Mario Benedetti (Uruguay, 1920 – 2009)
Poeta y novelista. A los dieciocho años
se trasladó a Buenos Aires donde residió por varios años. En 1945 formó
parte del semanario «Marcha» donde se formó como periodista, colaborando allí
hasta 1974. Ocupó el cargo de director del Departamento de Literatura
Hispanoamericana en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de
Montevideo. Desde 1983 se radicó en España. Obtuvo el VIII Premio Reina
Sofía de Poesía y recibió el título de Doctor Honoris Causa por la
Universidad de Alicante. Su producción literaria abarca todos los géneros,
incluyendo letras de canciones, cuentos y ensayos, traducidos en su mayoría a
varios idiomas. De su extensa obra se encuentran entre otros, las novelas La
tregua, Gracias por el fuego, El olvido está lleno de memoria,
y los poemarios Inventario Uno e Inventario Dos.
TÁCTICA Y ESTRATEGIA
Mi táctica es
Mirarte aprender como sos
quererte como sos.
Mi táctica es hablarte
y escucharte construir con palabras
un puente indestructible.
Mi táctica es quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé con qué pretexto
pero quedarme en vos.
Mi táctica es ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos simulacros
para que entre los dos
no haya telón ni abismos.
Mi estrategia es en cambio
más profunda y más simple.
Mi estrategia es que un día cualquiera
no sé cómo ni sé con qué pretexto
por fin me necesites.
UNA MUJER DESNUDA Y EN LO OSCURO
Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene
una claridad que nos alumbra
de
modo que si ocurre un desconsuelo
un
apagón o una noche sin luna
es
conveniente y hasta imprescindible
tener
a mano una mujer desnuda.
Una
mujer desnuda y en lo oscuro
genera
un resplandor que da confianza
entonces
dominguea el almanaque
vibran
en su rincón las telarañas
y los
ojos felices y felinos
miran
y de mirar nunca se cansan.
Una
mujer desnuda y en lo oscuro
es una
vocación para las manos
para
los labios es casi un destino
y para
el corazón un despilfarro
una
mujer desnuda es un enigma
y
siempre es una fiesta descifrarlo.
Una
mujer desnuda y en lo oscuro
genera
una luz propia y nos enciende
el
cielo raso se convierte en cielo
y es
una gloria no ser inocente
una
mujer querida o vislumbrada
desbarata
por una vez la muerte.
EL HOMBRE DE LA PAZ
A Salvador Allende
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar más para seguir matando
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa
una armada una hueste una brigada
tuvieron que creer que era otro ejército
pero el hombre de la paz era tan sólo un pueblo
y tenía en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios más tanques más rencores
más bombas más aviones más oprobios
porque el hombre del paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse para siempre a la muerte
matar y matar más para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo