« Los pasos de Parra »: Que pense le « anti-poème » ? (*)
Por Mario Wong
Escritor y ensayista peruano
Tratemos de ser felices, recomiendo yo, chupando
la
miserable costilla humana
Extraigamos de ella el líquido renovador,
Cada cual de acuerdo con sus inclinaciones
personales.
¡Aferrémonos a esta piltrafa divina!
Jadeantes y tremebundos
Chupemos estos labios que nos enloquecen;
La suerte está echada.
(…)
Nicanor Parra
Ahora Parra camina
Ahora Parra camina por Las Cruces
Marcial y yo estamos quietos y oímos sus
pisadas
Chile es un pasillo largo y estrecho
Sin salida aparente
El Flandres indiano que se quema
allá a lo lejos
Un incendio rodeado de huellas
O los restos de un incendio
Que el viento va borrando
O diluyendo
(…)
Roberto Bolaño
Para Ingrid B., siempre
&, también, para
Jorge Tafur
In memorian N.P.
La
antipoesía es poesia; la antipoesía se caracteriza porque percibe el carácter
ambivalente (positivo y negativo) del
être
(ser), de las cosas, del mundo y, fundamentalmente, de la poesía. Es una suerte
de « crónica fragmentada de los vicios del « inMUNDO MODERNO » o
desacralización de los discursos solemnes y de los tabúes verbales que reprimen
lo decible (léase de N.P. « El poeta y la muerte » y « Coitus
interruptus ») »
[1].
Es una constante en la antipoesía de Parra, a lo largo de toda su obra, la
irreverencia y el recurso a la ironía; cito:
« (…)
Cordero de Dios que
lavas los pecados del mundo
Dame tu lana para
hacerme un sweater
Cordero de Dios que
lavas los pecados del mundo
Déjanos fornicar
tranquilamente
No te inmiscuyas en ese
momento sagrado ».
(N.P., « Agnus Dei »)
La
« Generación del 38 » es la antología de 8 poetas jóvenes chilenos [2],
de Tomás Lago, que incluye a Nicanor Parra, quienes escribieron sus mejores
obras en torno a la década de los 50s, del siglo pasado. Su lema era:
« Guerra a la metáfora, muerte a la imágen, viva el hecho concreto y otra
vez: claridad. »[3]; y fue eso un ataque directo al exceso de imágenes de Residencia en la tierra, el opúsculo de Pablo Neruda (que es el que
más me gusta), que tenía una enorme influencia entre los jóvenes poetas del
país sureño[4]. Parra acababa de publicar sus Poemas
y antipoemas [5].
1.- Iconoclastismo de
la antipoesía parriana, desde sus Poemas
y antipoemas (1954)
Parra hace
uso de la paradoja y la ironía en su crítica acerva de la autoridad (sobre todo
de la iglesia católica) y de todas las
sujeciones
(incluidas las concernientes al canon poético,
marcado principalmente por el simbolismo (hispano-francés) de la poesía
nerudiana y las presencias de otros grandes poetas como Gabriela Mistral,
Vicente Huidobro o Pablo de Rokha), desde sus Poemas y antipoemas («post-simbolista », más próximos de Jules
Laforgue y, sobre todo, de la lectura que hiciese T.S. Eliot).
El
antipoema rechaza el canon literario, la tradición poética vigente; ya Vicente
Huidobro, « poeta creacionista », sostenía que su poesía no tenía
nada que ver con la anterior. En su « Arte poética » dijo:
« Mago y antipoeta soy ». Nicanor Parra no desconoce el impacto que
la poesía de Huidobro tuvo sobre su concepción poética: « Me parecía muy
cómico Huidobro, muy « choro » Neruda, me interesaba también
-declaraba Parra-, pero lo encontraba más pesado, solemne… En realidad el
maestro para mí era Huidobro » [6].
