ACTUALIDAD

Le Roi est nu (El rey está desnudo y…) et…, la « Bataille de France »: 

« Covid-19 », la bio-política y el Estado de excepción « maintenant »…, « le vent l’emportera »


Por Mario Wong

Escritor peruano

 

…toda la belleza de un mundo en ruinas. 

Anónimo, Nuit debout

 

(…) Admitirse como sobreviviente es una tarea tan dolorosa como inútil. Por eso la postergamos y así hemos llegado a la situación en que nos encontramos hoy.

Rodrigo Fresán, Historia argentina

 

De esta fiesta mundial de la muerte, de esta mala fiebre que incendia en torno de ti el cielo de esta noche lluviosa, ¿se elevará el amor algún día?

Thomas Mann, Der Zauberberg

 

A Michal W., siempre

&, también, a Rosa E. W.

 

In memorian Leonard Cohen

 

-I-

La catástrofe es, actualmente, un estado permanente; no es solo la catástrofe de la violencia política y del horror de la historia, que caracteriza el siglo pasado en su conflictividad ligada a la existencia de bandos, partidos, frentes políticos ligados a tal o cual ideología (clasista o « no-clasistas »; mas bien éstas, con los efectos de la mundialización resultantes de la crisis de los estados naciones  y de la quiebra del pacto o « contrato social » de las políticas económico-sociales provindencialistas, que trajo consigo el desempleo masivo y los flujos migratorios, están de vuelta con los movimientos de extrema derecha nacional-populistas; casi en todos los países europeos, sobre todo los de Europa del Este; está, también el Brexit, antes la elección de Trump,y en Latinoamérica de Bolsonaro, en el Brasil, y la caída y huida de Evo Mor…, en Bolivia). No hay que olvidar que el presente siglo se inicia, según varios historiadores, con el derrumbe de las torres gemelas del WTC el 9/11, a causa del triple ataque terrorista de grupos islámicos (Ben Laden y la red de Alquaida), que daría pie a la declaración de guerra de « Bush junior » contra el « eje del mal ». El « Covid 19 », por « otro lado », tiene que ver con el bio-poder (el « biopouvoir », ese concepto tan caro de Michel Foucault –Surveiller et punir, M. Foucault. Le beau danger (Entretien avec Claude Bonnefoy), Le pouvoir de la bataille,…,  en cuanto al análisis de las bio-políticas concierne), y otro tipo de guerra, que lleva a los estados, a nivel mundial, a recurrir al Estado de excepción. Hay demasiada confusión que nos impide ver…, too much confusion!

La catástrofe mundial ya ocurrió (aunque todos estuviésemos esperándola, y es por eso que siempre la postergabamos; es así como nos encontramos en la situación actual); hace mucho tiempo que soplaba un aire verdaderamente pestilencial, y ¡solo los idiotas no querían darse cuenta de ello! No hay límites en la bajeza con respecto al trato que les otorga a los sujetos el sistema capitalista, (la cuestión de winners & losers, no está por nada en la ideología y sola « moral », les profits, de la omnipotencia del mercado globalizado. Chiste: « los capitalistas no sólo buscan beneficios, sino que también emplean su tiempo a buscar conocimientos »; lo cual, por lo demás, es cierto, pero…, ¿los grandes cap…, de las finanzas, van ha…, maintenant que… ?[1]. El filósofo alemán Peter Sloterdijk ya había sonado la alarma: en términos de dinámica procesal, el « mundo del futuro » podría aparecernos como un « parque de domesticación » humana, un campo de concentración inmenso (los cuartos de gasificación y los hornos de incineración, con sus relentes deletéreos, no estarían ausentes… ; Abril rojo, noir…, aunque…). El único desafío, a todo ésto del sistema concentracionario (las tecnologías cibernéticas de punta lo hacen posible y…, las mass media… ; un mundo a lo H.G. Wells, A. Huxley, Philip K. Dick, Norman Spinrad…), mundial, sería la reconstitución integral de las premisas de la vida desde el corazón de lo irrespirable. Alternative: Desobediencia civil, Mai 196…, para deshacerse de todo un…

 

-II-

La guerra no conoce treguas -¿Dónde leí eso (no lo recuerdo)? El escritor no puede, jamás, abandonar el frente de combate; sobre el combate que libra el hombre, Kafka tiene una parábola: « Él tiene dos antagonistas: el primero lo empuja atrás, desde los comienzos. El segundo bloquea la ruta frente a él. Él lucha con los dos, ciertamente, el primero lo sostiene en su combate contra el segundo, que lo sostiene en su combate contra el primero, pues él lo empuja hacia atrás. Pero, esto no es así sino teóricamente. Pues no hay solamente dos antagonistas en presencia, sino también él mismo, y ¿quién conoce realmente sus intenciones? Su sueño, sin embargo, es que una vez, en un momento de descuido -y será necesario, de seguro, una noche más oscura que nunca, nos dice Kafka-, él abandone la línea de combate y se eleve, debido a su experiencia de la lucha, a la posición de árbitro, sobre esos dos antagonistas, en el combate del uno contra el otro» [2]. Y me sumerjo en las profundidades tenebrosas -escribir es, siempre, «…  atreverse a lanzarse al abismo » (R.B.)-, y continúo a percibir los prismes de…, los cubos del…, las aristas que… ; y la azotante danza de la muerte, de la « Pelona », que  no termina y… ; la vida no vale nada, no vale nada la vida…(« Y ¡vámonos muriendo todos, que están incinerando gratiol »… ) ; y « …, que naide me diga que soy un rajado! »

