Etnairis
Ribera (San Juan de Puerto
Rico, 1949) Obtuvo el Gran Premio de las Letras otorgado por el P.E.N. Club de
Puerto Rico por Trayectoria de Vida de Creación Literaria de Excelencia en 2008,
entre otros reconocimientos. Ha publicado ensayos sobre literatura hispánica en
revistas académicas, el libro de cuentos MAR
(2011) y catorce poemarios, entre ellos: El
viaje de los besos (2000), Intervenidos (2003), Memorias de un poema y su manzana (2005), Return to the Sea (2007, edición
bilingüe español-inglés), Los pájaros de
la diosa (2009), Ariadna del Agua (2011), Arianna dell’Acqua (2012, edición en
italiano), A(MAR)ES (2013, edición
bilingüe español-árabe). Su obra
ha sido traducida al inglés, italiano, francés, portugués, sueco, árabe, y está
incluida en relevantes revistas y antologías de su país y del extranjero. Ha
leído su poesía en diversos países de
Latinoamérica, en España, Portugal, Italia, en Nueva York y otras
ciudades de Norteamérica. Es Catedrática de Literatura Hispánica de la
Universidad de Puerto Rico y traductora al Inglés.
EL HILO
Aquel laberinto lame sus adoquines. Descubre el himen y el espejo de unos lazos.
En la vieja ciudad, Ariadna pasa entre sus muslos el hilo antes de entregarlo como un mapa
y brinda por un nómada corazón, por la esmeralda, por las huellas encendidas del tigre.
El carnaval cuelga de los balcones, mitad incógnita, mitad de un viaje en el asombro.
EL NOMBRE DE SUS AMANTES EN LA OSTRA
Su infancia fue la lluvia. Creció entre ciudades y casi paraísos.
Su presencia era flecha, instante de luna, cuenca y cauce, amaneciendo.
Muchas veces pensó escribir el nombre de sus amantes en la ostra y no mirar atrás el fatídico desenlace.
Sus aliados fueron el distante almendro, el ovillo con que tejía sus días y sus noches.
DEL HOMBRE, SU SABOR A NECTARINA
Recoge las redes y descubre con exactitud el rumbo del viento,
si la piel de la fruta se oculta a tu boca, se debate ahora por el deseo o la fuga.
¿Es que hay algún insospechado lugar para este mástil vagabundo?
Tierra íntegra, cuerpo donde acostar tu bruma, tu flor, tu antorcha, en la gustosa hoja de la vid.
Recoge las redes y ama la semilla del instante y siente y abraza del hombre su sabor a nectarina.
DE TU CUERPO AL MAR
De tu cuerpo al mar hay sólo un beso que permanece en la distancia como ola,
de tu cabello enhebrado de luna a la noche del agua.
Esbelto y destellante lo que tu cuerpo encubre, guarida y luz implacable,
morada del fuego y pirueta, la cúspide de cualquier estación,
los puentes no cruzados y los caminos que esperan,
una costa dorada o un desierto indescifrable,
tu celeste cuerpo, oliendo a tierra después de la lluvia,
la fuga ritual del día cuando pongo en mi boca al mundo.
(De Ariadna del agua) |