Siomara España Muñoz 


(Manabí, 1976). Licenciada en literatura y español, catedrática de literatura, poeta, narradora y crítica literaria. En 2008 obtuvo el primer Premio de Poesía de la Universidad de Guayaquil, y fue finalista del concurso de cuentos Jorge Luis Borges, de Argentina. Ha publicado los poemarios Alivio Demente (2008),  Concupiscencia (2007) y De cara al fuego (2012). 

Ha sido incluida en diversas antologías poéticas de Ecuador, Perú, España, Cuba y México, y ha participado en encuentros literarios dentro y fuera del Ecuador. Invitada a la Feria del Libro de La Habana Cuba 2011

Parte de su obra está traducida al inglés y al francés.



La casa vacía

 

No invites a nadie a nuestra casa.

Pues repararan en puertas,

paredes,

escaleras,

y ventanas,

miraran la polilla en los rincones,

los cerrojos oxidados,

las lámparas ciegas, arruinadas.

 

No traigas a nadie a nuestra casa

pues no tendrán más que angustia de tu mesa,

de tu cama,

del mantel,

del mobiliario,

se reirán de pena por las tazas,

fingirán nostalgia de mi nombre

y reirán también de nuestra hamaca.

 

No traigas más gente a nuestra casa

pues te escribirán canciones,

te entusiasmaran el alma,

te susurrarán traviesos,

sembraran una flor en la ventana.

 

Por eso no debes, te lo ruego,

traer más gente a nuestra casa

pues se pondrán rosados,

verdosos, rojizos o azulados,

al descubrir las paredes rotas

las plantas marchitadas.

 

Querrán barrer en los rincones

querrán abrir nuestras persianas

y encontrarán seguro en nuestros libros

las excusas perversas que buscaban.

 

No traigas mas nadie a nuestra casa

así descubrirán nuestros absurdos

te llevarán lejos a otras playas

te contarán historias de naufragios

te sacarán a rastras de esta casa.

 


La mujer del miércoles

 

Cuantas veces la mujer del miércoles

desdobla el rostro,

lava sus pies

y camina sobre sus palabras.

Cuantas veces recorre los mismos caminos,

transita las mismas calles,

ve los mismos semáforos,

observa los mismos mendigos,

sube las mismas nubes,

busca la misma cama.

Cuantas veces la mujer del miércoles

busca la boca de su amante,

se estremece entre sus brazos,

grita de amor desesperada

y llora entre silencios sus palabras.

Cuantas veces la mujer del miércoles

quiere abandonar su pasión

olvidar sus sueños

y seguir atada.

Cuantas veces ríe y canta

y otras tantas llora enamorada

cuantas veces la mujer del miércoles

tiene que amarrarse el alma,

vivir el delirio, la locura

y caminar sobre lo dicho,

caminar sobre sus palabras.