… Cito, seguido, a  Walter Benjamin, la tésis IX, de «Sur le concept d’histoire », de los Écrits français:

« Hay un cuadro de Klee intitulado Angelus Novus. Vemos un ángel que parece alejarse de algo, a lo que su mirada permanece puesta. Sus ojos están exorbitados, su boca abierta y sus alas desplegadas. Tal deberá ser el aspecto que presente el Ángel de la Historia. Su rostro está vuelto hacia el pasado. Ahí, a donde nuestra mirada se dirige, parece que se suceden una serie de événements. No hay otro que uno que se ofrece a sus miradas: una catástrofe sin modulación ni tregua, amontonando los descombros y proyectándolos eternamente ante sus pies. El Ángel querría bien inclinarse sobre ese desastre, curar las heridas y resucitar a los muertos. Pero una tempestad se ha levantado, viniendo del Paraíso; ella ha inflado las alas desplegadas del Ángel; y él no consigue más replegarlas. Esta tempestad lo lleva hacia el porvenir, al cual el Ángel no cesa de darle la espalda mientras que los descombros, frente a él, se elevan hacia el cielo. Damos el nombre de Progreso a esta tempestad ».[3]  Esta tesis es, sin duda, una alegoría de la historia en tiempos catastróficos que…

 

-III-

Vivimos en la « sociedad gestionaria», mundial, del Ground zero –WTC 9/11… ; Sa Majesté la terreur, L’homme qui tombe…, que no admite ningún límite, y no se detiene en cuestiones de tradiciones culturales ni ideológicas, ni mucho menos éticas. No hay más que un pasaje peligroso, una especie de brecha -¿imaginaria, fantasmática que…? Y la paranoia que…- que separa, en cada instante, la destrucción real, efectiva, de lo que tiene, aún, de la pura virtualidad: la catástrofe ha ocurrido, y ella se produce continuamente, no cesa, pero ella es sin cesar remitida a otro tiempo; el apocalipsis now ocurre en cada instante, el fin no tiene fin y...  Ground zero devorá todo, objetos, bosques, animales y seres humanos[4]; se retroalimenta…, produce mismo las catástrofes y… ; los humanos devienen las escorias, los residuos, lo desechable  de un proceso que no tiene fin y… ; hay como un « vaciamiento de  basura » (más aún con los nacimientos in vitro, el genoma  y los descubrimientos últim…, en el ADN, su  estructura…, lo humano completamente prescindible y… ; Animals  farm, Brave new world…), virtual, que planea sobre nuestras cabezas y…, y todo eso tiene que ver con el bio-poder y las biopolíticas, del capitalismo global, en… (Y el crimen engloba todo lo que existe y su banalización se ha…, ¡la realidad es el crimen!), y, esto, no sólo en « tiempos de desastres »; la sociedad gestionaria, mundial, tiene, comparte, la misma orientación biopolítica que el Estado nazi: la creencia en una humanidad biológica, lo que Foucault llama l’« homme -espèce », y… [5]; el espacio bio-político si ha existido (ahí están los campos de exterminación, Auschwitz, Buchenwald…, la « Solución final »que…), y existe, actualmente, en los campos de retención, de encierro de migrantes, y muros fronterizos (y otros que…) de…  La sociedad gestionaria -en esta « última fase » del capitalismo- no ha salido de ese « horizonte bio-político », después de la Segunda Guerra Mundial y…, l’état d’exception.... Pero, en el  centro de la desvastación misma, del desastre mundial, puede producirse el cambio, inesperadamente… ; lo indemne  que surge, en cada instante (que se halla en todas partes y en ninguna y que… ; el azar, lo aleatorio juega su papel en todo esto), y que en el punto de inflexión alcanza, se aferra a lo que preserva  la… Lo que se cierra y lo que se abre; devastación y preservación, ¡cómo dos posibilidades de la même « Chose » (misma « Cosa »)!

 

-IV-

 …estamos, vivimos inmersos en el tiempo, en el tiempo nos acordamos de las cosas; …pero también en el tiempo libramos un combate que nos puede llevar a sucumbir. En Poésie et Révolutión, Walter Benjamin constataba, después del armisticio de la Primera Guerra Mundial, que los cambatientes volvían del frente, «no mucho más ricos sino, más empobrecidos de experiencia comunicable»; en este sentido, parecería vano esperar que la literatura, la novela, pudiese revivir una experiencia, darle pleno sentido, esto sobre el plano histórico. No es esta en realidad su función; ella puede ser testimonio de la desaparición de la experiencia histórica; o, de la «experiencia de choc» que ya constataba en su tiempo Baudelaire[6]. Esto en lo que concierne a la crítica de la novela y a la memoria de la humanidad.


