POESÍA DEL CARIBE Por Mario Meléndez
Me ha despertado una palabra entre mis labios, una palabra que parecía pronunciarse a sí misma. -Roberto Juarroz-
Borges afirmaba que la mejor antología la termina haciendo el tiempo. Y cuánta certeza denotan estas palabras. La voluntad de convocar, en su raíz, es siempre relativa a los ojos del compilador. Sabemos que es difícil desprenderse de los afectos, de no ponerlos en la mesa a la hora de proponer nombres o estéticas válidas. Pero es esta misma subjetividad la que permite que las cosas acontezcan, que salgan a la luz desde ángulos diversos, amparadas en su afán multiplicador. Tarea compleja entonces la de elegir ciertos nombres que sean representativos de un periodo, una suerte de pulso que retrate un momento de la pieza mayor, sobre todo tratándose de Cuba, heredera de una tradición poética formidable, cuya impronta ya es parte de una memoria colectiva. Pero si abordamos el caso de Puerto Rico y República Dominicana, también reconocemos un legado fecundo, cuyas señales de ruta visualizamos en muchos de los autores que aparecen en estas páginas. Para la posteridad quedarán seguramente esas pocas palabras verdaderas de las que hablaba Machado. Mientras tanto, estas voces que integran la presente muestra, con distintos imaginarios y registros, seguirán su inevitable destino, buscando a esos lectores atentos que la sociedad de consumo no ha logrado vulnerar. |