« No obstante, la dirección que toma la antipoesía de Huidobro es
-sostiene Marlene Gottlied- diametralmente opuesta a la de Parra. Para Huidobro
el antipoeta es un pequeño dios que crea su propia realidad, un mundo
imaginario totalmente divorciado del mundo real que lo rodea. Este concepto de
la función del poeta da lugar a una poesía hermética, comprendida solamente por
una minoría intelectual muy selecta. Para Parra, en cambio, el antipoeta es
« un hombre como todos », un hombre que va a bajar la poesía de la
torre de marfil en que ha estado encarcelada y devolverla a las masas… » [7].
Escribe Parra, en el primer texto de los antipoemas
(las itálicas son mías):
« Mi poesía puede perfectamente no conducir a ninguna parte
« ¡Las risas de este
libro son falsas! », argumentarán mis…
(……………………………………………………………………………..
…………………………………………………………………)
Me vanaglorio de mis
limitaciones
Pongo por las nubes mis
creaciones.
Los pájaros de Aristófanes
Enterraban en sus propias cabezas
Los cadáveres de sus padres
(Cada pájaro era un verdadero cementerio
volante)
A mi modo de ver
Ha llegado la hora de
modernizar esta ceremonia
¡Y yo entierro mis plumas
en la cabeza de los señores lectores! »
(« Advertencia al lector »).
¿« Parr(a)icidio »?
« Como los fenicios pretendo formarme mi propio alfabeto » (N.P.,
« Advertencia al lector », Poemas
y antipoemas, 1954): ¿« Modernizar » la ceremonia de la poesía?
¿Parra Contra los poetas (W.
Gombrowicz)? ¿Anti-Parra? ¿Absurdo? ¿Locura? ¿Histrionismo parriano?...., ¿bêtise (« No estoy ni en contra ni
a favor sino todo lo contrario », es una frase cantiflesca de un político
mexicano o de alguna de esas « repúblicas bananeras », y ¡todas las
de Latino-América lo son!)?
Después
de su « Advertencia al lector », el segundo de texto -de esta parte « III »
(que son los antipoemas), viene
« Rompecabezas »:
« (…)
Yo no tengo remedio,
Mis propios pelos me acusan
En un altar de ocasión
Las máquinas no perdonan.
Me río detrás de una
silla
Mi cara se llena de
moscas.
Yo soy quien se expresa
mal
Expresa en vista de qué.
Yo tartamudeo
Con el pie toco una
especie de feto.
¿Para qué son estos
estómagos?
¿Quién hizo esta mezcolanza?
Lo mejor es hacer el
indio.
Yo digo una cosa por otra. »
2.- Horroso Chile[8]: un pasillo largo y estrecho (sin salida aparente), el Flandres andiano que
se quema
Es de
tomar en cuenta que lo que le ha permitido a Nicanor Parra construir su vida ha
sido el « principio de desviación »: tomas un camino, después la
bifurcación (en « El jardín de los senderos que se bifurcan », J.L.
Borges); ya el poeta Vicente Huidobro escribía, en El espejo del agua (1916), « Que el verso sea una llave que
abra mil puertas ». « Tomando esta divisa al pie de la letra -anota
el crítico Christian Galdón-, Parra no solamente a hecho de la poesía en lengua
española el espacio de una apertura, una casa con mil puertas, sino también un
arte de demolición… » [9].
Me interesa la antipoesía parriana, en esta parte, en su condición crítica de
la realidad y de Parra mismo en la autocrítica de su obra; es esto lo que determina el sentido ético-estético de la propuesta
poética (si no ella se convierte en propaganda o cae en el descrédito).
Es la
poética parriana lo que conlleva que cada antipoema funcione como una bomba en
retardo; y el lector, en ese lugar de encuentro peligroso, sostiene Galdón, no
sale jamás indemne:
« Durante medio siglo
La poesía fue
El paraíso del tonto
solemne
Hasta que vine yo
Y me instalé con mi
montaña rusa
Suban, si les parece,
Claro que yo no respondo si bajan
Echando sangre por boca y
narices »
(« La
montaña rusa », In : Versos de
salón, 1962; véase N.P., Antología
(1952-2014))
A los
ojos del carácter destructor nada es -escribía Walter Benjamin- durable. Es por
esta razón, precisamente, que él ve por todas partes caminos. Ahí donde otros
se tropiezan con muros o montañas, él ve aún un camino. Pero, como los ve por
todas partes, se le hace necesario, por donde va, limpiarlos, despejarlos. No
siempre con la fuerza brutal, algunas veces recurriendo a una fuerza más noble.