En  Les Somnambules, Hermann Broch cuenta el caso del soldado Ludwig Gödicke; que lo sacaron de una trinchera con la boca abierta, repleta de tierra, como si hubiese querido gritar; los médicos lo habían salvado; pero, durante todo un periodo, no hacía más que gemir de dolor; después, los gemidos se extinguieron poco a poco; hasta que, en días posteriores, estallaron de nuevo, con una intensidad reforzada. Parecería ahora -o, podemos imaginar que era así, nos dice Broch-, parecería que Ludwig Gödicke, no recobraría los fragmentos de su alma sino uno a uno, y que cada uno de ellos, le llegaría trayéndole una ola de sufrimiento. Y podemos bien admitir, aunque no podamos probarlo, que los sufrimientos de una alma dislocada en átomos y reducida a polvo, y que está obligada a recuperar su unidad, sobrepasan todo otro tipo de sufrimiento, que el mismo es peor que los sufrimientos del cerebro, que es recorrido por ondas convulsivas constantemente renovadas, peor que todos los tormentos corporales que acompañan ese proceso[7]. Sin embargo, en el tiempo histórico, que es otra forma de ficcionar la realidad, no existen fisuras, ni brechas ni paréntesis; se vive en el continuum du temps, que viene de atrás y va hacia adelante. He citado el pasaje de la novela de Broch porque vivimos tiempos de extrema fragilidad y… Todos somos, de alguna forma, sobrevivientes de…


-V-

El filósofo italiano Giorgio Agamben toma, en uno de sus últimos libros[8] (8), a un personaje de la comedia napolitana, que se expandió en el arte, el Polichinelle, y que proviene de la historia en tiempos de desastres, tiempos de mutaciones inquietantes, épocas des tournants historiques (la caída de la República de Venezia, en tiempos de Tiepolo, la guerra de España, la ascensión del nazismo, la guerra del Vietnam, la(s) guerra(s)…, las dictaduras del…)

Desde el momento que entré a la sala de la biblioteca de la embajada Argentina -6, rue Cimarosa, 16ème Arr. de París- las esculturas del artista argentino Juan Ignacio Valenzuela, en su exposición intitulada « Allégorie »(*) –octubre, 2019, sentí que me interpelaban; las más que presentan una suerte de autómatas (la llave, que les da cuerda a sus figuras, se halla ahí, en sus espaldas; lo cual hizo que surgiese la cuestión sobre la libertad de sus personajes alegóricos) en lo alto de sus « estructuras », como asomándose al vacío; personajes invisibles como en « La Fortaleza » (es el título de una de las piezas) o en frágil equilibrio –en « Cíclico », « Instinto », « El abrazo »…, todos de su Serie Alegoría. Éstos, indistintos, tal vez pertenecientes a un « castillo kafkiano », en tensión abismal, como si se sorprendiesen (o nos sorprendiesen…), en un instante, antes de la caída; y, al mismo tiempo, como si la rueda continuase girando, « Cíclico », en la tensión de « ese equilibrio », inestable, ellos permanecen como el « Polichinelle trapézista » (1797-1804; scène 46), obra de  Giandomenico Tiepolo (1727-1804); éste en el momento de la « caída ». O, quizás, « un funambule que anda (marche) sobre una cuerda inexistente;  él se mueve libremente, con su torpeza insistente (gaucherie ardue), disciplinada, acrobática, en el espacio que se abre entre ellos y más allá de ellos » [9], anota Agamben.

Obra plástica toda ésta, de J.I. Valenzuela, « política », en estos tiempos de caos, de crisis permanente, de desastre, que expresa el coraje del artista; hay, pienso, una parte que « aparece » como si estuviese sumergida (me viene a la memoria la « teoría del iceberg », de Hemingway), en la oscuridad de lo que aconteció, de los événements que marcaron la historia de los países del Cono Sur, del continente americano, en las últimas décadas del siglo pasado. Se trata, pues, de las « resonancias alegóricas » -W. Benjamin hablaba, en lo que respecta a su concepción de la alegoría, de « constelaciones dialécticas »:  Ahí donde el pensamiento se detiene en una constelación saturada de tensiones… ; esto es de imágenes sorprendidas, en su movimiento dialéctico, en el acto en que se detienen (Stillstand) - de su obra, en la que el vacío se halla muy presente; lo cual crea una tensión, la del vértigo de la caída que sorprende e interroga al espectador. 

En los trenes que recorrían esa parte de Europa en guerra (1936-39) -la península ibérica bombardeada, 1937 (Guernica,…), por  la aviación alemana, de la « Legión Cóndor »; y los soldados republicanos que intentaban cruzar la frontera francesa (sufriendo la humillación de la derrota, y las injurias, empujones e incluso culatazos de los gendarmes franceses)-, la estación de Cerbère (como « Cerbero », el can de siete cabezas que vigila la entrada del Hades; su nombre ya era un maleficio de la suerte), es casi un símbolo[10], que quitándole el velo au réel ponía de manifiesto la insignificancia de la existencia humana.

