Poeta, narrador, ensayista, dibujante, guionista de radio, cine y televisión, productor musical. Desde hace veinte años trabaja en la radio y la televisión cubanas, escribiendo y dirigiendo programas culturales. Ha publicado artículos, ensayos y entrevistas sobre estos temas en revistas especializadas de varios países. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, alemán, ruso, italiano y francés. Aparece en numerosas muestras y antologías de la poesía cubana contemporánea. Ha recibido los premios de poesía El Caimán Barbudo (1985 y 1988), Premio Abril (1990), Premio La Gaceta de Cuba de Poesía (1995), Premio UNEAC de Poesía (1998 y 2005), Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén (2002), Premio Nacional de la Crítica (2002 y 2006), Premio Internacional ULCRA del Audiovisual Latinoamericano (México DF., 1990), Premio al mejor guión inédito en el XVIIII Festival de Cine de La Habana de 1997 y, en ese mismo año, la Distinción Por la Cultura Nacional. Recibió en 1999 la Medalla conmemorativa Fundación de la Ciudad de Santa Clara. En el 2012 Efory Atocha ediciones publicó la primera antología de su poesía con prólogo de Antonio José Ponte y dibujo de portada de Zayda del Río.
SOMETHING COOL
Acudirás al locutorio como al matadero y los céntimos que llevas en el bolsillo de la americana evocarán entonces la voz de un instrumento con el cual marcan el ritmo los negros que padecen por amor en un arcaico subsuelo del espíritu que antes se llamaba nostalgia rumba tocada en el cajón del tórax
algo así.
DÓNDE HABRÁ
Dónde habrá ido a parar el polvo de dos o tres gallegos que en México fueron por un tiempo virreyes.
Su lengua se escurrió igual que el alma terca de los pueblos que en lo oscuro pasan rozando este autobús anglosajón mientras rápidos suceden los letreros viejos: o tranvía as bolboretas o fogar do pan quizás o fogar nostro después de tanto tumbo y tumbo por la patria y no se sabe ya por cuántos ojos ni por cuántos digamos organismos.
SOBRE EL BREVE PUENTE MEDIEVAL
Por este mismo pasadero hoy cubierto de grafitis de aerosol bajaron los templarios que adoraban a Mitra bajo alguna basta figuración del Cristo.
Guardaban las rutas peregrinas y a menudo en los ratos muertos copulaban entre ellos en heladas galerías como hacen todavía soldados, estudiantes, desterrados y marinos sin dirigirse apenas una frase cuando la oscuridad del cuarto negro se arroja sobre los elementos y la testosterona aúlla como un lobo como el hombre aúlla. |