Y UNA CHICA DE MI PUEBLO LLORARÁ
Yo debí tener una chica de 17 años con el rostro y la ternura
de la Alice de “Manhattan”
la tuve seguramente en otra edad pero no es lo mismo
Woody Allen
a los 25 que a los 46
para recordar la pureza de ese rostro y esas lágrimas
cuando le dije a Ella por su bien que me había enamorado
de otra
y a Ella le partió el corazón saber que alguien podía
gustarme más que Ella
que su perfume de azahar su consistencia de durazno
madurando en mi boca
así son los adioses así son
así eran por lo menos en mi edad de pureza
aunque seguramente todo ese harakiri sentimental
haya sido por carta
/yo no habría podido resistir jamás la mirada de
Mariel Hemingway
ni de la Verdadera cuya huella se perdió
en los insolados laberintos de mi memoria/
al olvido amor al olvido
para que yo pueda sobrevivir /lo he hecho/
caricatura de mí mismo
falto de honestidad y de rigor para conmigo
para
con lo mejor o lo único bueno de mí pero con garra dura
para asirme a la tabla de vivir
y lo que es peor casi contento
conforme entonces con volver un poco más arriba
a mi antiguo oficio de porquerizo
sintiendo el resplandor del oro de las Indias a mis espaldas
el crujir de los huesos de la fama empinándose para sonar
como un solo de Amstrong
como un viejo largo río de llorar.
Adiós una vez más Eurídice novia adolescente
perdida en el infierno de una vida enervante en otra compañía
que no la mía la de mi propio infierno
adiós hermosa posibilidad
de haber sido humillada desgastada ajada por mi mano
porque así es toda vida
salvada en la ignorancia y el olvido.
De
Canciones levemente sadomasoquistas
(2000)
ELLA
Ella
a quien no le dedico este poema
sabe mejor que nadie
que no puedo sacarla de paseo
mostrarla en la escritura
darle besos volados
ella sabe muy bien
que no nombrándola
está
que hizo su casa
dentro de mí en algún sitio
donde es penoso y duele
ella sabe que es el unicornio animal fabuloso
sirena desperdiciando su canto
porque yo mismo me he amarrado al mástil
con nudos ciegos
ella sabe además
que se multiplica en espejos innumerables
que ella es
la Otra
inasible
que juega con mi corazón en sus manos
ella sabe muy bien
que es una mariposa nocturna
un sol reminiscente en mitad del verano
ella sabe también
que es tan mudable
que no encuentra su forma
atrapada en la fiebre de su magia
ella no sabe en cambio muchas cosas
que yo ahora sé
y que mañana no sabré
ella siempre detrás de la pared
en el trance de ser
y no asomarse nunca con su rostro
de haberse extraviado en el rostro y la forma
de las otras
de la Otra
ella misma en la sombra
de frente o de perfil
amándome
dejándome
volviendo
detestándome
confundida también en la sala de espejos de mi yo
buscando cuál el verdadero al que se pueda herir
con amoroso daño
ella la Otra
que se inventa los modos de Ella
su sentido de culpa original
su purificación por el olvido
ella la que se acuesta debajo de su sombra
tratando de morir
y no puede.
De Canciones levemente sadomasoquistas (2000)
CANCIÓN TRIBAL DE MIS YO
Digamos desde hoy. Pero así ha sido siempre.
Un yo mío se irá por un camino
tras el amor de Ella o empujado por su amor
otro yo seguirá acostándose con cualquiera
limpio feliz sin remordimiento
trabajará alguno para toda la comunidad
para la tribu entera de mis yo
hormiguita incansable samurái
un yo obsoleto se habrá quedado con las cartas
de las antiguas novias
tatuadas por el recuerdo de los actos de amor
otro jamás preguntará por nadie.
¿Quién está en buen camino?
¿quién es el extraviado?
¿con cuál te has encontrado tú?
¿con cuál te amigas?
¿cuál es tu rostro mío hermano / hermana?
¿con cuál te amo?
¿con qué beso te venderé?
¿con qué mano
me juegas a los dados?
Ah pero descartado mi yo amargo
y un escondido yo puro agradecimiento
mi yo que canta es aquel que hace tiempo
marcha feliz e indiferente por un camino equivocado.
De Trafalmadore (1977)