En movimiento inverso -en esa red de rios que son los trenes nocturnos- había llegado Walter Benjamin a Port-Bou (en ese su último viaje insomne), en 1940, huyendo de la persecusión nazi, después de las « leyes de Nuremberg », con una maleta negra (no era una de las « valises portatives » de Marcel Duchamp, pero portaba documentos importantes que W. B. quería salvar de la catástrofe europea, su catástrofe y la de todo su mundo, como la de Stefan Zweig). Llegó hasta allí; pocos días después, un mes de octubre, se suicidaría tomando no sé cuantas pastillas de…

El azar, su mala suerte, que él se la representaba como un enano jorobado que lo… ; de ahí todo se desliza entre sombras y… ; como si se encontrase perdido en los subterráneos de… ; él que presintió (su experiencia, de esos últimos años de vida, lo manifiesta) la desmesura destructiva y criminal del siglo XX, atravesado por «des champs de forces », tan poderosos como los que rigen el cosmos; …en esa larga noche que no tiene fin y… ; y esa era la larga noche de Europa, « cruzada de largos trenes siniestros, de convoyes de vagones de mercancías -escribe A. Muñoz Molina- o ganado con las ventanillas clausuradas, avanzando muy lentamente hacia los páramos invernales cubiertos de nieve o de barro, delimitados por alambradas y torres de vigilancia ».[11]

(Serge Personne, Rev. « Sieteculebras », N° 36, Cuzco-Perú, 2007).

(*) Port-Bou, « último » punto de frontera –Walter Benjamin (26 de septiembre, 1940)

 

-VI-

Con el genoma, la biopolítica de los campos de exterminación nazis  -la selección, en Auschwitz o en Buchenwald,… de los prisioneros: útiles para el trabajo-esclavo, para experimentos « científicos » y para los baños y camiones de gasificación o los hornos de…- aparecería como un anacronismo; Adolf Hitler, sin embargo, ha sido un « precursor » para someter a los hombres a una dependencia total, como lo pensaba Lacan[12]. Meses después de la Reichskristallnacht (la « noche de los cristales rotos », bajo el Tercer Reich)- a finales de la década del 30 (en junio de 1939)-, Hitler se había referido, explícitamente en dos ocasiones, sobre el destino  de los Jews de Europa: informa al Ministro Checo de relaciones exteriores de su intención de acabar con los judíos; y también en una breve nota del  Reichstag « profetiza » que « si los financistas internacionales judíos, de dentro y de fuera de Europa, tienen éxito en hundir las naciones  europeas  en la guerra mundial, entonces el resultado no será la bolchevización del planeta y la victoria de la judería, sino ¡la aniquilación de la raza judía toda en Europa! »[13]. Establecía, ya, el vínculo entre el genocidio y la conflagración que arrasaría Europa. Casi nadie lo entendería, de hecho, pese a los abundantes signos [14] que…

En la sociedad gestionaria, actual, la naturaleza humana misma se ha convertido en una presa; todo lo que existe « evalúa » -fuera de la Historia y del humanismo (…depuis que l’humanoïde se produit comme cadeau fait à LA mort.) - hacia la aniquilación: la vida misma en tanto que tal, se convierte en objeto de predación; lo que engloba, en suma todo lo vivo, los seres todos. Con las pandemias, el « Covid-19 » es una más (han habido ya, y vendrán otras, « Ratvid-61 »…, que…), al romperse los equilibrios vitales, las « fronteras virales » entre lo humano y lo animal, se ha puesto en peligro la existencia misma del humano, con lo que se universaliza el « principio de la muerte ». Lo demás, con la cibernética (el genoma, la clonización,  el poder destructivo nuclear…) se convierte en asunto de « pura gestión » de políticos, militares, científicos, médicos, hombres de negocios, y de las mass-media, etc. ; y, ahí, hay que « situar » (¿lo inúbicable  que… ?), creo, el recurso al  État d’exception, contra la sociedad civil misma. El biopoder omnipotente, hoy toma la vía del poder cibernético; y la sociedad gestionaria se atribuye el acceso instantáneo a todo, y a la disposición, instantánea, de cada sujeto, de los individuos todos regulados, mejor « normalizados » (Meyronnis, p. 120), instantáneamente, a la escala planetaria (lo que ha hecho posible la integración en redes … ; las cartas biométricas, brazaletes, clandest…, mi vida la dejé…, entre Celta y Gibralt…, soy una raya de…, cámaras de vigilancia y… ; Paso de Calais…). Así, la « especie humana  » (que jamás ha existido y…, seulement maintenant, con la globaliz…& el « Covid-…) -y que, se suponía, tenía un estatuto aparte, esto en el pensamiento Occidental (sobre todo el de la « modernidad »: derechos humanos, democracia…)- deviene « réalité biopolitique »[15] global; después del 11/9, Ground-zero, el «  Pre-te(x)to » de…, era el terrorismo, hoy « Cov…, mañana qué..., ¿« Ratvid-61 »?. It’s a man’s World, man’s, man…, but it’s nothing, nothing…, et Nothing else matters… ; ¡On ne veut pas de ça (…de eso, de « esa cosa »), on ne veut plus et…, « esto si ta bueno ya/ pronto, pronto… » (H. Fiol); al ataque, y síganme los « Mal (pa)…itos »!

