Bernardo Bertolucci


Bernardo Bertolucci: Un poeta de la imagen


Por Pedro García Cueto

Crítico de cine español


   

Recorrer el mundo de Bertolucci nos adentra en un universo de seres desvalidos que buscan su identidad. Paul en El último tango en París expresa su deseo de volver a la infancia y en el encuentro con la joven en el apartamento vacío consigue olvidarse de los nombres, de todo lo que tenga que ver con el pasado, inicia un regreso a un lenguaje corporal donde no existe todavía la contaminación de nuestros diálogos con historia. El poder de la mirada está presente en el cine de Bertolucci. Lejos de las historias que hay detrás de los personajes, para el cineasta italiano la imagen es primordial, podemos adivinar el dolor sin saber nada más de Paul o de Alfredo en Novencento.

  El libro de Enric Alberich que publicó Cátedra en su colección Signo e Imagen logra acercarnos a una idea esencial que es clave en la teoría de Alberich sobre Bertolucci:  el cine del director italiano busca la belleza a través de la imagen. Esta idea prevalece sobre lo ideológico o sobre la temática de las películas, es la captación de la imagen la que queda en nosotros y ya no podemos olvidarla. Cómo enfoca a Brando llorando nos impresiona, el suicidio de su mujer ha convertido a Paul en un hombre herido, que quiere volver a una infancia donde no hubiera dolor. El final de la película con un Brando muerto en posición fetal nos devuelve el poder de la infancia, ese regreso a un tiempo donde no hay argumentos, no hay pasado. Al igual que esos personajes que han fracasado en su matrimonio, se puede ver en Alfredo (un gran Robert de Niro) y Ada (la bella Dominique Sanda) cuando se hallan en el bar y llega aquella joven que masturbó a Olmo (Gerard Depardieu) y a Alfredo años atrás. Cuando se quedan solos, sabemos que un vacío inmenso existe entre ellos, saben que las palabras ya no redimen, solo las miradas los acercan en el abismo de la incomunicación. De la misma manera ocurre en El cielo protector cuando John Malkovich y Debra Winger se encuentran ante el desierto en la adaptación cinematográfica de la novela de Paul Bowles del mismo título. Son seres que miran el desierto para volver a verse en un espejo que les devuelva el amor perdido, el tiempo de la felicidad.

  Enric Alberich ha logrado trasmitirnos ese espacio de luz de los seres dolidos en un libro que repasa no solo la biografía de Bertolucci sino cada una de sus películas. Como dice en una muy esclarecedora introducción:

“Su cine es, de un modo que se diría irremediable, la expresión de una subjetividad, de una personalidad que se trasluce, de manera más o menos directa, en cada uno de sus films, a través de los cuales se pueden entrever el flujo, las crisis y la evolución de dicha personalidad”.

  De alguna forma, como bien dice Alberich, Bertolucci habla de sí mismo, influido irremediablemente por un padre poeta y por un ambiente cultural burgués, el cineasta rescata de su memoria a personajes heridos que quieren autoafirmarse, dejar la pesada carga de su pasado. Como muy bien ve Enric Alberich es el baile un medio de evasión de esa realidad, un punto de fuga hacia lo anterior, que quizá sea la niñez o un mundo anterior a ella. El baile de Dominique Sanda y Stefania Sandrelli en El conformista es una declaración de libertad, sin que el tiempo nefasto en que viven pueda influir en un instante pleno, lo que retoma el tema antes comentado: el instante, la imagen como centro de su idea del cine.

   Alberich pone una luz en los seres que alumbró el cineasta para ver cómo manifiestan su libertad, cómo sacan sus demonios vitales, entre los que se incluye el incesto en La luna o en el triángulo amoroso de Soñadores. Todo son cuadros vivientes que reflejan un instante de plenitud donde los cuerpos se olvidan de sus cargas y se dejan llevar por su instinto de supervivencia.

  Bernardo Bertolucci, tan denostado a veces por algunos, fue un poeta de la imagen que buscó en la belleza su leit-motiv, en Paul, en Alfredo, en Marcello, en Caterina, viven seres que encuentran su luz en el instante cuando el pasado ya no es una carga, solo existe el goce de vivir con plenitud lo que saben que no permanecerá.

   Sin duda alguna, nos hallamos ante un libro que sabe navegar en las aguas de un poeta del cine, que comprende su pasión y su afán por buscar lo bello entre el dolor de la vida. Enric Alberich escribe un libro que penetra en nosotros, al leerlo, vemos de nuevo a los seres que una vez, tan cinéfilos que soñamos con el cine, nos llegaron al alma. El eco de Bertolucci vuelve de la mano de un apasionado cinéfilo en tiempos extraños para las pasiones.


TÍTULO: BERNARDO BERTOLUCCI

AUTOR: ENRIC ALBERICH

EDITORIAL: CÁTEDRA, SIGNO E IMAGEN

AÑO: 2017

Bernardo Bertolucci. Enric Alberich, 2017

Novecento, 1976

Último tango en París, 1972

La luna, 1979

Licenciado en Filología Hispánica, Doctor en Filología y Licenciado en Antropología por la UNED. Profesor de Educación Secundaria en lengua castellana y literatura en la Comunidad de Madrid, Pedro García Cueto ha sido profesor asociado en la UNED, participante en Congresos, crítico literario en revistas literarias como República de las Letras, Quimera, Cuadernos Hispanoamericanos, Cuadernos del Matemático, Barcarola, Alhucema, la revista de cine Versión Original y revistas en la red como Letralia, Ómnibus y Cinecritic, entre otras. 

Ha publicado los siguientes libros de ensayo literario: La obra en prosa de Juan Gil-Albert (2009), El universo poético de Juan Gil-Albert (2010), La mirada del Mediterráneo, estudio de doce poetas valencianos contemporáneos en lengua castellana (2012), Juan Gil-Albert y el exilio español en México (2016), Francisco Brines, el otoño de un poeta (2021) y La llama poética de Luis García Montero (2022). Ha publicado los libros de cine: Solos ante el cine (2020), Sombras del celuloide (2022) y La complejidad del actor, Robert de Niro (2023). También, las novelas: La primavera de nuestro desencanto (2018), Los bulevares de invierno (2019), Renglones en la lluvia (2021), Las nubes pensativas (2023) y Lorca, espejo y sueño (2023) y tres poemarios: El sueño de las alondras (2018), La lentitud de la noche (2021) y La caligrafía del mar (2022). En breve saldrán José Sacristán, un actor para la escena (2024) y Pasolini, el poeta del amanecer (2024).