Alí Calderón
Nació en Puebla en 1982. Poeta y crítico
literario. Doctor en Letras Mexicanas por la UNAM. En 2007 recibió el Premio
Latinoamericano de Poesía Benemérito de América. En 2004 obtuvo el Premio
Nacional de Poesía Ramón López Velarde. Becario de la Fundación para las Letras
Mexicanas en el área de poesía (2003-2004) y del Fondo Nacional para la Cultura
y las Artes (2009-2010).
Autor de los poemarios Imago prima (2005), Ser en el
mundo (2008 y 2011), De naufragios y
rescates (2011) y En agua rápida (2013);
del libro de ensayos La generación de los
cincuenta (2005) y coordinador de las antologías La luz que va dando nombre 1965-1985 20 años de la poesía última en
México (2007) y El oro ensortijado.
Poesía viva de México (2009).
Fundador de la revista electrónica y la
editorial Círculo de Poesía. Es profesor de la Maestría en Literatura Mexicana en
la Universidad Autónoma de Puebla.
VII
POBRE VALERIO CATULO
A quién darás hoy tus versos, infeliz Catulo?
sobre qué muslos posarás la mirada? Qué cintura rodeará tu brazo?
cuáles pezones y cuáles labios habrás de morder inagotable hasta el hastío?
Termine ya la dolorosa pantomima: fue siempre Lesbia,
exquisito poeta, caro amigo,
un reducto inexpugnable.
A qué recordar su mano floreciente de jazmines o aquellos leves gorjeos
sonando tibios en tu oído?
para qué hablar del amor o del deseo si ella es su imagen misma?
por qué evocarla y consagrarle un sitio perdurable en la memoria? por qué Catulo?
por qué?
Que tus versos no giren más en torno a sus jeans, a su blusa sisada,
que tu cuerpo se habitúe a esa densa soledad absurda y prematura,
que su nombre y su figura de palmera y su mirada de gladiola
se pierdan, poco a poco,
ineluctablemente y de modo irreversible,
en el incierto y doloroso
ir y venir de los días.
Y que a nadie importe si se llamaba Denisse, Clodia o Valentina
qué caso tiene pobre Valerio Catulo? qué caso tiene?
I
KENTUCKY
Las luces cambiaron en West Vine y Broadway Street
el viento helado amortajó la tarde
volando un grajo sajó la transparencia
y la luz en las hojas
el trazo de finos pinceles parecía
En el aire altísimo
la claridad del día
supuso una presencia.
QUE TRATA DE NAUFRAGIOS Y RESCATES
En trece días del mes de febrero
año de mil quinientos diez y nueve años
Hernando de Cortés vino a la isla de Cozumel.
Terra adentro
Jerónimo de Aguilar, cativo y astroso,
sintió gran follía por aquel acaecimiento.
Aquellas nuevas eran brisa dus
e tibia para la su alma:
– ¡Oh luminaria de las tres caras!
Heme aquí arrepiso
rodilla en suelo
plegando por dexar esta nefaria nación.
E se fue Jerónimo de Aguilar donde Gonzalo Guerrero
para le referir lo acapitado:
– Ave estas cuentas verdes de Castilla, mi buen amigo don Gonzalo,
que nos requiere en el su real
el adelantado de Su Majestad don Carlos.
Gonzalo Guerrero, que era tenido como cacique
y capitán de guerra
entre los suyos,
hubo gran lazería en el su coraçón
e respondió:
– Hermano Aguilar, yo soy casado e tengo tres hijos.
Idos con Dios, que yo tengo labrada la cara e
horadadas las orejas.
– Dios Nuestro Señor, que es el socorro verdadero, os dará el perdón.
– Acá nos dé Dios su gracia, hermano Aguilar, no os puedo servir de compaña. Ya veis estos mis hijitos cuan bonicos son…
Don Gonzalo, amorecido e desconortado,
fizo un postrer plego:
– Por vida vuestra que me deis de esas cuentas verdes
que traéis, para ellos, los mis hijos, e diré que mis
hermanos me la envían de mi tierra.
E Aguilar lo acusaba de necio e desentido por se quedar:
– ¡Maldito seas de Dios e de todos los sus santos, Gonzalo,
sesenta mil satanases te lleven!
Ansí se fue Aguilar sin tornar la cabeza
mientras Gonzalo Guerrero,
del devenir oruga
e natural de Palos,
se perdía en el verdor caníbal de la selva.
CUANDO CIENO BRUMA Y NADA UNO SON…
y ayuso arriba y todo ha fragmentado
cuando aquel que fuiste un día parece
otro un extraño pérfido a los ojos
y brama bruñe la penumbra en rostros
incognoscibles acres uno mismo
o si el terror la imagen
trastoca y envilece
y aún malogra corrompe por dentro
o si llegar a ser ha sido desasirse
de aquello que se fue y no se recuerda
si un accidente y no lo perentorio
somos un dato inocuo
sarcoma carcinoma la derrota que soy que contamina
Si desierto de mí depauperado
soy muchos a la vez y todos miserables
si dios que da la llaga
oculta niega tarda medicina
si sangre leucocitos y carne apoptosada
soy apenas los despojos
al viento frágil flama que oscurecede un miedo que me lacra y trisca y lepra
o consume el susurro en luz ceniza
andadura y camino hacia la x
troverme so far y ostro en a punto
mutis hambre gozo gozne de la destrucción
Porque en sentido estricto nunca nada
fue tan todo jamás sino en mi ausencia
nunca ocupé el espacio
estuve siempre fuera
de lugar necrosado a la vista de la gente
en mí no hay nada mío
sólo descort y sombra y un crujido
que en oscur me perfuma de aspereza
un quebrar de cristales tras el pecho
que degrada mi condición de nadie
Y entonces desespero: me olvida la memoria de las cosas
soy lentas negras lágrimas y sangre
soy mácula y desprecio encabronamiento oprobio
y la ceguera soy la rabia contenida inoculada
Nada fui sino muerte entre las manos
Nunca podré colmar este silencio
I
DEMOCRACIA MEXICANA
otro cadáver encontrado en una bolsa negra
cerca de ahí un cuerpo el viento un puente
a dos cuadras: una cabeza hirsuta ojos abiertos
entre otras noticias: treinta ejecutados el fin de semana tiro de gracia algunos con marcas de tortura el rescate fallido de un secuestro un dedo un anillo un hato de periódico
entre otras noticias: terminaron e iniciaron las campañas hay buena voluntad en Washington la reforma migratoria este bimestre se abate en un punto la pobreza el bienestar la dicha
a lo lejos el escape de un camión
y después el silencio
abren la bolsa negra
el hedor el moho en la carne:
una recién nacida