 

-VII-

La creencia de que era de hacer un nudo, valiéndose de la brujería, par amarrar el amor, viene de la Edad Media; solo Eros puede poner en fuga al miedo, para enfrentar el Espanto, a la Gorgona; es el « cuerpo amoroso », un corps subtil (es imposible fijarlo en una imagen) el que hace posible eso. De ahí que se avilizen los cuerpos, la sexualidad, por todos los medios (la pornografía es el más expandido en Occidente, la tortura, la violación… ; la literatura moderna y posmoderna está llena de… ; la saga Millenium y otras, casi todo Houellebecq, excepto…, que corresponde a… ; la apatía y la frustración recorren las páginas de…), para que Eros  atado, encadenado, sirva a la « Dama de negro », a la « Señora muerte ». La mercantilización del sexo, y ¡cómo !, absorbe y encierra el deseo, en ratoneras, antes de destruirlo, borrarlo en trajines impotentes; el acceder al amor, como puro acto libidinal, se convierte en frustración, en esterilidad tardía que desemboca  en compulsión asesina (¿la muerte que sustituye à la juissance, o se fusionan? Verdugos y víctimas que… ; resentimiento, con respecto a la vida y odio de si mismo para hundirse en la crueldad sin límites que… La part de l’Ombre, la parte maldita que…, infernal). Ante  « el deseo que cae en catalepsia, la crueldad se convierte -sostiene Meyronnis- su principal tonique  –se le remonta con el espectáculo de la tortura, se le dopa hundiéndolo en la perversión »[16].

… El cuerpo que concede al amor es un corps événementiel [17], no es el cuerpo de la pornografía, ni del puro acto libidinal; ni mucho menos el cuerpo anatómico, biológico, que es todo lo que conoce la ciencia, ya que ella lo manipula a voluntad, y solo discierne en él el reflejo de sus operaciones. La eficacidad, siempre, de éstas, hace que ella crea que dicho reflejo imita la consistencia de un bloque, bien que no sea más que un espejismo. « Sin embargo, la corporeidad amorosa revela otra cosa: la divinidad del cuerpo humano; la presencia, en él, de una geografía sagrada. Il n’y a pas d’etreinte sans théophanie (no hay abrazo sin teofanía). Así, para los taoistas, el cuerpo es una montaña de soplos, poblada de dioses, sometido(a) a permutaciones continuas. Y el « apareamiento » (accouplement), para los kabalistas, una puesta en contacto de letras, que componen el Nombre divino » [18]. El amor abre a lo imprevisto, el amor es un milagro; un puente que hace posible el pasaje de lo sensible a lo supra-sensible. Al(l)-Chemy…, down the Telegraph Road -down by the river, paint in black, soul sacrifice (with a little help of my…, los « Malpa(s)…», Woodstock, riders on the storns, stairway to…paint in black (Burdon & War…), rock’n’roll nigger (Patti Smith, 1979), when the music’s… (Doors), to love somebody (E. Burdon & Animals)…, blowin’ in the wind (B.D.)…,if I don’t get home…, le vent nous portera…, l’emportera…, nous por… -, del río de las calles que…

El amor como événement, siempre inesperado, como « réel impossible » (A. Badiou) que…; por eso el poder y las religiones que…; los monoteismos que, empeñados en encadenar a Eros,..., siempre han tenido…; ya desde Platón… ¿Con Platón « comienza » La Cosa (o, mejor, con el « platonismo » y su Re(s)-pública, en Occidente)? ; pasa, después, al cristianismo… Nietzsche decía que éste « le había puesto un veneno a Eros ». Friedrich N.  con todo eso del « Super Hombre »…, un « anacronismo » (tanto como lo de la « nueva raza », de los ideólogos nazis; aunque el « vaciamiento » de…, la « evacuación » de… ;  las pandemias …, el genoma, la clonización …, en suma la « biopolítica global », la « factoría planetaria » de la muerte, a pleno régimen con el Covid…) ; y ya en pleno delirio…, sobre todo en su… -el periodo de su crisis, poco antes de… ; su locura en una calle de Turín, abrazando un caballo que…, su… (Ver el film LaTempestad, la tormenta de nieve que no…, y los únicos sobrevivientes que…)-, pero él había visto y veía, con  extrême lucidité, lo que ocurría con…, le nihilisme, en su tiempo…, y más, aún lo que… «  En el corazón del nihilismo europeo, que se volvió planetario, la mirada ardiente de Nietzsche había detectado, sostiene Meyronnis, otra cosa que la simple « creencia que todo merece de desaparecer ». Con el nihilismo, decía él, « ponemos manos a la obra, desaparecemos ». Cresta de la devastación, prosigue Meyronnis, la evacuación se convierte en una posibilidad vertiginosa, irreductible a tal o tal procedimiento de liquidación, nuclear o biológico. Cuando no lo reduce a algo insignificante, el nihilismo tiene en mira el vacío, en contraste con lo existente. Lo convierte en término de una alternativa.

