Poeta expresionista de la Primera Generación de posguerra, muy respetado por los poetas jóvenes. Se convirtió en testigo y apologista del hombre antihéroe que sobrevivió a la guerra. Imágenes de pesadilla aparecen sucesivamente en su obra, una poesía sobria que se acerca al expresionismo, a la soberanía del absurdo y del estrés, como características esenciales de la existencia. Publicó 14 libros de poesía (1945-1997). Fue galardonado con el II Premio Estatal de Poesía en 1962 y con el I Premio Estatal de Poesía en 1987. Enlace Centro Nacional del Libro de Grecia (EKEBI)
TRES LÁGRIMAS DE DIOS
I. En esta casa sacan las ventanas rompen las puertas en mil pedazos por las puertas tres hombres entran contentos cinco mujeres salen con lágrimas por las ventanas vuelan pájaros multicolores hablan –amigos míos– hablan como hombres y luego tranquilamente mueren entonces los marcos se convierten en estos pájaros y uno a uno abre sus alas las formas sombrías de un mundo perdido
II. Desde la montaña, tan cerca de mí extiendo la mano, arranco los árboles y sus arbustos los postes eléctricos estos doloridos dientes de una vida desesperadamente solitaria
Sobre él corren astutas ovejas ¿pero acaso las ovejas han sido alguna vez astutas? Sin embargo, éstas de aquí han sufrido mucho y tienen balidos inhumanos
Los hombres aquí se hicieron uno con la piedra golpean la piedra y desgarran sus entrañas dudan y ni siquiera saben llorar Hoy mirad bien esta montaña mirad bien esta lágrima de Dios porque mañana se secará
Mañana no veréis ya nada
III. Ante mí en lo alto de esta montaña un hombre blanco corta margaritas apila piedras dentro de este saco de Dios de vez en cuando se vuelve y me mira triste me arroja una flor, sigue su camino
En mi pecho brotaron rebaños de margaritas este hombre soy yo
MIS HERMANOS
Mis hermanos que se perdieron aquí en el mundo son las estrellas que ahora se encienden una a una en el cielo
y he aquí el mayor con corbata negra primaveral que se perdió en el interior de cuevas totalmente ciegas mientras correteaba, jugando sobre rojas anémonas, resbaló dentro de la boca ensangrentada de la fiera salvaje
después mi otro hermano que se quemó vendía fuegos artificiales amarillos vendía y encendía fuegos artificiales amarillos – Cuando encendamos fuego, decía, echaremos de los jardines a los fantasmas, dejarán los fantasmas de contaminar los jardines – Cuando encendamos fuegos artificiales amarillos, decía, un día el cielo se encenderá de celeste
y después el tercero y menor que decía que era un murciélago por eso amaba las lunas y las lunas una noche lo rodearon lo pegaron a todo alrededor y lo encerraron lo pegaron a todo alrededor y lo asfixiaron lo derritieron a todo alrededor las lunas
Mis hermanos que se perdieron aquí en el mundo son las estrellas que ahora se encienden una a una en el cielo
EL PAN
Una enorme hogaza, una gigantesca barra de pan caliente había caído en el camino desde el cielo un niño con pantalones cortos y verdes y con un cuchillo cortaba y repartía a la gente de su alrededor pero también una pequeña, un pequeño ángel blanco que con un cuchillo cortaba y repartía pedazos de cielo auténtico y todos ahora corrían a ella, pocos iban al pan, todos corrían al pequeño ángel que repartía cielo
No lo ocultemos: ¡Tenemos sed de cielo! Bibliografía en español:
Está incluido en las siguientes antologías:
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