JARÁ NAÚM


        JARÁ NAÚM (1985)


Poeta nacida en la ciudad cretense de Réthimno. Ha estudiado Historia y Arqueología en la Universidad de Réthimno y ha realizado estudios de posgrado en la Universidad Paris 7-Denis Diderot. Vive y trabaja en la ciudad de Janiá en Creta. Aunque ha publicado un solo libro, sus poemas ya muestran un sello propio y han sido motivo de elogio.

 

Enlace Centro Nacional del Libro de Grecia (EKEBI)






EL SEÑOR MOT Y LA MEDUSA

Entre tantas ventanas naufragadas en las estropeadas entrañas –cortinas- y un enchufe de varias bases en cortocircuito Mot se levanta titubeante con la facilidad del buzo que se mueve entre corales Mira el espejo Recoge las rajas de su boina Mira la granada cristalina y exprimida en el suelo Selecciona una a una las semillas para buena suerte Se las traga sin masticar Lleva la gabardina del espejo y se precipita a las teclas de la puerta Una nota borracha –una LA inquieta, creo- cruje y Mot sale al Umbral y pasa a la época de la medusa recogida

 

Es hora de que descuelgues la lámpara de mesa de tu cabeza le responde ella Mot obedece y se va sin hogar para la oficina de las sombras Hasta que llega va picando del pan destinado a las palomas por si de repente les salen alas en las orejas o en los hombros La medusa detrás burlándose de él vagando su masa –esa ridícula gelatina No es más que una ruta  corriente hacia el trabajo y Mot ese afligido malabarista sabe bien que de su medusa-ira  no se librará a no ser que la cubra de una vez por todas con su gabardina


Así la medusa no aparecerá más en el espejo

Así la liebre de la pared no monopolizará el reloj de madera

Y las manos de Mot

Esas gigantescas manos vulnerables –con qué frecuencia se constipaban 

Valiosas manecillas del reloj de la ciudad provinciana

-la derecha la hora la izquierda los minutos-

Indicarán siempre equinoccio de primavera

(pero esto es otro poema que no será escrito jamás porque los hombres tienen miedo)     

 

 

DESPEJARSE

La ciudad

Billones de noches

es incendiada

por estrellas de cañón corto 

 

Y ni siquiera una herida

ni un techo ladeado

ni tan siquiera manos manchadas

del tiroteo