Viendo, por todo sitio, caminos, él mismo se encuentra siempre en el cruce de
caminos. En ningún instante puede conocer lo que sigue. Él demuele lo que existe (lo combierte en descombros), no por el amor
de las ruinas, sino por el amor del camino que las atraviesa. El carácter
destructor no tiene el sentimiento de que la vida valga vivirla, sino de que el
suicidio no vale la pena de llevarlo a cabo » [10].
3.- ¿Qué
« piensa » la antipoesía parriana?
El
« lenguaje poético es, según Herbert Marcuse, un lenguaje de conocimiento
–pero de conocimiento que subvierte lo positivo » (El hombre unidimensional). El artista que asume la « tâche de
détruire » (W. Benjamin, Le
caractère destructeur), de demolición, el artista negativo que fue Parra (como Rimbaud, Nietzsche, Kafka y,
más recientemente, W.G. Sebald fueron ejemplos concretos de negatividad) se
tomó el trabajo poético de subvertir la lengua de la cotidianeidad y sus
visiones; interiorizando, transformando y, también, negando el lenguaje poético
de su tiempo (y las imágenes de la historia y las palabras de los discursos
totalitarios de lo real), atravesando, así, « la delgada línea entre la
política y el arte en tiempos de compromiso »
[11].
Hundimiento
de un mundo, extravío, desbandada…, en la segunda mitad del siglo pasado (más,
aún, después del golpe pinochetista del 73; Estrella
distante, Nocturno de Chile…). Consistencia en la propuesta de la antipoesía
parriana, restitución de la poesía al espacio du réel [12],
desde sus inicios:
« (…)
La palabra arco iris no
aparece en él en ninguna parte,
Menos aún la palabra
dolor
La palabra torcuato.
Sillas y mesas si que
figuran a granel,
¡Ataúdes! ¡útiles de
escritorio!
Lo que me llena de orgullo
Porque, a mi modo de ver,
el cielo se está cayendo
/ a pedazos.
Los mortales que hayan
leído el Tractatus de Witt-
/ genstein
Pueden darse con una
piedra en el pecho
Porque es una obra
difícil de conseguir:
Pero el Círculo de Viena
se disolvió hace años,
Sus miembos se
dispersaron sin dejar huella
Y yo he decidido declarar
la guerra a los cavalieri
/ della luna. »
(« Advertencia
al lector »)
… y al
caos del inMundo (al estado de catástrofe permanente), a la fragmentación de la
realidad, la antipoesía parriana responde con la fragmentación deliberada
de la forma [13];
con la acumulación textual heteróclita, en el antipoema, cito:
« Sueño con una
mesa y una silla
Sueño que me doy vuelta
en un automóvil
Sueño que estoy filmando
una película
Sueño con una bomba de
bencina »
… y:
« Una momia camina
por la nieve
Una momia camina por el
hielo
Una momia camina por la
arena »
(« Sueños » y « Momias »; In : Versos de salón)
… ¿La
antipoesía, una « cuestión de gramática (wittgenstiana o wittgensteianna: leer
el Tractatus Logico-Philosophicus, de
L. Wittgenstein y, sobre todo, su
Philosophische Untersuchungen; y de
Sandra Laugier, Coord., Wittgenstein,
métaphysique et jeux de de langage, Press Univ. de France, 2001) »?
… ¿Potencia
del « anti-poema » -me pregunto (siguiendo en esto a A. Badiou)- en
el punto de lo innominable [14]?
…
trabajo « antipoético », bien concreto, de Nicanor Parra avec la
langue de la tribu (Mallarmé). No es de olvidar que ya en la obra de
Baudelaire -esto según W. Benjamin- se pone en cuestión hasta la posibilidad de
una poesía lírica. A partir de la « Perte d’auréole », la experiencia
poética baudeleriana define « l’effondrement de l’aura dans l’expérience
vécue du choc » [15]:
« Un éclair,… puis la nuit !» [16].