Y ahí, ¡peligro! » [19]

… y a la « Hora de los lobos »  es solo l’événement amoureux que salva!

Spire – (spirale…, releer «A descent into the Malström », E.A. Poe; un « remolino » inmenso, un tornado que en el mar… : que es…, una especie de « espiral a la inversa »…, y lo que salva es…): « … volverse hacia atrás, hasta el point zero du vide, a partir del cual el nihilismo se extiende. Pues, en ese punto la posibilidad más funesta, esa de la anulación de la vida, coincide con su extremo opuesto –la possibilité de l’amour » [20].

 « El acto no se empantana más en el placer del órgano, él contiene una spire. « Y esta spire  -dice Antonin Artaud- tiene toda la importancia del más potente pensamiento »[21]. El cuerpo no bloquea más l’événement (*), me refiero al « corps événementiel »; es la punta más avanzada del événement amoroso, así, «… El vacío no entra en juego como -sostiene Meyronnis- como un límite de la finitude ; ni la jouissance (goce, disfrute) como una negación. La ira, el odio, y el furor se alejan. Gozar no parece más una frustración o un suicidio »[22]. Y el lenguaje lo acompaña, la palabra le responde y se convierte en su eco; para escucharlo, oirlo, se require « d’une autre  oreille »; otra oreja, que convoca los cinco sentidos juntos, como un « sexto sentido », que « despierta » -l’éveil(*)…- al « sujeto », je est un autre (A. Rimbaud), marcado por l’unicité de l’événement que…, y del cual participa, lo posiciona en la espiral  fuera de…

 

 (*) « Tout à coup, dans un demi -someil -écrit Philippe Sollers-, l’action fulgurante d’un big-bang, explosion, projection à une vitesse folle, chaos, cosmos, terre, existence, fusée tirée d’on ne sait où vers on ne sait où. Vitesse du son ? Non, bien plus. De la lumière ? Non, trop lente. C’est une propulsion instantanée à travers la matière, atomes et cellules, un coup de canon dans le vide, coup de semence, avec pour seul résultat d’être là. Là, mais où ? Plus de . Trouée dans le où. Et voilà une grande certitude sans rien ni personne » [23]

… y François Meyronnis escribe, sobre el Bardo Thödol, el libro tibetano de los muertos, cito (traduzco):

« Sobre el umbral entre muerte y liberación, el Bardo Thödol -libro espiritual de los tibetanos-describe una sucesión de pruebas. Él detalla un estado intermediario: el bardo. La meta –afinar la oreja; « escuchar sin distracción ». Y sobre todo, aprender a combatir el terror, en sus diversos registros: el  pánico, el miedo, el espanto. En vez de temer el brillo de la luz, el libro enseña a desearlo. Si esos giros luminosos  aturden, si su intensidad deslumbra, él lo imputa a al furor y al odio que portamos; y por nada a la radiación de la claridad. El perseguir el umbral, él enseña a vencerla; como también el susto que lo acompaña. En el bardo, a estar relajado; más afinando la atención, volviéndola más viva. Si percibimos órbitas girando, ninguna preocupación. Menos una amenaza que un crochet (ganchillo) brillante para rasgar los velos, y todo eso que ensombrece el pensamiento. El verdadero peligro: el esquivar –a causa de ello, optamos por un opaco resplandor  gris, que corresponde a los estados infernales. Y este resplandor  macilento resulta mucho más peligroso que una luz vibrante como mil truenos.

De aquí, que el amor sea un bardo.

Asimismo, él contiene un umbral: sea que él abre al événement, sea que él se opaca... Ella traspasa, la diagonal erótica. Cruza. Resbala. Despeja. Con ella, el cuerpo se encuentra, en cada instante, en su inicio y en su fin.

El amor hace que fracase el terror.  Ahí donde una potencia de espíritu tendría la parte inferior, baja, él toma ventaja. En efecto,  siendo el terror de esencia espiritual, él no da marcha atrás ante lo que lo constituye –Mientras que el amor, al contrario, lo pulveriza a través de su faille(*), lo vuelve migajas » [24](24).

 « Nu dans la crevasse…, je vous embrasse …» (J-L Murat).

 

París-Montmartre, 9-21 abril del 2020.

(Le 25/ 27 & 29/31 Avril ; après…, Mai…2/3, « Día de la Cruz », me lo acaba de decir…)


Mario Wong. Escritor peruano. Vive en París desde 1989. Colaboró en la revista de poesía Maestra Vida (Lima-Perú) y en diferentes periódicos de la capital peruana. Actualmente es corresponsal de la revista latinoamericana Archipiélago (México) y Sieteculebras (Cuzco-Perú). Ha publicado artículos de crítica literaria en Librusa, Mula Verde Review, Letra 5, Mirada Malva, Ómnibus, Funes, Vericuetos, Ciberayllu, Casa Tomada, Dorada Apocalipsis, Sol Negro, Letralia. 

