Presentación: 35 grandes autores del siglo XX
Por Gerardo Miranda[1] Escritor mexicano Con expresiones estéticas tan variadas como autores y geografías, como un corte transversal que permite ver el hueso de la palabra, la tensión de los vocablos y la claridad de las ideas que supera las divisiones geográficas, creando nexos con el lenguaje que se modula a través de la textura comunicativa; desde la transición donde las letras convergen, los orígenes pasan a un plano secundario y, al mismo tiempo, se construyen a sí mismos. Los poetas ya no son dioses intocables, sino artífices del desciframiento presente y futuro de un mundo que ha perdido su lógica, quienes utilizan el lenguaje para intentar esclarecer y ordenar lo que se origina del desorden y del caos. El mundo reordenado por múltiples discursos y aristas varias. Desde Neruda, con su poesía de alto vuelo, geográfica, tácita y poderosa, hasta Huerta que dota a la coloquialidad del sentido poético. Dalton con la peculiar escritura social que abandona el panfleto y reivindica el lenguaje, al igual que Cardenal que coquetea con el misticismo y la revolución. Lihn, Hahn, Teillier y Rojas, oriundos de una indiscutible potencia poética determinada por su geografía, pilares de una construcción literaria que ha arropado a más de uno. Sin atenuar la presencia de las voces femeninas, que no sacrifican la calidad por el género, y que comprueban que la poesía carece de éste: Eunice Odio, Blanca Varela, Rosario Castellanos, Alejandra Pizarnik … Mario Meléndez aborda esta labor no exenta de dificultad al reunir, si bien, las voces más reconocibles de la poesía latinoamericana, otros autores, otros registros, donde la calidad es a todas luces visible, aunque su lectura y difusión no sea proporcional a ésta. Una antología no es un acto de evaluación, es un compendio de muestras artísticas que ejerce una función de diálogo, una escaparate de tradiciones que, indubitablemente, universalizan la experiencia de la verdad como interpretación, testimonio del tiempo que nos convoca, voces que penetran desde distintos puntos y hacen una conjunción idónea entre la palabra y la voz. Lenguajes diversos que habitan la página en blanco reconstruyéndola sin puntos cardinales, sin utilizar la poesía como su centro, reconociendo al lector como principio: la palabra de la tribu. Y será tarea de él dotarlas con significados nuevos, interpretaciones diversas y lecturas acordes a su experiencia de vida.
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