El hombre es (son) sus palabras. El cambio en ellas, en la(s) « forma(s) »
[17],
conlleva un cambio de sentido; los
formalistas rusos lo establecieron como base de sus teorías. Cito seguido los
versos de una estrofa de « Manifiesto »[18]:
« (…)
Este es nuestro mensaje.
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
Al poeta Barata
Al poeta Ratón de
Biblioteca
Todos estos señores
-y esto lo digo con mucho respeto-
deben ser procesados y
juzgados
por construir castillos
en el aire
por malgastar el espacio
y el tiempo
redactando sonetos a la
luna
por agrupar palabras al
azar
a la última moda de
París. »
…
entonces, ¿de que réel « se ocupa »
la antipoesía parriana? ¿Se trata, acaso, de un « réel perdu »
en la historia de los movimientos poéticos? ¿De la experiencia de un
« real fragmentado », dividido, que devino mortífero, criminal,
corrupto, inmundo? La antipoesía
parriana puede « pensarse » -y aquí sigo a Badiou [19]-
como el « lieu langagier » (lugar, sitio del lenguaje) de una
confrontación radical con el réel,
donde el antipoema extrae algo a la lengua, en el « punto real » de
lo que es imposible decir; el recurso al prosaismo y a las fórmulas
estereotipadas (en que se entremezcla lo trágico y lo cómico, lo vulgar. y lo
grave, lo cotidiano y lo contingente sin entelequias platónicas; de ahi la
recurrencia a la información, a la crónica y…), característica del
« estilo antipoético » parriano, es una de las formas que adopta la
crítica del « lenguaje de la poesía ». Así, el antipoema se mantiene
en el frágil equilibrio entre lo que es poesía y no lo es, « entre el verso y la prosa, al filo de su propia negación » [20].
Concluyo citando una parte de los « Vicios del mundo moderno » y…:
« Los vicios del mundo moderno:
El automóvil y el cine
sonoro,
Las discriminaciones
raciales,
El exterminio de los
pieles rojas,
Los trucos de la alta
banca,
La catástrofe de los
ancianos,
El comercio clandestino
de blancas realizado por so-
/ domitas internacionales,
El autobombo y la gula
Las Pompas Fúnebres
Los amigos personales de
su excelencia
La exaltación del
folklore a categoría del espíritu,
El abuso de los
estuperfacientes y de la filosofía,
El reblandecimiento de
los hombres favorecidos por
/ la fortuna
El autoerotismo y la
crueldad sexual
La exaltación de lo
onírico y del subconciente en
/ desmedro
del sentido común,
La confianza exagerada en
sueros y vacunas,
El endiosamiento del
falo,
…………………………………)
(de Poemas y antipoemas)
París-Montmartre,
17 de febrero-9 de marzo del 2018
(*) He
tomado el título de un poema de libro de R. Bolaño Los perros románticos (Barcelona, Ed. Acantilado, 2006, p. 81) y,
con una « ligera » alteración, también el del libro del filósofo
francés Alain Badiou Que pense le
poème ? (Caen, Éds. Nous, 2016).