Entre sus publicaciones se encuentran: La estación putrefacta (Poesía, Maestra Vida, Lima, 1985), El testamento de la tormenta (Novela, Huerga & Fierro, Madrid, 1997), Moi, je vis à San Miguel, mais je meurs pour Amalia (Récits, édition bilingüe, Indigo, Paris, 2002), Cuentos Migratorios, 14 Escritores Latinoamericanos en París (Antología, Linajes, México, 2000), Le Paris latino-americain. Anthologie des écrivains latino-américains à Paris (Indigo, édition bilingue, préface de Claude Couffon, París, 2006), Su majestad el terror (Roman, Editorial Pasacalle, Lima, 2009), Lampadaires Bleus & autres textes (Poésie, bilingue, juillet 2014), Las brujas de Auschwitz (Mirada Malva, Granada, España, 2015)


[1] Frédéric Lordon escribe, cito: « Il faut vraiment prendre la mesure de toutes les transformations qui se sont effectuées en trente ans de  néoliberalisme, des transformations qui, du côté des dominants, on refait un pli, ont refait tout un habitus : l’habitus du déchaînement. Littéralement : dé-chaînement. Le type humain du dominant capitaliste a été modifié : jadis il y avait l’arrogance, le mépris de classe, etc., bien sûr tout ceci est resté, mais s’y sont ajoutés toute une série de traits sociopathiques nouveux. J’admets que la catégorie de « sociopathe » n’est pas très raffinée, mais ici elle suffira bien pour dire ce qu’il y a voir… » (Vivre sans ? Institutions, police, travail, argent…, Mayenne, La fabrique Éds., 2019, p. 182; léase, también, páginas que siguen. F. Lardon es director  de investigaciones en el CNRS; obras últimas publicadas: La condition anarchique (2018), Imperium. Structures et affects des corps politiques (2015).

[2] He traducido la Cit. que hace Hanna Arendt, en… ; véase, también, las obras de Franz Kafka, en español, publicadas por la Ed. Bruguera.

[3] W. Benjamin, Écrits français, París, Éds. Gallimard, 1991, pp. 343-344; la traducción es mía. Cito, seguido, la tésis en francés: « Il y a un tableau de Klee dénommé Angelus Novus. On y voit un ange qui a l’air de s’éloigner de quelque chose à quoi son regard semble rester rivé. Ses yeux sont écarquillés, sa bouche est ouverte et ses ailes sont déployées. Tel devra être l’aspect que présente l’Ange de l’Histoire. Son visage est tourné vers le passé. Là où à notre regard à nous semble s’échelonner une suite d’événements, il n’y (en) a qu’un qui s’offre à ses regards à lui: une catastrophe sans modulation ni trêve, amoncelant les décombres et les projetant éternellement devant ses pieds. L’Ange voudrait bien se pencher sur ce désastre, panser les blessures et ressusciter les morts. Mais une tempête s’est levée, venant du Paradis; elle a gonflé les ailes deployées de l’Ange; et il n’arrive plus à les replier. Cette tempête l’emporte vers l’avenir auquel l’Ange ne cesse de tourner le dos tandis que les décombres, en face de lui, montent au ciel. Nous donnons nom de Progrès à cette tempête. »

[4] Ahora recuerdo que, cuando era adolescente, vi Little big man, una película con Dustin Hoffman -el mismo de « El graduado », « Perros de paja », « Maratón » …-, y hoy me viene también a la memoria la carta del gran Jefe Seattle (swamish), al presidente USA, Franklin Pierce (1854, poco después de la batalla de…) antes de que encierren a su tribu en una de las tantas reservas (en ese ineluctable avance del « progreso », de la modernidad que…).

F. Lordon escribe, cito in extenso:  « … C’est que le spectacle du capitalisme n’est plus qu’une gigantesque obscénité : inégalités prodigieuses, sécession de fait des classes possédantes, catastrophe climatique désormais visible à l’œil nu, empoissonnement généralisé, facistisation rampante du néoliberalisme, contrôle policier total au-dedans, homicide de fait des migrants au-dehors, désastre existentiel partout. On comprend, dans ces conditions, que se forme l’idée qu’espérer des institutions électorales et de l’État, quand on sait au surplus à que point celui-ci est colonisé par les puissances du capital, n’est simplement pas à la hauteur. Et c’est bien ainsi, je crois, qu’il faut le dire : la situation présente demande de penser à la hauteur de la catastrophe. Il est évident qu’il y a à se demander si la réponse du « vivre sans » tient, et c’est cela que nous avons à discuter, mais il certain qu’elle a d’emblée pour elle d’être à l’hauteur de l’époque. » (Ob. Cit., p. 14)

[5] Véase François Meyronis, De l’extermination considérée comme un des beaux-arts, Paris, Éds. Gallimard, L’Infini, 2007, pp. 110-111. Cito, seguido, p. 121:

« De l’extermination nazie, aucune « race » nouvelle n’est issue. Ce que la Shoa entame, c’est plutôt un anéantissement complet. Son carnage de masse, effectif mais fragmentaire, sert de préambule à l’annihilation intégrale, encore que pour l’instant virtuelle, du vivant.

En ce sens, qui échappait aux nazis eux-mêmes autant qu’aux Américains et aux Soviétiques, la « Solution finale » n’a pas cessé en 1945 -aussi scandaleux soit-il de le dire avec netteté : elle est en cours ».

