ELSA KORNETI (1969) Poeta, ensayista, crítica y traductora, nacida en Múnich. Ha estudiado Ciencias Económicas en la Universidad de Macedonia y en la de Tréveris (Alemania). En 2007 publica por primera vez una muestra de su poesía en la revista literaria Piisi. Colabora en distintas revistas literarias donde publica ensayos, críticas, traducciones y otros textos. Poeta postmoderna. Ha publicado 4 libros de poesía y poemas suyos han sido traducidos al inglés, al alemán y al búlgaro.
Enlace Centro Nacional del Libro de Grecia (EKEBI) COMPADECIENDO LA HUMANIDAD Me quedo asombrado Y me miro Me he convertido en lo que siempre soñaba
Marchando de manera lenta y firme Sirvo de modo sumiso al orden Sigo con terquedad el camino recto Me quedo quieto donde me dejan Mis rígidas articulaciones Cuando me caigo, tengo dificultad para levantarme Una llave me agujerea con insistencia la espalda No me quejo nunca Sin queja todo lo soporto Con sentimientos metálicos Con lengua inexistente Me dejo a la merced De cuantos me destrozan De cuantos me rompen De cuantos me dan patadas De cuantos me tiran Pero a mí me basta con que me recuerden para siempre
Por lo que siempre soñaba Por lo que me he convertido: Un Hombrecillo de Cuerda
EL POEMA A-NORMAL VIVE Y SE INCUBA Hay hombres dignos e indignos Hay hombres honestos y deshonestos Hay hombres que viven ocultos En una cripta dentro de sí Hay hombres que viven como relojes Con un espíritu que se mueve entre arandelas y muelles Su tiempo persigue su mundo y su mundo Persigue su tiempo Ninguna verdad es verdadera Ninguna realidad es real Todo es una invención El hombre asimila el poema El poema asimila al hombre El orden asimila el caos El caos se traga el orden El poema a-normal vive y se incuba La mente de los Hombres Normales se llena de huevos Pronto el poeta Deja de hablar Simplemente canta
Queridos prójimos No evitéis los errores Caed en ellos Como en los charcos Del asfalto También ellos prometen Desterraros A otros mundos A otras realidades Con la cortesía de la derrota Siempre
Recoged los peces de colores De vuestras mentes desbordadas Dejad las palabras equivocadas Que se ruboricen de vergüenza Las cosas bellas No ansían vuestra atención La hipocresía será siempre silenciosa Y la envidia contagiosa La lucha eterna Entre envidiosos y anti-envidiosos No busquéis en vano el humanitarismo La mezquindad es un árbol de hoja perenne Florece tanto en tiempos de mezquindad Como en tiempos de grandeza |