DIARIO DE VIAJE
Yo vivía en un barco en el rincón más dulce de ese barco en cubierta crujían las sogas y los fierros en el cuarto más dulce yo escuchaba escuchaba a cubierto de lluvias y de vientos adorando como un náufrago a la dueña del viaje a la que doy temblando mi precario bagaje.
Ella es mi salvadora por lo tanto mi dueña. Me pregunto si sabe que es mi dueña si sabe que hay u náufrago entre el vino y el viento si se da cuenta que en cada beso le doy mi última humedad casi mi vida. Es una frase grande reconozco pero un náufrago se puede permitir ciertas licencias y además quién podría decir que no es verdad?
Amo ese barco. Amo el susurro de los árboles lejos en la ribera. Amo el sonido de sus pies sobre el suelo desnudo sobre todo cuando viene hacia mí amo su gesto de hacer el pan de encender el fuego de mirar en la noche. Amo su piel amada su cintura en mis labios amo sus ojos en el éxtasis la dulzura final el milagro sagrado. Hasta amo sin quererlo sus silencios.
Yo vivía en un barco de hecho sigo ahí para siempre. Y si mi cuerpo se hunde pienso que algo insistirá insistirá insistirá y alguna vez tal como en esas viejas casas de madera un aire loco enloquecido susurrará esa palabra que sólo ella conoce que sólo yo conozco y quedará por un momento quieta y pensará otra vez ese loco con su loca locura ese susurro enamorado. Otra vez. Otra vez.
ENCUENTRO EN PORTOCALIU
En ese tiempo yo corría detrás de una sombra. Desde el décimo piso en el barrio de Drumul Taberei yo miraba a través de un niebla caliente, a través de una humedad humosa, a través de las reverberaciones de agosto una figura venía caminando desde la parada de autobuses. Una figura parecía dirigirse hacia mí, yo la veía perfectamente desde el décimo piso en el barrio de Drumul Taberei: era la odiada figura conocida, su aborrecible rostro estaba ahí y su pelo que el sol no incendiaba y con él todo su cuerpo. Yo miraba petrificado la escena, los indolentes pasos y su entorno: árboles, cosas en movimiento, el asfalto que el sol ondulaba. Yo miraba esa escena con su centro precioso.
En esos tiempos yo escribía un poema titulado “Encuentro en Portocaliu”, era necesario encontrarme rápidamente porque –pensaba yo- ¿la poesía para qué puede servir sino para encontrarse? Eso fue después de escribir muchas cartas preguntando ¿dónde estoy? Nadie sabía donde estaba y no podían decírmelo, de modo que empecé a decir a diestra y siniestra protégeme con algo el corazón. Protégeme con algo el corazón seguía repitiendo y como no me entendían comencé a escribir unos poemitas insidiosos relativos al río Dimbovitza, relativos a la columna del infinito, relativos al plan quinquenal. Hasta que un día en Portocaliu.
Un día en Portocaliu (en Portocaliu hay un sol amarillo como cáscara de naranja) una tarde en Portocaliu (en Portocaliu hay unos grandes pájaros con dos patas larguísimas y picos en forma de corazón) una noche en Portocaliu (estaba escrito que no te encontraría en Portocaliu pero guardo el recuerdo de esa espera y huellas de picotazos en forma de corazón).
TOQUE DE QUEDA
Quédate Le dije Y La toqué
SERPIENTES
PEQUEÑA SERPIENTE
Mi serpiente coral te confieso: nunca creí en tu veneno mi pequeña serpiente.
DESPERTÉ CON UNA CONFUSIÓN DE LOS MIL DEMONIOS
Todo se movía alrededor. Creí que soñaba pero ella estaba ahí, enrollada bella y hambrienta a los pies de la cama.
RENUEVA TUS COLMILLOS VENENOSOS
He abierto tu boca de los huecos colmillos de veneno te he privado vigilaré paciente.
TE HACES RESPONSABLE DE MÍ
Abre tu boca, tu engañosa boca y engulle sin cólera. He preparado con paciencia este cuerpo. Pujaré si deseas, todo entero entraré; me dejaré llevar, me dejaré arrastrar protegido y ausente, serpiente mía.
OTRO GOLPECITO
Otro golpecito de tu cola rodéenme tus anillos luminosos algún día el golpe olvidaré no el escozor.
EL GOLPE FINAL ESPERA
Ardida tiranuela ceniza próxima engulle de una vez tu posesión fecunda esta herida única.
VERANO EXTRAÑO
Veo morir tu sombra que aún moribunda me escarba horriblemente tirana con los días contados mi dolor no se harta.
EL MOVIMIENTO DEL PASTO
Me hace girar la cabeza. no dudo que estarás algún día tendida al sol segura de ti, segura de mí.
TU CONDICIÓN ASUMO
Me despojo de ropa de papeles sobre escamas recientes me desplazo buscándote.
PREGUNTA
Tu nueva piel seré.
(A la serpiente coral) |
Antología >