Presentación Papeles Latinoamericanos
La poesía cambia con el
tiempo pero sólo,
como el tiempo mismo,
para volver al punto de
partida.
(Octavio Paz)
“¡Y si después de
tantas palabras,/ no sobrevive la palabra!/ ¡Si después de las alas de los
pájaros,/ no sobrevive el pájaro parado!”, vaticinaba Vallejo en esos Poemas
humanos ejemplares, develando tal vez aquella retórica descarada que anula
el poema en su impulso vital. O poniendo en tela de juicio la azarosa capacidad
de proponer algo allí donde parece que se hubiera dicho todo.
“El deber del poeta/ consiste en superar la página
en blanco/ Dudo que eso sea posible”, nos aclara Nicanor Parra. Y Gonzalo Rojas
replica: “Que no puedas llegar nunca, eso es lo que te hace grande”,
parafraseando al inefable Goethe. Y en esta afirmación reveladora
subyace un inherente sentido de búsqueda. A lo mejor nunca escribiremos el gran
poema – como imagino que nos sopla al oído – pero en el intertanto, vamos
separando algunas cosas que finalmente constituyen nuestro imaginario. Si es que podemos hablar de tal.
Este número monográfico que lleva por título Papeles latinoamericanos reúne textos de
variada índole, sin otra motivación que el acercamiento a ciertas voces que han nutrido y nutren el inquieto panorama
de la poesía en este continente. Voces que dialogan con la tradición mayor, con
otros ritos y edades, ratificando una vez más que los ríos profundos de
Arguedas siempre traen nuevas aguas y configuran en su devenir la presencia de
un legado insoslayable.
A través de estos escritos, de estas visiones,
quizás la poesía, como señalaba Borges, “anhela volver a esa antigua magia, la
del estrépito que sucede al relámpago”.
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