Se
abre el telón
Por
Zingonia Zingone
¿Un escenario Centroamericano?
Es imposible
hacer una antología de poesía contemporánea que sea “representativa” de una
determinada área geográfica, pero esto ya lo saben, tanto poetas como editores.
Es necesario que el lector también esté informado; no vaya a pensar que tiene
entre manos la radiografía del cuerpo poético existente.
Hay grandes
poetas que viven en el anonimato. Hay pequeños poetas que viven magnificados
por la lente informática. Hay premios literarios que atribuyen importancias,
editores que seleccionan talentos, festivales que divulgan voces, críticos que
expresan sus preferencias. Hay circunstancias que hacen y deshacen éxitos. El
panorama literario es una verdadera telaraña que ve en el arácnido su héroe o
su víctima.
Por esta razón,
cuando la revista Ómnibus me pidió proponer una panorámica de la poesía que se
escribe hoy en Centro América, me sentí en apuros: no soy ni crítica ni
académica, ¿a cuál criterio de selección me aferro? ¿Cómo escoger algunos y
dejar fuera otros?
Decidí no
fingirme experta. Decidí dejarme guiar por el azar.
Me explico: para
mí la poesía es la respuesta a un llamado. Como dice el poeta
argentino Hugo Mujica: “Recibo entregando: escribo lo que escucho, pero lo
escucho al escribirlo”. Al ser así, el
poeta se convierte en el transcriptor de un soplo que, por su naturaleza, puede
asombrar al poeta mismo. De
hecho, vivo convencida que la creación artística supera a su creador; crece con
él hasta suplantarlo. Por eso miro con escepticismo el culto del Poeta, la
construcción de una imagen. Estoy de acuerdo con Borges en su afirmar que lo
importante es el encuentro entre un texto y su lector. Ése es el momento donde la
poesía “acontece”. Y ese acontecer legitima lo expresado, lo convierte en
pensamiento.
Es por esto que
emprendí un viaje de lecturas y me entregué al asombro. Entretejiendo voces,
dejé que el hilo fuera el artífice del tapiz. Por supuesto, tuve que poner un
límite al tamaño, dejando fuera textos muy buenos de los mismos autores, así
como poemas que no llegaron a mis ojos en el momento preciso.
Éste no es más
que un coro de voces que viene del Centro. Del centro de América, del centro de
las entrañas. Un coro que canta soledades, amor, injusticias y nostalgias
nativas. Un coro de aquéllos que viven dentro o fuera de sus países; un coro
que acoge también a los inmigrados desde la infancia.