[6] Véase Giorgio Agamben, L’homme sans contenu, París, Éds. Circé, Essais, 2003.

[7] El pasaje citado de Sonambules lo he tomado de Su majestad el terror, una novela mía, publicada en el Perú, en  julio del 2009; la Traducc. (de dicho pasaje) la hice de la Ed. francesa de la novela de Broch.

[8] Véase G. Agamben, Polichinelle ou Divertissment pour les jeunes gens en quatre scènes, París, Éds. Macula, 2017.

[9] G. Agamben, Ob. Cit., p. 95. Agamben reflexiona sobre la «scission zoe/bios» (vida desnuda/vida política, o cuerpo biológico/ cuerpo político…), al final de su libro Homo sacer 1 (1997), en la « Apostille » a Polichinelle ou Divertiss… ; cito, seguido, el final  de«Apostille»: « (…) Il n’y a pas, chez Polichinelle, une vie végétative séparée de la forme de vie, une zoe qui pourrait être séparée et distinguée du bios. En vérité, Polichinelle n’est ni l’un ni l’autre. Il est plutôt le tiers qui apparaît dans leur coincidence –c’est-à-dire dans le moment ou ils chutent ensemble– et comme le trapéziste de la scène N° 46, ou un funambule qui marche sur une corde inexistante, il se meut librement, avec sa gaucherie ardue, disciplinée, acrobatique, dans l’espace qui s’ouvre entre eux et au-delà d’eux. » ; véase la scène 46, del « Polichinelle trapéziste », de Tiepolo en la p. 96.

[10] En contraste con el symbole religieux ver M. Eliade, Méphistopheles et l’androgyne, Paris, Éds. Gallimard, « folio-essais », 1962, p. 304.

[11] Antonio Muñoz Molina, Sefarad, Barcelona Ed. Seix-Barral S.A., 2009, p. 46.

[12] Ob. Cit., p. 116: « Profondément périmée, ce volontarisme d’éleveur de bétail -on est aujourd’hui capable de concevoir un façonnage biologique qui agira directement sur le génome ; un tri génétique d’une précision telle que la « rampe » d’Auschwitz apparait avec le recul comme une insanité à la fois criminelle et minable. Non, ce qui a eu lieu ne se reproduira pas. Par là, je veux dire dans les termes où on l’a connu. Mais l’emprise biopolitique, elle, se perpétue- avec pour visée de soumettre les hommes à un état de dépendance totale. En cela, Hitler fut bien, comme le pensait Lacan, un « précurseur ». 

[13] D.G. Williamson, The Third Reich, Great Britain, Pearson Education Limited, 2002, p. 70 (véase, también, « Document 31: Hitler threatens the Jews with annihilation. », p. 157. Y léase, también, la novela de  Jonathan Littlell, Les Bienveillantes… ; ver F. Meyronnis, Ob. Cit., pp 41-42).

[14] F. Meyronnis, Ob. Cit., pp. 114-117. Sobre la «doctrina»  racista nazi cito, otra vez, inicio p. 116: « Dans une large mesure, la doctrine nazie ressortissait à un messianisme scientiste. « A l’heure où nous sommes -disait Hitler à Hermann Rauschning- toute politique qui n’a pas une base biologique ou des buts biologiques est une politique aveugle. » Partir des races et de leurs luttes, comme d’un préalable, voilà pour un tel pyromane le fil conducteur ; même s’il ne semble pas avoir cru à leur existence effective, mais plutôt aux moyens d’en produire une à travers le chantier grondant de la mort. » Meyronnis es coanimador de la revista Lignes de risque.

[15] Véase F. Meyronnis, Ob. Cit., pp. 125-131.

[16] Ob. Cit, p. 154.

[17] Sobre esto véase, también, Alain Badiou, A la recherche du réel perdu,… y Giorgio Agamben,…

[18] Ob. Cit., pp. 174-175.

[19] «Au cœur du  nihilisme européen, devenu planétaire, le regard brûlant de Nietzsche avait décelé autre chose que la simple « croyance que tout mérite de disparaître ». Avec le nihilisme, disait-il, « on met la main à l’œuvre, on disparait ». Ligne de faîte du ravage, l’évacuation s’avère une possibilité vertigineuse, irreductible à telle ou telle procédure d’anéantissement, nucléaire où biologique. Quand il ne le réduit pas à une insignifiance, le nihilisme envisage le vide par contraste avec ce qui est. Il en fait le terme d’une alternative.

Et là, danger ! » (Ob. Cit., pp. 127-128).

[20] Ob. Cit., pp.183-184. 

[21] « L’acte ne s’enlise plus dans le plaisir d’organe, il contient une spire. « Et cette spire -dit Artaud- a toute l’importance de la plus puissante pensée. »  Ob. Cit., p. 179

[22]  Ob. Cit., p. 184. 

[23] Cit. F. Meyronnis, p. 133; léase, también, pp. 131-132. Las itálicas de la Cit. son mías.

[24] Ob.  Cit., pp. 176-177.   //