Síguenos

En letras

EL SOMBRERO QUE NO HEMOS VISTO

Por Guillermo Roz


Los misterios de esa imaginación que llamamos memoria hace que si me piden que mencione la presencia de un sombrero en el cine, yo me remita a uno que no estuvo pero apareció aunque nadie lo vio.

Me explico, yo no vi ese sombrero al que me refiero,  pero lo escuché.

Lo cantaba esa extraordinaria voz de todos los tiempos que se llama Joe Cocker, en una película que se llamó Nueve semanas y media, y decía, en libre traducción:

Nena, quítate el abrigo
muy despacio
quítate tus zapatos

Yo te quitaré los zapatos

Quítate el vestido

Sí, sí, sí

Te puedes dejar el sombrero puesto
Te puedes dejar el sombrero puesto
Te puedes dejar el sombrero puesto


Mientras la gran rubia del cine de los 80’, Kim Bassinger iniciaba sus strepteases detrás de una ventana, Mickey Rourke la observaba, comía palomitas de maíz, fumaba, se sonrojaba y cantaba la letra de esta canción que había puesto en marcha para el espectáculo.

Ella bailaba, se enrollaba en un cable de teléfono, giraba y tiraba besos a su amante. Se quitaba un cinturón, una chaqueta, la falda y unas medias. Ya cuando quedaba desnuda se escapaba por unas escaleras hasta la azotea de un edificio donde la noche de una ciudad esplendorosamente iluminada los sellaba en un beso. Sin embargo, esa escena fantástica, de esas que quedan en la retina y en el alma de los espectadores, de esas que van más allá de cualquier técnica cinematográfica y planeamiento de dirección, tiene su clave en aquella frase misteriosa, sugerente y eterna:

Puedes dejarte el sombrero puesto.

Aquel sombrero que nunca aparece en una película inolvidable, es mi favorito.


Fotografía: Kim Basinger en la escena culminante de Nueve semanas y media


blog comments powered by Disqus