Homero Pumarol




            Homero Pumarol   (Santo Domingo, República Dominicana, 1971)


Considerado uno de los poetas más singulares de su generación. Es trillizo con dos mujeres hermosas, según sus palabras. Fanático de los Tigres del Licey (equipo de beisbol de su país). Entre sus libros figuran: Cuartel Babilonia (2000), Second Round (2003) y Final de Carnaval (2007).


 



 

 



¡GORDOS ON THE WAY!

 

Arrancamos tarde, justo a tiempo,

fui el último pasajero en abordar,

ni siquiera una palabra de despedida.

Atrás quedó la capital como unas chancletas.

Quedaba una hora y media de viaje.

Gordas pronunciaban gordas palabras sobre sus familias gordas.

Yo pensaba cada vez más en todas las frutas que comería,

a partir de un momento, se habían convertido en "el viaje".

Miraba por las ventanas y todo era nuevo.

Hacía años no viajaba al Cibao en guagua.

Íbamos a buena velocidad y con aire acondicionado,

pero las gordas comiendo y hablando

hacían cada vez más pesado el viaje.

¿Quién me recibiría? Al menos al regreso

pasaría desapercibido.

Nadie quiere llamar la atención de un ejército obeso.

De sólo pensarlo aumenté cuarenta libras.

 

 

 

 

SOY OTRO POETA

 

No me visita la Diosa poesía,

después de haber jugado en mi cama tantos años,

bajo juramento mi soledad le ha confesado:

“El poeta ya no se hace daño”.

 

La maldita no soporta verme sobrio,

dobla mis espejos, desdobla mis sueños,

un millón de palabras suenan, suenan, suenan...

hasta que mi serenidad levanta su tormento.

 

No entiende que soy otro poeta,

ya no quemo mi cerebro a metaforazos,

disfruto más el fuego de cada palabra

y prefiero la templanza al azur maldito.

 

Como si nunca hubiera masticado vidrio,

tragando millones de palabras por segundo,

ahora puedo crear sin límites,

respiro cada vez mejor, respiro cada vez más libre.

 

 

 

 

THE PLACE I LOVE BEST

 

Nadie te traerá a este lugar, yo mismo he olvidado el camino,

es un sitio muy solitario, no envejezco cuando estoy en él.

En cualquier momento me llevará la luna como si fuera su crío,

sólo debo esperar que esté llena y me arrastrará como a lobo.

 

La gente me dice: “¡Hace años no te vemos!”, y sólo estuve allí unas horas.

Casi siempre vuelvo alegre al mundo, más alegre me alejo de él.

Por supuesto no olvido a ninguna mujer, es inútil, son mi ser,

Ahora mis mujeres son la luna, las olas, las palabras.

 

A veces creo que soy un gigante solitario, así de grandes son mis pensamientos,

sólo tengo que hablar con las olas, escucharlas un momento para saber lo que soy,

es inútil tratar de olvidar; la luna, las olas, las palabras todas me hablan

como si las hubiera inventado para entretenerme, como si fuera su único dueño.

 

Ése es mi lugar, palabras de nadie me hablan y todo astro sabe de mí,

no hace falta hablar ni hay que estar muy atento, ¿a qué?, solamente hay que ser.

¿Qué ha pasado en este mundo que no sepa el sol o la luna, algún astro, una ola

o una mujer? Ése es mi lugar dondequiera que esté.

 

¡Si puedes llegar ven!