Rei
Berroa (Gurabo, República
Dominicana, 1949) Es autor de 35 libros de
versos, antologías poéticas, traducciones y estudios de crítica literaria. De
sus libros de versos destacan: Son palomas pensajeras (de próxima aparición, México, 2013); Libro
de los dones y los bienes (México, 2013; Caracas, 2010), Eufemistica per vivere tranquilli (Trieste,
Italia, 2011); Otridades (Zamora, España, 2010), elegido entre los 10
libros de lectura recomendada por la Asociación de Editores de Poesía de
España; De adinamia de mente de umnesia (Villahermosa, 2010) premiado en
el Primer Concurso sobre el Azheimer y la Memoria, en Murcia, España; Libro
de los fragmentos y otros poemas [Caracas, 2007, agotado el mismo día que
salió a la calle] y Book of Fragments [Calcuta, India, 1993]
(traducción de su Libro de los fragmentos [Buenos Aires, 1988]). De sus
libros de crítica sobresalen: Ideología y
retórica: las prosas de guerra de Miguel Hernández (México, 1988) y Aproximaciones a la literatura dominicana.
2 volúmenes (Santo Domingo, 2008 y 2009).
La Editorial Maùcho (Villahermosa, México) editó en 2009 el CD Jerarquías
con una selección antológica de su poesía. Ha participado en festivales
internacionales de poesía en México, Medellín (Colombia), Cuba, Recife
(Brasil), Salamanca (España), Esmirna (Turquía), Granada (Nicaragua) y Caracas
(Venezuela), entre otros países. En 2011 recibió el Premio Internacional
Trieste de Poesía por el conjunto de su obra poética y en 2012 el Premio Mihai
Eminescu de Rumanía.
ADÁN ATRAPADO EN UNA NUEZ
Esta es la garganta del humano, con ella ríe y con ella se alimenta o mantiene libre de deshechos el imprescindible orificio por donde emite las palabras.
Adán ha quedado reducido ahora a la insignificancia de un monosilábico sonido, sorprendido en medio de ella y sin embargo . . . Sigue el hombre abrazado a los amigos, y lucha con ellos cada día buscando amaneceres, despertares que se le queden atrapados en sus pupilas, en los dolores asumidos al cruzar husos horarios, en el polvo que levanta con los pies y sus zancadas.
Monstruos nos persiguen que quieren arrancarnos esa nuez, arrebatarnos la verdad que se humedece en la garganta, despojarnos de los sueños que evocamos en las ingles polvorientas, en la ausencia del amor reconvenido, en la palabra de todos siempre remojada, paradigma que tenemos que vivir prisionera, amordazada, a pesar de haber nacido en nosotros el verbo y las ideas libremente, beso que se planta en la saliva del sentido, hasta hacer de nosotros nuevamente una hoja de metal que parte el tiempo en dos mitades y las guarda para siempre en las bodegas del recuerdo, hasta aquel día no lejano en que todo, hasta su nombre se le olvide.
ESTIGIA
Ese lugar que usted busca no es ni casa, ni lago ni río, ni es hombre o estatua, ni un cacao caído del cielo ni es arce ni ceiba: sólo un sueño fugaz en el ojo perdido de algún parque central en medio la ciudad.
Pero como usted ha mencionado ciertas guerras y los muertos contados uno a uno por las calles, en los campos o en la intimidad, debe saber que hay una barca todavía que nos lleva al otro lado del lago sin dolor.
DE CONCUBINADO SUEÑO CITADINO
Este es un lugar lleno de ruidos, pero la mayor parte de la gente, como sus deseos, está tranquila en cada etapa del vivir y no lo nota.
La ciudad, sin embargo, trajina al otro lado, y dentro de muchos de estos mortales, ignora las señales de carga y descarga que necesita su corazón para cumplir condena.
El resto dilata la mañana bajo sábanas que no le pertenecen, suma encuentros, les resta los minutos y abrevia la noche cuando abre de par en par su torso alado como ventanas generosas que dejan penetrar toda la luz que quepa en la pupila del deseo.
A lo lejos suena el mar y a los amantes les queda todo ese cielo azul que se han imaginado para acallar el ruido de la luz cuando nos saca tempestuosa del concubinado sueño citadino de la noche que nos hemos inventado. |