GALLINAZOS IN FABULA Por Sylvia Miranda Halo de la luna (Peisa, 2017), la última novela de Carmen Ollé, es una pequeña obra maestra, en su brevedad y perfección; una esfera que encierra violencia y deseo. En ella todo está medido, el tema se anuncia en el proemio y, sin embargo, todo puede suceder como en una comedia de enredos o mejor decir tragicomedia. Me parece más una fábula de nuestro mundo contemporáneo, impregnada de ese espacio autónomo, indefinido, pero poderoso de los cuentos. Bajo este título tan delicado, tan zen, Halo de la luna, se guarda un libro bello y terrible, una historia de ficción con muchos visos de realidad, en la que una joven moribunda no deberá morir virgen. Alrededor de este motivo surge toda una trama llena de personajes extraños que parecen salir de la nada. Como en el teatro isabelino, abundan los personajes grotescos, bufonescos, que entran y salen de los mismos lugares sin verse. El lugar aquí no es un bosque a las afueras de un castillo sino un parque cerca de un lago. El parque como escenario tiene su importancia en la novelística de Carmen Ollé, es casi siempre el lugar de los encuentros, de la aparente tranquilidad, del riesgo. La simple alusión a un mundo de gallinazos en la novela nos permite situarnos por un segundo. ¿Se trata quizás de un mundo de gallinazos sin plumas? Sí, pero aún peor que aquél que nos mostrara el gran Julio Ramón Ribeyro, mucho más degradado, donde las pulsiones eróticas junto a la codicia terminan envileciendo la existencia de unos personajes marginales, depravados, degenerados que conforman el fondo oscuro, patológico, de nuestras sociedades. El parque es entonces también una selva con su serpiente que habla, el lago la laguna Estigia por la que navega Caronte trasladando a la otra orilla la sombra de los muertos, como en el famoso cuadro de Patinir. Halo de la luna me recordó, en cierto sentido, en su alianza escatológica, ese libro maravilloso y terrible que es El Fiord de Osvaldo Lamborghini, dentro de ese mismo objetivo de mostrar las cloacas del mundo. Forma última y desesperada de dignificarse no sólo como escritor sino como ser humano. Después de Noches de adrenalina, Halo de la luna es quizás la obra más arriesgada, más irreverente y más lograda salida de la pluma de nuestra escritora. (Madrid, 23 de octubre de 2018) *Sylvia Miranda: Doctora en Literatura Hispanoamericana por la Universidad Complutense de Madrid (su tesis fue sobre Carlos Oquendo de Amat, César Moro y Emilio A. Westphalen). |
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