Poeta, ensayista y presidenta del PEN Club
de Puerto Rico. Graduada con una Licenciatura en Psicología de Loyola
University en Nueva Orleáns (1983) y una Maestría en Escritura Creativa del
Vermont College / Norwich University (1994). Dirigió desde el 1993 al 1999 el
Grupo Puertas: Movimiento artístico literario de fin de siglo. Sus poemas han
sido traducidos al macedonio, árabe, croata, eslovenio, italiano, portugués,
inglés, alemán, francés y polaco. Ha publicado los libros de poesía: Poemas para no morir (Editorial Mairena:
San Juan-Puerto Rico, 1995); On Her Face
the Light of La Luna (Provincetown Arts Press: Provincetown-New York,
1997); Cuando él es adiós (La
Editorial Universidad de Puerto Rico: San Juan-P.R. 1997); Soy dos mujeres en silencio que te miran (Torremozas:
Madrid-España, 1998); Ojo de loba,
plaquette, (Casa del Poeta Peruano: Lima-Perú, 1998); Encajes negros (Casa del Poeta Peruano: Lima-Perú, 1999); Querida amiga, querido amigo, en
co-autoría con el cantante Danny Rivera, (Isla Negra Editores: San Juan-P.R.,
1999); Alas de Islas (Oveja Negra:
Bogotá-Colombia, 2003); Ensayo sobre las
cosas simples, Común Presencia, (Los Conjurados: Bogotá-Colombia, 2006); Canción de una mujer cualquiera (Diosa
Blanca: Caracas-Venezuela, 2008; Edición digital Letra & Pixel, 2009); y Ese lugar bajo mi lámpara (San
Juan-Puerto Rico, 2010). CIELOPÁJARO
...me duele una mujer en todo el cuerpo -Borges-
El sol hace su nido azul en el cielo tanta belleza duele las nubes se acumulan mitad cielo de espuma mitad pájaro no termina el sol de descender Cielopájaro se duele conmigo parece extrañamente quieto como si el mismísimo universo gritara que te espera mi corazón se ha detenido mis manos no parecen pegadas a mi cuerpo me tocan obscenamente todo cielo es oro fulminante oro oro como una oración que implora juro que lo estoy viendo oro azul espuma que traga gran boca que se abre al horizonte desciende el sol asciendo a los infiernos el fuego no puede quemar todo lo que de fuego tengo escucha tras el huevo este gran grito rojo ahora está rojo el firmamento la laguna adquiere sus tonos violentos estoy más sola con la belleza de la Tierra el sol ensangrentado su caída se lleva mi penúltimo suspiro cuántas caídas más podré vivir el rojo disuelve mi visión de aguas lo traga el mar el mar todo lo traga menos tu nombre tu nombre es mi camino comienza la oscuridad aquello ha descendido hemos muerto otra vez para qué quiero mi manos me duele un hombre en todo el cuerpo.
BENDITA SEA MI LÁMPARA
Bendita sea mi lámpara ella no me humilla como los rayos del sol. -Gabriela Mistral-
Apaga la luz para encenderme ensayar con la palabra o la flor gritar un verso como si fuera parir pero primero quiero ser polvo, rocío algo pequeño pequeñito que no exista cosa que vuele o agua que el sol en su empeño de amanecer tanto no pueda evaporar ser un beso de agua en el mar la silueta de un río una lluvia cortada en llanto sin gemido bañarme en mí siendo minúscula apenas vista menos amada ser nada en el empeño errante de ser más ser viento ése es el milagro no tener alma agua, viento, ser una copa de luz que nada diga trenza hermosa que amarra mi cuello y ahoga el grito qué locura me impide ser la asesina de mí misma.
HACÍAMOS EL AMOR EN UNA SILLA
Hacíamos el amor en una silla. Él tenía el pelo largo que me gustaba echar hacia atrás el pelo largo que me gustaba oler que me gustaba enredar. Mientras me apretaba firme, sin movernos casi en la silla -es difícil explicarlo- fue algo más que sexo era una silla y dos personas estando sintiéndose el uno entrando algo que se dejaba entrar en la una y una simple silla de madera despintada aguantando todo el peso de dos vidas de dos culpas, de dos grietas. Un hombre que no poseía nada pero que tampoco servía a nadie. Una criatura miserable y libre. Fue difícil desenredar su pelo de mi vida su pelo largo, salvaje el velo que le cubría la mitad de la cara y me gustaba echarlo hacia atrás para contar las astillas que le rozaban la frente. Un hombre de pelo largo, salvaje una parte de mi pasado muerto. A veces, mientras hago el amor legal, actuando en el teatro íntimo de mi cuarto miro la silla y pienso en la delicia que se sienta en ella y siento que es en esta cama donde soy infiel. |