[1] « A la casa del poeta/ llega la muerte borracha/ Ábreme viejo que ando/buscando una oveja huacha //Estoy enfermo –después/ perdoname vieja lacha //Ábreme viejo cabrón/ ¿o a mohtrar l’hilacha?/ por muy enfermo quehtí/ teníh quiafilarme l’hacha //Déjame morir tranquilo/ te digo vieja vizcacha //Mira viejo dehgraciao/ bigoteh e cucaracha/ anteh de morir tenih/ quechame tu güeña cacha //La puerta se abrió de golpe:// Ya –pasa vieja cufufa/ ella que se le empelota/ y el viejo que se lo enchufa » (« El poeta y la muerte »); « Zeus se enamoró de una mortal/ y no pudiendo pernoctar con ella/ puesto que la belleza dijo nó/ decidió transformarse en avechucho/ desesperado por aplacar su pasión/ aunque fuese bajo la forma de pájaro //ella que era aficionada a las aves/ se enamoró locamente del cisne/ y se le abrió de piernas al instante/ sin sospechar siquiera la burla de que era objeto //la dureza del miembro sin embargo/ la longitud y el diámetro del miembro/ delataron a Júpiter tonante/ en los estertores del acto sexual/ y el ingenioso dios o lo que fuere/ tuvo que eyacular en el vacío » (« Coitus interruptus »). Véase Nicanor Parra, Chistes Par/r/a desorientar a la /p/o/l/i/c/í/a poesía, Madrid, Visor, 1989; léase el prólogo de María Nieves Alonso y Gilberto Triviños (son ellos quienes han realizado también la selección; las barras, en el título, son sobre las letras mismas).
[2] Fue una edición auspiciada por la Sociedad de Escritores de Chile; además de N.P., incluía a: Luis Oyarzún, Jorge Millas, Omar Cerda, Victoriano Vicario, Hernán Cañas, Alberto Baez Flores y Oscar Castro.
[3] Véase Pablo García, « Contrafigura de Nicanor Parra », Atenea: Concepción, Chile, CXIX (1955), p. 157.
[4] « Políticamente éramos en general apolíticos -escribe N.P., para describir a los « poetas del 38 »-, más exactamente izquierdistas no militantes; en materia religiosa no éramos católicos: la teología nos tenía sin cuidado, aunque no tanto. Yo me inclinaba por la filosofía oriental... A cinco años de la antología de los poetas creacionistas, versolibristas, herméticos, oníricos, sacerdotales, representábamos un tipo de poetas espontáneos, naturales, al alcance del grueso público. » (N.P., « Poetas de la claridad », Atenea: Concepción, Chile, CXXX (abril-septiembre, 1958), pp. 46-47; véase Marlene Gottlieb, No se termina nunca de nacer. La poesía de Nicanor Parra, Madrid, Colecc. Nova Scholar, 1977; Introducc., pp. 10-11.
[5] N. Parra, Poemas y antipoemas, Santiago, Ed. Nascimento, 1954.
[6] Véase Leonidas Morales, La poesía de Nicanor Parra, Santiago de Chile, Ed. Andrés Bello, 1972, pp. 189-90.
[7] M. Gottlied, Ob. Cit., pp ; 32-33.
[8] Véase Guido Arroyo y David Bustos (Eds.), Horroroso Chile, ensayos sobre las tensiones políticas en la obra de Enrique Lihn, Chile, Alquimia Editores, 2013.
[9] La fórmula es de Niall Binns, en Nicanor Parra o el arte de la demolición, Valparaíso, Eds de la Univ. de Valparaíso, 2014; véase Ch. Galdón, « Un jeune poète de 103 ans », in : En attendant Nadeau. Journal de la littérature, des idées et des arts, en la net, 2017, 06, 20.
[10] Walter Benjamin, « Le caractère destructeur », Œuvres, Saint-Amand (Cher), Éds. Gallimard, 2000, pp. 330-32; la Traducc.y las itálicas son mías. Cito, seguido, el inicio del ensayo: « Jetant un regard rétrospectif sur sa vie, il se pourrait qu’un homme se rende compte que presque toutes les relations approfondies qu’il a connues avaient trait à des personnes dont tout le monde admettait le « caractère destructeur ». Un jour, par hasard peut-être, il ferait cette découverte, et plus le choc qu’elle lui causerait serait violent, plus il aurait de chances de parvenir à dresser un portrait du caractère destructeur. Le caractère destructeur ne connait qu’un seul mot d’ordre : faire de la place; qu’une seule activité: déblayer. Son besoin d’air frais et d’espace libre est plus fort que… »
[11] Véase, sobre la reconsideración que hace el poeta Enrique Lihn de Kafka, como « artista de la negatividad », el ensayo de Diego Alfaro Palma, « Kafka y el artista negativo »; In : Horroroso Chile. Ensayos sobre las tensiones políticas en la obra de Enrique Lihn, p. 141.
