(Manta, 1971). Coordina el taller
literario de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí y está incursionando en la narrativa. Ha publicado los
poemarios Paren la guerra que yo no juego (1989), Delirium Tremens (1993), Con unas arrugas en la sangre (1997), He llevado una vida feliz (2001, antología poética que
incluye Los poetas duros no lloran), Sano juicio (2003) y Diecisiete puñaladas no son
nada (antología poética, 2010). Poemas suyos aparecen en
varias antologías ecuatorianas y latinoamericanas.
Rescate
que me sentencie
el santo, el puro.
el mar, la noche,
hasta mis más queridas
las estrellas
enmudecieron.
yo conocía
sus pecadillos.
por eso
cuando me lancé
al Estero Salado
los ahogados me
salvaron.
no era posible
tanto sentimiento de
culpa.
Los asaltantes
Vagan por la Carretera
Inmunda
donde los cuerdos
predican a los locos
han visto a la luna
nadar sobre
amantes silenciosos,
a la mar abrirse para
Dios.
hay de todo en una Calle
de Nadie.
las madres solteras
cosen para
olvidar.
sudan dos cuerpos
adúlteros.
sudan y se aman.
hora en que los santos
fornican
en su propio
infierno.
hora
en que la vergüenza
invade al solitario
después de la
masturbación.
las hembras del ambiente
usan nombres falsos,
penas reales.
una niña abraza a su
hija.
arden cuerpos adúlteros.
arden y se aman.
tienden las
sábanas conyugales.
los asaltantes
se persignan, asustados
ante la mirada del cielo,
sólo quedan ruinas del
Museo de los sentimientos.
el ingenuo se acerca
con un pan en la billetera.
los asaltantes esperan,
ya acostumbrados
a la mirada del cielo.
Saben
que hay de Todo en una
Calle de Nadie.