Sudamerica, 1969.
  • Grandes Pintores del Siglo XX. DALÍ. Madrid: Globus Comunicación, S.A., y Ediciones Polígrafa, S.A 1994.
  • MATAMORO, Blas. Apuntes Cortazarianos. Cuadernos Hispanoamericanos (525) p. 53 – 67, 1994.
  • NÉRET, Gilles. DALÍ. Trad. Lucília Filipe. Lisboa: Atelier de Imagem, Publicações e Artes Gráficas, Lda, 2004.
  • PAZ, Octavio. La búsqueda del comienzo (escritos sobre el surrealismo). 3ª ed. Madrid: Espiral/ Fundamentos, 1983.
  • SANTOS GARCÍA FELGUERA, María. Las vanguardias artísticas (y 2). Historia del arte. Madrid: Historia 16, 1989.
  • TOROVOV, Tzvetan. Introducción a la literatura fantástica.Traducción de S. Delpy. Buenos Aires: Tiempo Contemporáneo, 1972.

 

(*) Gisele Reinaldo da Silva. Máster en Literatura Hispanoamericana en la Universidade Federal do Rio de Janeiro (2011). Titulada en Letras (Portugués y Español) por la Universidade Federal do Rio de Janeiro (2005-2010). Titulada en Pedagogía por la Universidade do Estado do Rio de Janeiro (2005-2010). Intercambio universitario en la Universidad de La Coruña, España (2007-2008) en el curso de Filología Hispánica. giselere@gmail.com