[12] « La constatation d’un égarement dans la poésie dû à un éloignement de la vie et à une sacralisation qui soumet la poésie à un espace littéraire donné provoque chez Nicanor Parra le mouvement connu sous le nom d’antipoésie. Son but déclaré est alors de restituer la poésie à l’espace réel » (Véase Cédomil Goic, « L’antipoésie »; In : net, Études littéraires. La Littérature dans la Culture d’ aujourd’hui, Vol. 6, N° 3, Dic., 1973, p. 379; la nota a pie de página, de ese parágrafo, remite a Patricio Lerzundi, « In Defense of Antipoetry : an Inteview with Nicanor Parra, Review 72, New York, Winter 71/Spring 72, pp. 65-71).
[13] L. Morales, Ob. Cit. ; léase el Cap. IV.
[14] « Disons que l’innommable propre du mathème est la consistance de la langue, cependant que l’innommable propre du poème est sa puissance » (Léase A. Badiou, « Philosophie et poésie : au point de l’innommable », Ob. Cit., p. 76; y pp. 74-75)
[15] Véase W. Benjamin, « Sur quelques thèmes baudelairiens »; In : Poésie et révolution, Paris, Denöel, 1971, pp. 273-275.
[16] La crisis de la tradición que otorgaba autoridad y garantía a la obra de arte - por la cual se realizaba sin cesar la soudure entre el presente y el pasado-, y que según Walter Benjamin se manifiesta como « décadence de l’aura », fenómeno que es evidente, particularmente, en Baudelaire, poeta que afronta la disolución de la autoridad de la tradición, poniendo la « experiencia de choc » en el centro de su trabajo poético. « Le choc est la force de heurt dont se chargent les choses quand elles perdent leur transmissibilité et leur compréhensibilité à l’intérieur d’un ordre culturel donné. Baudelaire comprit que si l’art voulait survivre à la ruine de la tradition, l’artiste devait essayer de reproduire dans son œuvre la destruction même de la transmissibilité qui était à l’origine de l’expérience du choc : de cette façon il réussirait à faire de l’œuvre le véhicule même de l’intransmissible. Par la théorisation du beau comme épiphanie instantanée et insaisissable (« un éclair…puis la nuit ! »), Baudelaire fit de la beauté esthétique le chiffre de l’impossibilité de la transmission. » (Véase, Giorgio Agamben, L’Homme sans contenu, Clamecy, Ed. Circé, 1996, pp.139-140).
[17] Sobre el trabajo de los poetas (con las formas verbales), Henri Meschonnic anota: « … - le rythme est la redondance du sens, la tâche du poète est d’adapter l’un à l’autre. Il distribue son appréciation. Comme Valery Larbaud en traduction, c’est un artisan. Faire précède comprendre. Il ne s’agit plus aujourd’hui d’ « expliquer le travail poétique par des voies que le poète n’a pas distinctement connues » (Jean Prévost, Baudelaire. Essai sur l’inspiration et la création poétique, Mercure de France, 1953, p. 356). On ne peut pas décider si et comment le faire n’a pas connu le comprendre. On pose qu’il ya un comprendre spécifique à ce faire, une continuité conceptuelle entre la pratique du faire et celle du comprendre, par la construction d’une logique du signifiant qui annule le psychologisme, l’esthétique, le dualisme dans le langage » (Véase H. Meschonnic, « Un poème est lu : « Chant d’automne » de Baudelaire »; In : Pour la poétique III. Une parole écriture, Paris, Éds. Gallimard, 1973, p. 284).
[18] N. Parra, Otros poemas (1950-1968-);In : Un puñado de ceniza. Antología 1937-2001, Santiago de Chile, LUM Eds. Concha y Toro 23, 2015, p. 140.
[19] Véase Alain Badiou, A la recherche du réel perdu, Clamecy, Éds. Librairie Arthème Fayard, 2015, pp. 38-39.
[20] Véase N. Morales, Ob. Cit., Cap. IV.