Beatriz Schaefer

Sobre Detrás de la Mirada de Beatriz Schaefer Peña

(Editorial Vinciguerra, 2024) 



Por Ana Lema Colangelo (c)

 

Schaefer Peña, reconocida poeta argentina aborda en Detrás de la Mirada un mundo interior donde las emociones gritan, danzan, se desgarran y nos conmueven en una apuesta guiada por los astros y su estudio. 

 

Tal como se distingue en la segunda parte del libro, en donde La Tierra, El Sol y los demás planetas toman protagonismo "...sin olvidar su raíz en este suelo..." señala Beatriz con una mesura casi sagrada, ensoñadora y por momentos, cruel.


Una señal en su poética que como Vida y Muerte, lleva en cada verso el peso de un estilo propio.


Beatriz Schaefer Peña nació en Buenos Aires, Argentina. Poeta, ensayista y gestora cultural. Ha publicado numerosos libros en poesía y ensayo. Integró diversas antologías y fue traducida a varios idiomas, catalán, alemán e italiano entre otros. Fue premiada por su labor literaria.


Los poemas seleccionados pertenecen a su última obra poética.

 


SATURNO

 

Soy el extraño que rompe todos los sistemas/ 

desde esa fuente de calor/  

     irradiando de mi centro/

donde se disuelve la lluvia de diamantes/ 

      que inunda esta        superficie./

Pero mis anillos no son más que discos/ 

de escombros blancos, como la nieve fresca./

Sin embargo albergo otro tesoro:/

       el don de la expansión/

que he recibido de mí mismo.

         Soy el Maestro 

y para que se cumplan los deseos/ 

        es necesario honrar al sacrificio./

Así lo he dispuesto en la enseñanza:/

 

Las lecciones se aprenden de rodillas./

 

 

 MERCURIO 

 

         Nunca se sabe hasta qué límite del Cielo/

      llega el vuelo./

   El mío lo abarca todo. Dueño de la medusa de los sueños,/

        alerta al giro del destino,/

encandecido ante la beatitud/

        de la Belleza que se desnuda/ 

solo frente a la plegaria:/ 

ese soy yo, el mensajero más veloz/ que lleva el desafío de elegir/ 

entre el Deslumbre o el Descubrimiento./

 

 

 24 HS.

 

A primera hora de la mañana llama el amor,/     

      su circunstancia,/

ya sea en esa tenue luz que nos anuncia el día,/    

         la irrupción intermitente de los trinos,/

o una caricia de hombre que madruga su urgencia/

          y está a tu lado, como testigo fiel./

Por eso se prefieren los amaneceres/

que anuncian todo aquello que no sucederá,/

pero sin embargo alumbra ese paso nacido/

      de la noche anterior/

ausente de sucesos, de caricia constante./

Y es ese amanecer el que te obliga/

        a seguir en la huella de su engaño./

 

 

LA VISIÓN 

 

Con los ojos abiertos no veo el mar/

         sino un vaivén que cubre/

la inmensidad sagrada del silencio./

Con los ojos abiertos no puedo ver el sol:/ esa magnificencia de fuego permanente./ Con los ojos abiertos no alcanzo a ver del cielo/

su paraíso oculto./ Entonces mejor cerrar los ojos para, quizá,/             poder ver la Promesa:/

aquella, la imposible./ 


Ana Lema Colangelo. 

Licenciada en Periodismo. Redactora corresponsal para Europa. Poeta. Escritora. Ensayista y traductora, ítalo argentina.